La semana pasada se celebró el foro Spain Start Up, una buena iniciativa para emprendedores presidida por María Benjumea y con la vicepresidencia de Juan José Güemes; no en vano el Instituto de Empresa era uno de los promotores del evento y el ex político es altísimo cargo de la institución académica.
Cuando compareció la vice del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, llamó la atención cómo evitó las efusividades con Güemes, hecho que quedó perfectamente demostrado en la foto de familia de dicho sarao repartida por las agencias y por la propia Moncloa: en ella se puede ver al presidente de Mutua de Madrid, a Ana Botella, a Soraya, Ignacio González y Benjumea. Güemes, representante de uno de los dos grandes promotores, ha sido convenientemente guillotinado, aunque figuraba de pie a la izquierda en el posado. La última que se ve por dicho margen es Benjumea, vestida con los colores nacionales y que hizo profesión de españolidad en reiteradas ocasiones.
Lo mismo ocurre con los vídeos que han colgado en Moncloa: los primeros planos con Güemes son soslayados con todo cuidado.
Juan José Güemes, imputado hace tres meses por un asunto relacionado con la privatización de algunos hospitales y yerno del controvertido Carlos Fabra no es seguramente la mejor compañía para un Gobierno muy presionado por cuestiones ‘delicadas’. Encima, es un esperancista absoluto.
Claro que el PP está ahora que da gusto verlo. Entre que Ana Botella es la lideresa cuestionada, Soraya no puede ni ver a Cospedal, la Sánchez Camacho se ha ido de la lengua reclamando el pacto fiscal para Cataluña, provocando un cabreo monumental a Rajoy y Nacho González; Montoro está enfrentado a todo y todos, Wert tiene en pie de guerra al sector universitario, Esperanza Aguirre en modo verso suelto asusta cada vez que habla… Una maravilla lo de Génova, vamos.