El Buscón

El omnipresente Piqué se hace casi omnipotente de la mano del Rey y de Villar Mir

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De “omnipresente” lo calificaba El País el pasado domingo, en una extensa entrevista concedida al diario. Entrevista que el entorno de Mariano Rajoy calificaba ayer de “muy dura” para con el presidente del Gobierno que, en diciembre de 2011 y a la hora de formar equipo, estuvo a un tris de nombrar al de Vilanova i la Geltrú nada menos que vicepresidente del área económica, ese puesto que tantos, tantas veces, han echado en falta en este Ejecutivo que parece funcionar a trompicones. 

Y ello porque Piqué Camps, 58 años, no se corta un pelo a la hora de criticar la gestión que Rajoy y sus “tiempos” están haciendo de un tema tan delicado como el de Cataluña. Es como si, con el nombramiento de vicepresidente y consejero delegado de OHL bajo el brazo, se sintiera omnipotente o casi, hasta el punto de 'pasar' de la posibilidad de volver un día al Gobierno de España, en caso de una remodelación del gabinete. El de Vilanova descarta de plano esa vuelta a la política activa (“Le he dedicado 15 años a la vida pública. Como dicen los británicos, enough is enough”). Su poder es tan grande, y su capacidad de influencia tan notable en Madrid y en Barcelona, que no necesita ya quemarse a la luz de los focos. 

He aquí un hombre llamado a convertirse en un auténtico poder fáctico en la sombra. Porque lo suyo a partir de ahora son las sombras. Su nombramiento como primer ejecutivo y hombre fuerte de OHL es fruto de una operación minuciosamente pactada entre el dueño del Grupo, Juan Miguel Villar Mir, marqués de Villar Mir, y su noble amigo el Rey de España, Juan Carlos de Borbón. Sostienen las fuentes que la relación entre magnate y Monarca va más allá de la meramente afectiva, para adentrarse en los terrenos más consuetudinarios pero también más pringosos del dinero, argumento según el cual el señor marqués sería el garante o cuidador de una parte de la fortuna personal de Don Juan Carlos. 

Y bien. En la perspectiva de la edad de uno (no obstante su impresionante desempeño, admirable desde tantos puntos de vista, a pesar de sus 82 primaveras) y del evidente deterioro físico del otro (el Rey ha cumplido ya los 75 y acaba de someterse a su enésima operación quirúrgica), ambos habrían pactado el nombramiento consensuado de un alto ejecutivo, un peso pesado, para colocarlo al frente de OHL, lo cual podría llevar a pensar que ni uno ni otro confían en exceso en las capacidades de Juan Villar Mir de Fuentes para dirigir la nave, aunque tampoco cabe descartar que el marqués, como ocurre en no pocos negocios familiares, hay optado por mantener a sus hijos como accionistas, que no como gestores.   

Y ahí tenemos a Josep Piqué (un hombre que siempre “le ha caído bien al Rey, que le considera un tipo muy simpático, amable y servicial en extremo”, según las fuentes) convertido en factótum de OHL (vicepresidente y consejero delegado), al empresa que lidera la mayor obra de ingeniería jamás abordada por empresas españolas, la construcción de la línea de alta velocidad entre Medina y La Meca, un contrato de más de 6.000 millones de euros, logrado gracias al savoir-faire de Corinna zu Sayn-Wittgenstein y los eficaces contactos de su “entrañable amistad”, Don Juan Carlos de Borbón ante la monarquía saudita. 

Botín no simpatiza con Piqué 

Lo llamativo del caso, divertido para algunos, es que el hombre llamado a asegurar la continuidad del Grupo más allá de los achaques de la edad de sus promotores, tuvo que ser ingresado días antes de su nombramiento oficial y en pleno tráfago de la presentación de su libro “Cambio de era”, en el hospital Ramón y Cajal de Madrid tras sufrir una hemorragia cerebral superficial y leve, de la que se recuperó de inmediato. 

Cuentan las fuentes que el nombramiento de Piqué también fue “consultado” con Emilio Botín Ríos, presidente del Banco de Santander, en razón al protagonismo del banco como tradicional financiador de OHL y su Grupo, y de la presencia del propio Villar-Mir –segundo mayor accionista individual del banco- en su consejo de administración. A diferencia del Rey, don Emilio se dio por enterado, porque “la relación con Piqué nunca ha sido cordial, nunca le visto con simpatía”. Villar Mir, uno de los protagonistas de los famosos 'papeles de Bárcenas' (financiación irregular del PP) está imputado por 6 delitos en este caso. Pero don Juan Miguel lo ha negado y don Emilio no se ha dado por enterado. El Banco de España, de momento, tampoco. 

Las relaciones del marqués de Villar Mir (Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, recibida de manos de Zapatero, y Gran Cruz de Carlos III, entre otros títulos y dignidades) con la Casa Real no acaban aquí. En septiembre de 1990, Silvia Villar Mir, su única hija, se casó con Javier López Madrid (boda a la que acudió como testigo el propio Emilio Botín), que, entre otras cosas, pasa por ser el amigo de mayor confianza del Príncipe Felipe, aspirante a ocupar un día el trono de España. López Madrid, consejero del Grupo y de OHL, se sentaba también en el consejo de Bankia cuando se descubrió el pastel que llevó a su nacionalización). 

El periodista autor de la entrevista en El País quiso meter a Piqué el dedo en el ojo, recordándole algunas cosas desagradables, tal que “OHL tiene un presidente, Villar Mir, que fue ministro con Arias Navarro, y ahora tiene un consejero delegado exministro de Aznar. ¿Conviene dedicarse a la política para llegar hasta aquí?” Piqué torea con gusto y responde: “No creo que haya un vínculo específico. Yo llegué a la política después de muchos años en el sector privado. El presidente de OHL, un personaje muy admirado, también venía del mundo privado cuando fue vicepresidente”. Josep Piqué Camps, he ahí un hombre con mucho pasado a la espalda, pero con mucho que decir por delante. Eso sí, a partir de ahora siempre en la sombra.

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