La jefa de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF), Margarita García-Valdecasas, ha superado el primer escollo después de que la Unidad Central Operativa (UCO) haya registrado su domicilio en busca de datos sobre las actividades de su marido, Alejandro Pérez Calzada, que presuntamente habría repatriado capitales eludiendo la ley a través de cuentas de la filial suiza de HSBC. García-Valdecasas no va a dimitir, al menos de momento. Y parece que cuenta con el apoyo del jefe, el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro.
La Agencia Tributaria, como es habitual, no hace comentarios sobre la situación en la que se encuentra García-Valdecasas. Pero fuentes consultadas por este periódico explican que no parece que haya motivos para que dimita, teniendo en cuenta que el Juez solo ha pedido que se recabe información. No hay argumentos jurídicos, aseguran. Además, se investiga a su marido y no a ella, y ha dejado claro que tomará medidas contra todo aquel que ponga en duda su labor.
De hecho, consideran extraño que haya salido el nombre de su marido en estos momentos y recuerdan que es una persona con muchos enemigos y muy poderosos, dado el papel que ha desempeñado durante estos años al frente de la ONIF. García-Valdecasas, que fue nombrada cuando Santiago Menéndez ascendió a director de la Agencia, lideró la investigación que provocó la detención de Rodrigo Rato, entre otros casos.
Gestha pide su dimisión y el PSOE quiere escuchar las explicaciones del Gobierno
Aunque de momento no parece que Montoro haya pedido la cabeza de García-Valdecasas, no se puede descartar esta posibilidad. García-Valdecasas es la jefa de la máxima autoridad en España contra el fraude y el hecho de que su marido esté involucrado en un caso de este tipo, aunque de momento no haya pruebas ni argumentos jurídicos sólidos, puede dañar mucho al Departamento de Montoro.
Los técnicos del Ministerio de Hacienda ya han pedido el cese de García-Valdecasas. Según informa Europa Press, el presidente de Gestha, José María Mollinedo cree que no es la persona adecuada para dirigir una unidad encargada de controlar el fraude más sofisticado. "Si en su casa no ha podido detectar o corregir esa posible evasión, no parece que sea la persona más idónea", ha dicho.
Por su parte, el portavoz socialista de Economía en el Congreso, Pedro Saura, ha exigido explicaciones al Gobierno porque resulta difícil de creer que la directora de la ONIF no conociera los negocios de su marido. Según Saura, esto pasa porque el PP cambió la dirección técnica e independiente de la ONIF por una cúpula "más política y afín" al PP.