Entre las múltiples responsabilidades que ha asumido la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría no se encuentra la de las relaciones con la Iglesia, tarea que delega en los ministros de Justicia y de Exteriores, Alberto Ruiz-Gallardón y José Manuel García Margallo, respectivamente, según ha podido saber Vozpópuli. De este modo, la todopoderosa vicepresidenta rompe con la tradición de las dos anteriores legislaturas socialistas, en las que fueron los ministros de Presidencia, primero María Teresa Fernández de la Vega, y luego, Ramón Jáuregui, los que asumieron las relaciones con la Santa Sede.
Desde Moncloa explican que, orgánicamente, y así se hizo durante los gobiernos de José María Aznar, es a Justicia a quien corresponde la interlocución con las distintas confesiones religiosas y a Exteriores tejer relaciones con el Estado Vaticano. Si De la Vega, sobre todo, y luego Jáuregui asumieron ese cometido, se debió, a que "era un tema que había que reconducir", cosa que ahora no pasa, al menos de momento.
Las fuentes gubernamentales se referían a los constantes encontronazos que hubo entre los Ejecutivos socialistas y la Conferencia Episcopal a cuenta de asuntos como el matrimonio homosexual, la asignatura Educación para la Ciudadanía o el cambio de la Ley del Aborto, que se tradujeron en muchas manifestaciones y actos a favor de la familia cristiana convocadas por el órgano de gobierno de los obispos españoles, con un muy activo Rouco Varela. Incluso desde el Vaticano expresaron sus críticas sobre algunas de estas iniciativas, pero a pesar de ello, el PSOE nunca modificó los acuerdos con la Santa Sede ni dio a luz a la Ley de Libertad Religiosa, cosa que no se le han dejado de reprochar desde los sectores más de izquierdas de su partido.
Negativa del Gobierno
Es por ello que Rubalcaba anunció a bombo y platillo en el congreso de su partido del pasado fin de semana que exigirán la revisión de los acuerdos con la Santa Sede y llevará esta cuestión a su reunión con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, todavía sin fecha pero que podría tener lugar bien el jueves o el lunes próximos, según fuentes socialistas. No es previsible que Rajoy recoja ese guante a sabiendas que será una de las banderas en que se envuelva el nuevo líder socialista. En este sentido, el portavoz del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, Alfonso Alonso, comentó ayer que replantear los acuerdos con la Santa Sede "puede generar conflictos" desde el momento en que Cáritas se ha convertido en uno de los sostenes sociales más importantes en esta época de crisis económica.
Precisamente, Alonso fue interrogado también ayer por las palabras que a primera hora de la mañana pronunció el ministro de Justicia a la Cadena Ser sobre que él no veía inconstitucionalidad en el matrimonio entre personas del mismo sexo. El portavoz, que comparte con Gallardón su respaldo a esta ley señaló, no obstante, que "más allá de las opiniones personales", está la posición del partido. La declaración del titular de Justicia ha provocado malestar tanto en el Gobierno como en el partido, por opinar que no puede volver a ser "un verbo suelto" del PP.
La elección de Sáenz de Santamaría como pregonera de la Semana Santa de Valladolid provocó que el arzobispo de la ciudad, Ricardo Blázquez, cuestionara su idoneidad para este cometido debido a que está casada sólo por lo civil. La vicepresidenta no contestó, aunque recibió el apoyo de otros dirigentes de su partido y del PSOE. Ajena a la polémica, prepara el discurso de su pregón, que tendrá lugar el 23 de marzo. No es la primera mujer del PP criticada por la Iglesia por cuestiones personales. También lo fue en su momento la presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, en su caso, por ser madre estando soltera.