El exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán, se enfrentó a la comisión de investigación en el Congreso de los Diputados sobre los atentados de Barcelona y Cambrils de 2017, donde formaciones independentistas lanzaron acusaciones veladas sobre el papel de la institución en la tragedia, tanto por su relación con el imán de Ripoll como por una supuesta connivencia hacia la célula terrorista. Esas son las premisas que sustentan las principales teorías de la conspiración ante este episodio, sugiriendo que el Estado –a través de los servicios de inteligencia– permitió el golpe con el objetivo de desestabilizar Cataluña.
Sanz Roldán, que desmontó los principales hitos de estas teorías, negó que el imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, fuese en ningún momento un “colaborador” o un “informador” del CNI. Así se lo trasladó a Pilar Calvo, diputada de Junts, a quien le pidió que le mirase “a la cara y dígame que que pude evitar el atentado y no lo hice”, después de que ésta dejase entrever una mala praxis premeditada por parte del Centro.
“El imaginar que pudimos evitar la muerte de 16 ciudadanos y no lo hicimos es una infamia. Es una maldad. Y es una vileza. Si alguien piensa o imagina que pudimos evitar la muerte de 16 personas y no lo hicimos es una infamia”.
También explicó al representante de PNV, Mikel Legarda, las razones por las que el CNI le visitó durante su estancia en prisión: se trataba de un procedimiento habitual ante reclusos radicalizados para medir el riesgo de que pudiera propagar su ideario extremista en centros penitenciarios.
"Una respuesta compleja"
Durante su argumentación, Sanz Roldán trasladó un enardecido alegato en favor de la lucha antiterrorista que libran el CNI y las Fuerzas de Seguridad del Estado, con especial incidencia en los servicios de información. Lo hizo ante preguntas de Jon Iñarritu (EH Bildu), que interpelaba al exdirector del Centro sobre las razones por las que “este señor” [en referencia al imán de Ripoll] llegase a España desde Bélgica con un historial de radicalización y “diseñara un atentado brutal”.
“Esto tiene una respuesta un poco compleja, pero espero que me la acepte”, trasladó Sanz Roldán al diputado de EH Bildu. A renglón seguido arrancó su alegato en defensa de la lucha antiterrorista del CNI, explicando algunos detalles sobre cómo operan los agentes implicados en la labor”.
“Cuando existe una lucha de voluntades como es el yihadista que quiere acabar con la vida de los ciudadanos y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y los servicios de seguridad que quieren lo contrario... En contadísimas ocasiones, posiblemente ninguna, se termina con todo esto sin haber perdido alguna batalla”.
En este sentido, ha recordado al diputado de EH Bildu que “tenemos otros casos de terrorismo en España en los que parecía que nos vencían”: “Tenían capacidades que nosotros, los servicios de seguridad, parecía que en algún momento determinado no éramos capaces de detectar o cumplir exactamente con el deber de protección. Conocerían ustedes muchos casos si fueran repasando nuestra historia”.
“Lo importante de esta lucha, que es terrible, no es que se pueda perder alguna batalla, lo importante es que se pueda ganar la guerra”, destacó Sanz Roldán. “Cuando se pierde una batalla es cuando hay que tener más entereza moral para seguir luchando para que no vuelva a repetirse. Pero siempre que hay conflicto de voluntades, siempre que hay deseos de hacer daño y determinadas capacidades para que el daño no se produzca, se producen momentos en que el balance está de un lado u otro”.
Por último, ha destacado que “la victoria real que se consigue contra estas lacras es cuando verdaderamente se acaba. Pero nunca ha ocurrido que se gane una guerra sin haber perdido alguna batalla”.
