El cine ha subido un 36% en los últimos siete años, casi diecisiete puntos por encima del IPC. Así lo pone de manifiesto el último estudio realizado por FACUA-Consumidores en Acción al comparar el precio de una entrada de cine en días laborables a finales del último año, una media de 6,52 euros, frente a los 4,80 de 2004. El IPC entre los meses de noviembre de 2004 y 2011 aumentó un 19,4%.
FACUA analiza los precios de 138 cines en las cincuenta capitales de provincia de España y las dos ciudades autónomas. El informe detecta diferencias de hasta el 80%. Los precios, en días laborables, oscilan entre los 4,50 y los 8,10 euros, según el cine.
Una entrada de cine cuesta actualmente una media de 6,52 euros los días laborables, una cifra que aumenta los fines de semana, los días que se consideran con más afluencia de público, cuando el precio alcanza los 6,64 euros, un 1,8% más que en días laborables.
El precio medio de la entrada en día normal está un 2,7% por encima de los 6,35 euros registrados en 2010. En 2009 la media fue de 5,95euros. En 2008, la media fue de 5,75 euros, en 2007 de 5,41 euros, en 2006 de 5,22 euros, en 2005 de 5,05 euros y en 2004 de 4,80 euros.
Las capitales más caras
Según el estudio, A Coruña, Albacete y Oviedo son las capitales más caras, ya que una entrada cuesta 7,50 euros de media en días laborables. Le siguen Alicante y Barcelona, donde hay que abonar 7,35 y 7,32 euros de media, y Madrid con 7,29 euros. Los precios medios más bajos son los de Melilla (5,00 euros) seguidos de Almería, Granada y Zamora (5,50 euros).
De los 138 cines encuestados, un cine de Barcelona, es el que alcanza el precio más alto, 8,10 euros, seguido de varios de Barcelona y uno de Madrid, todos ellos con un precio de 8,00 euros en la entrada normal.
Los más baratos de los analizados uno de Granada, donde la entrada un día laborable cuesta 4,50 euros, seguido de otro de Melilla con un importe de 5,00 euros junto con otro de Almería, Córdoba y Santander.
El día del espectador varía según la ciudad, aunque se aplica el miércoles o el lunes en la gran mayoría de los cines encuestados. La entrada cuesta 5,28 euros de media en los cines que ofrecen esta tarifa reducida (131 cines de los 138 analizados).
El precio medio más caro de los cines que tienen día del espectador se sitúa en Toledo, Pontevedra, Oviedo, Orense y Albacete con 6 euros. Les sigue Alicante con 5,95 euros.
Fines de semana y festivos cambia el importe
Sin embargo, frente a esta reducción de precio, en veinte de las cincuenta y dos ciudades analizadas el importe es diferente, en diecinueve de ellas el precio es más caro los fines de semana y festivos, precisamente los de mayor afluencia de público.
Los cines más caros en fines de semana y festivos son los Barcelona (7,62 euros), seguido de Tarragona (7,60 euros) y Oviedo, Albacete y A Coruña (7,50 euros). Las entradas más económicas los fines de semana y festivos se venden en Melilla (5,00 euros), seguido de Almería y Zamora con un coste de 5,50 euros.
Por su parte, de los 138 cines encuestados, 92 tienen posibilidad de proyectar en 3D. El precio medio de una película de estas características un día normal es de 8,80 euros, un 35% por encima de los 6,52 euros de las películas en 2D.
La media más cara de los cines que tienen 3D se sitúa en Barcelona, A Coruña y Madrid. Los más baratos están en Zamora, Cáceres, Melilla, Granada, Jaén y Ciudad Real. En la mayoría de los cines con 3D, el precio de una entrada en días laborables se mantiene los fines de semana y festivos.
FACUA denuncia al hilo de este estudio la "imposición ilegal que establecen muchos cines de entrar en las salas exclusivamente con bebidas o alimentos adquiridos en el interior de sus recintos, cuyos elevados precios llegan a ser, en el caso de los refrescos, hasta cinco veces más caros que en otros establecimientos" y recomienda a los usuarios afectados que exijan hojas de reclamaciones para denunciar estas irregularidades.
Otra crítica es que "numerosos cines no cuentan con un buen aislamiento acústico entre sus salas o con respecto al exterior". Asimismo, una queja frecuente de los consumidores es que las primeras filas de muchos cines "están extremadamente cerca de la pantalla, lo que supone tanto incomodidad como la pérdida de calidad en el visionado de la película".