Llegó a la Terminal-1 de Barajas casi con el tiempo justo para coger el vuelo FYR-5317 de Ryanair que anteayer domingo, 9 de diciembre, debía despegar de Madrid con destino a Santiago de Compostela a las 20:30 de la noche. Pero nada más llegar a la sala de embarque, la compañía irlandesa anunció, as usual, que el vuelo llevaba un retraso de 26 minutos, que finalmente serían, de nuevo as usual, algunos más.
De modo que, como todo hijo de vecino, Alberto Núñez Feijóo, pantalón casual, camisa blanca, jersey azul, abrigo corto gris, se sentó en un banco, lejos de la cola, y se dispuso a matar el tiempo twitteando mensajes con su teléfono móvil. Tanto fue el trasiego que el aparato agotó su batería, por lo que su dueño se vio obligado a conectarlo a un enchufe existente detrás de una columna. Apoyao en el quicio de la mancebía eléctrica andaba el buen hombre cuando alguna que otra pasajera, ya advertida su presencia, se acercó a darle el consabido palique, que es lo que tiene ser famoso y viajar de barato…
Buen gesto el de Núñez Feijóo, sí señor, volando en una compañía low cost como todo quisque, dando ejemplo y sin tirar de recursos públicos. El aparato despegó finalmente pasadas las 9 de la noche llevándose, entre otros, al presidente gallego, que en apariencia viajaba solo, sin escolta de ninguna clase, al menos que se advirtiera.
La loable opción de Feijóo contrasta de manera llamativa con la información que la web del Congreso ha comenzado a publicar sobre los viajes de los parlamentarios que participen en delegaciones internacionales, viajes que se realizarán siempre en clase preferente, faltaría más, salvo que la compañía aérea no disponga de ella, mientras que si viajan en tren lo harán en clase Club o similar. De donde se infiere que cuando sus Señorías anunciaron que se iban a apretar el cinturón, olvidaron aclarar que se trataba del cinturón de clase Business.
El Congreso acuerda, pues, evitar la clase turista o económica a los señores parlamentarios, que es cosa de muy mal gusto. La semana pasada, la Mesa de la Cámara acordó por unanimidad publicar la relación de viajes al extranjero realizados por los diputados esta legislatura, aunque no así su coste. La información, que se puede consultar bajo el epígrafe "Actividad Internacional", incluye el destino de los viajes, la composición de las delegaciones y el título del programa de trabajo.
La información de referencia aclara que las Cortes se harán cargo exclusivamente de los gastos de alojamiento y desayuno, mientras que los almuerzos y cenas serán pagados con las dietas que percibirán los parlamentarios. Las habitaciones de hotel, por su parte, serán “dobles de uso individual” y, en el caso de que vayan acompañados, el sobrecoste será abonado por el diputado o senador. ¡Sólo faltaría…!