El coronel Diego Pérez de los Cobos es, desde este viernes, guardia civil en la reserva. Pasa a esta condición al cumplir 61 años, tal y como fijan las directrices internas del Instituto Armado. Una vida dedicada al verde, desempeñándose en la lucha antiterrorista contra ETA y ocupando altos puestos de mando, que le llevaron al Ministerio del Interior, a dirigir el dispositivo de seguridad con motivo de los disturbios del procés en Cataluña y la Comandancia de Madrid, entre otros.
Con motivo de su pase a la reserva, sus "compañeros de guerra" -como se denominan a sí mismos- le han dedicado una breve reseña biográfica, agradeciéndole su desempeño como guardia civil. Una carta recogida por Vozpópuli, firmada por un único coronel pero "escrita por muchos", tal y como apuntan fuentes próximas.
A continuación reproducimos el contenido de esta reseña biográfica:
¡MISIÓN CUMPLIDA! Y MUCHO MÁS.
Misión cumplida. Con estas palabras al final de su alocución se dirigía el Coronel Pérez de los Cobos el pasado día 12 de octubre durante la celebración pública de la Patrona de la Guardia Civil en su despedida de los integrantes de la Comandancia de Madrid, de los vecinos de Tres Cantos y de la sociedad a la que ha venido sirviendo durante una larga y exitosa trayectoria profesional.
Con la expresión misión cumplida indicamos que se ha finalizado con éxito un encargo o cuando, sencillamente, concluimos nuestro deber. Pero el Coronel ha llegado infinitamente más lejos. Me van a entender.
Tras su salida de la Academia General Militar, se incorporó al Curso de Adiestramiento Especiales y se enroló en el Grupo Antiterrorista Rural que operaba en las provincias del norte de España para dedicarse desde el minuto uno a combatir a la banda terrorista ETA.
Misión cumplida es un calificativo paupérrimo para quien se dedicó a intensas investigaciones, vigilancias y seguimientos sobre terroristas armados que mataban, secuestraban, extorsionaban y amenazaban, salvando incontables vidas de ciudadanos que no tuvieron conciencia concreta de los riesgos reales de los que fueron librados.
Ya apuntaba maneras, sin duda, cuando se las tuvo que ver con el entonces Director General, más tarde delincuente, Luis Roldán. El Teniente, fiel a su juramento y obligaciones, no reveló la identidad de un confidente infiltrado en el denominado “complejo terrorista ETA” (banda armada, grupos juveniles, organizaciones subordinadas en los más diversos ámbitos políticos, sociales, económicos, etc.). Hubiera sido una temeridad dar a conocer a un político los nombres de aquellos que desde el interior del “complejo” colaboraban con los txakurras.
Le costó el destino.
Después, su paso por policía judicial representó para el Capitán su doctorado.
Y tras el exigente Curso de Estado Mayor, al alcance de pocos en aquellos tiempos, se ejercitó en la planificación y apoyo al Mando. Destacó su rigor en el estudio sobre la seguridad de las infraestructuras en la demarcación de la Guardia Civil que le sirvió más tarde, destinado en el Ministerio del Interior, y desarrollando una iniciativa del Ministro Rubalcaba, crear el embrión del actual modelo de protección de las infraestructuras críticas en España.
El Comandante Pérez de los Cobos no llegó al Ministerio por casualidad. Su perfil profesional y, también el personal, encajó a la perfección con el exigente Ministro, hasta llegar a ejercer la dirección del Gabinete de Coordinación de la Secretaría de Estado de Seguridad.
Otros tres ministros posteriores, de distintos signos políticos, mantuvieron al Teniente Coronel y Coronel al frente de ese complicado departamento, de responsabilidad técnica pero estrechamente vinculado al terreno político.
Nadie mejor que él para liderar la actuación desde Interior frente al intento golpista en Cataluña. Asumir esa responsabilidad le ha pasado una alta factura en lo profesional y consecuentemente también ha afectado al ámbito personal y familiar.
El testimonio del Coronel en la larga vista oral en el Tribunal Supremo debería ser objeto de estudio en las facultades de Derecho y en los centros de enseñanza policiales: rigor, credibilidad y profesionalidad en cada una de sus intervenciones contribuyeron a la decisión de los magistrados en una sentencia histórica.
El período al mando de la Comandancia de Madrid, destino de enorme relevancia en la Guardia Civil, por la responsabilidad y exigencia que reclama, se vio afectado por su férrea determinación en el cumplimiento de su deber y el acatamiento del ordenamiento jurídico. Un Secretario de Estado de Seguridad le cesó en su destino por cumplir con la Ley y lógicamente la Justicia repuso de nuevo al Coronel al frente de la Comandancia madrileña.
El periplo judicial del Coronel para defender la arbitrariedad que se cometió con él, pero también para todos los componentes del Cuerpo, ha resultado siempre favorable a sus peticiones dándole la razón y mostrando la dignidad requerida a un funcionario público exigente consigo mismo y con los demás en el ejercicio de servicio al ciudadano.
Y no siendo todo esto y más suficiente, Pérez de los Cobos, solicitó expresamente al Tribunal la renuncia a la ejecución de sentencias que exigían la degradación de tres Generales de la Guardia Civil, ascendidos como consecuencia de las irregularidades llevadas a cabo por el Gobierno, que ha impedido el ascenso del Coronel a los puestos a los que estaba llamado a ocupar por sobrados y reconocidos motivos.
En este momento, en su despedida del ejercicio activo de su profesión, de su vocación y pasión, la sociedad española pierde, sin ningún sentido, el mejor activo del que dispone actualmente la Guardia Civil. A cambio, el Coronel Pérez de los Cobos nos ha ofrecido, a costa de un enorme sacrificio personal, una nueva página de oro en la historia de España y de los 180 verdaderos años de la Benemérita, recordándonos a todos los valores que deben arropar la función de un ejemplar servidor del Estado.
Coronel Diego Pérez de los Cobos Orihuel, MISIÓN CUMPLIDA Y MUCHÍSIMO MÁS.
Joaquín Collado
Coronel de la Guardia Civil (R)
Juan Santacruz
12/12/2024 22:14
Gran despedida, Ximo. Muy emotiva.