La fiesta que organizó la Fundación del Real Madrid para Plácido Domingo en su 75 aniversario pudo terminar mal. A los pocos minutos, y cuando ya había terminado su primera pieza la Orquesta del Teatro Real, comenzó una rebelión en las tribunas al grito de "no se oye, no se oye,..." que ni el desparpajo de Bertín Osborne pudo frenar.
Solo la intervención de los técnicos mejoró el sonido en un estadio que ya se sabe que no es ideal para un concierto, pero en el que se podía haber mejorado la acústica después de haber pagado una media de 50 euros por asiento. Tampoco las pantallas del escenario funcionaron bien durante la noche y hubo momentos en los que había blancos incomprensibles.
La actuación del mejor tenor español de toda la historia gustó, a pesar de los problemas, a los espectadores
La actuación del mejor tenor español de toda la historia gustó, a pesar de los problemas, a los espectadores que estaban entregados desde antes de que Plácido Domingo comenzara su primer tema. El montaje fue espectacular con algunas salidas de tono como poner unos carritos eléctricos para llevar a los artistas desde la puerta del estadio hasta el pie del escenario.
Una legión de camareros hacía pasadas constantes por la envidiada zona Vip en la que dicen que todos pasaron por taquilla. Mientras en las tribunas faltaba agua a 3 euros. La nómina de famosos no fue muy amplia, pero no faltaron María Dolores de Cospedal o Antonio Garrigues Walker.
Florentino Pérez y Emilio Butragueño controlaban el espectáculo desde el palco. Los espectadores echaron de menos el himno del Real Madrid en la catedral del madridismo. Pero a pesar de que Plácido Domingo es un conocido hincha no terminó con el himno. La fiesta acabó después de cuatro horas de música y con 70.000 personas a la caza de un taxi pues a las dos de la mañana el Metro estaba cerrado. La prensa tenía un gran mosqueo porque al parecer la Fundación hizo pagar a todo el mundo. ABC publicó una nota de protesta porque dijo que se negaban a pagar por informar.