El Tesoro Público ha adjudicado hoy 6.609 millones de euros en bonos a cinco años y obligaciones a diez años, y aunque sube de manera imperceptible el interés de la deuda a menor plazo, baja notablemente la rentabilidad de la emisión a diez años.
Del total colocado, 1.300 millones de euros corresponden a bonos a cinco años con un interés marginal del 4,05 %, apenas superior al 3,949 % de la anterior emisión.
Asimismo, ha adjudicado 5.309 millones de euros en sendas emisiones de obligaciones a diez años con intereses marginales del 4,643 % y del 5,466 %, muy por debajo del 5,147 % y del 7,088 % de las emisiones precedentes.
Aparte del mínimo repunte de los bonos a cinco años, España suma con la de hoy cinco subastas consecutivas con menores intereses, pese a la reciente rebaja aplicada por la agencia de medición de riesgos Standard & Poor's a su deuda soberana y a la previsión hecha por Moody's sobre una inevitable recesión en España, Grecia, Portugal e Italia.
Tal y como ha sucedido en las emisiones precedentes, la demanda de las entidades ha superado las expectativas al rebasar los 15.340 millones de euros, en especial para el plazo más largo, ya que las entidades han solicitado 11.134 millones de euros en las dos emisiones de obligaciones a diez años, frente a los 5.309 millones finalmente adjudicados.
España mantiene la confianza de los inversores y consigue financiarse sin apuros a pesar de la cada vez peor perspectiva que ofrece la refinanciación de la deuda griega,
Los acreedores privados del país, que poseen unos 206.000 millones de euros en deuda, podrían aceptar una quita de al menos el 50 % de sus bonos, a cambio de unos bonos depreciados, más una compensación en dinero en efectivo financiada con el nuevo préstamo.
La prima de riesgo de España, que refleja el sobrecoste que piden los inversores por la compra de deuda soberana española frente a la alemana -considerada más segura- y que se mide con el diferencial entre el bono español a diez años y el germano del mismo plazo, experimentaba una leve subida tras la emisión y alcanzaba 340 puntos básicos, desde los 335 de la apertura.
Ello se debía al leve repunte en la rentabilidad del bono español, que pasaba del 5,15 % al 5,22 5, en tanto que el bono alemán permanecía sin cambios en el 1,80 %.
España tiene pendiente este mes una última subasta, de letras a tres y seis meses, el próximo martes 24 de enero.