El presidente Pemex y secretario de Energía de México, Jordy Herrara, testará hoy en Madrid las reacciones del presidente de Repsol, Antonio Brufau, ante el conflicto interno que la petrolera mexicana tiene en relación a su participación en la petrolera española, de la que es el tercer accionista con el 9,5%.
Herrara, que dará cuenta de la misma al consejo de administración a su vuelta a México, medirá la reacción de Brufau sobre la intención de la operadora de adquirir un 3% más en Repsol, hasta llegar al 12,5%, con el fn de ganar más poder, un segundo puesto en el consejo de administración.
Esta es la solución que gran parte de la cúpula mexicana baraja, entre ellos el director general, Juan José Suárez Coppel, quien negoció con Luis Del Rivero, ex presidente de Sacyr, el pacto para controlar Repsol el pasado verano. Pemex ha sido el perdedor, por ahora, de la última batalla en Repsol. Invirtió 1.600 millones de dólares en aumentar su participación y esto no le ha generado más poder. La ruptura del pacto de sindicación de acciones con Sacyr está abriendo una brecha interna en Pemex.
Repsol, en principio, no está tendiendo su brazo abiertamente a Pemex en sus nuevas aspiraciones. Recientemente, la petrolera ha subrayado que el 5% de autocartera, que podría poner a la venta a medio plazo, no se ofrecerá a ningún accionista.
Si la reacción es negativa, Pemex, en línea con la representación sindical y del PRI, podría de vender y hacer plusvalías con la operación. De salir este plan, el resto de las inversiones españolas en México podrían echar a temblar.
Y por último, una vez que Pemex aclare su vinculación con Repsol, la petrolera pondrá en marcha la batalla legal contra Saycr, por haber roto el pacto de sindicación de acciones.