En junio se cumplirán 30 años desde que el español Pablo Ibar entró en la cárcel. Eso son casi 11.000 días sin poder abrazar a su mujer o a sus hijos, dar un paseo o hacer algo tan esencial como soplar las velas de un cumpleaños con los suyos. Casi 30 años que sueña con la libertad y toda su familia lucha contra corriente para que la Justicia de Florida revierta la cadena perpetua por tres homicidios sucedidos en 1994. Tanto su padre, Cándido Ibar, hermano de la leyenda del boxeo Urtain, como familiares, sus dos hijos y mujer esperaban que este fuese el golpe definitivo contra las rejas que llevan reteniendo a Pablo en prisión más de la mitad de su vida.
Incluso el abogado, Joe Nascimento, se reunió con la familia a principios de la semana con la esperanza de que se repitiera el juicio tras haber recogido en la apelación del pasado 28 de febrero 12 motivos planteados en 125 páginas que explican la falta de pruebas contundentes contra Pablo. Puntos que van desde la declaración laxa de un testigo hasta la falta de contraste de las pruebas de ADN que no implicarían al acusado en el lugar del crimen, en el que murieron asesinados el dueño de un club nocturno, Casimir Sucharski y las modelos Marie Rogers y Sharon Anderson.
Pero la decisión de este jueves ha tirado por tierra todas las esperanzas. La familia esperaba que el tribunal admitiera los motivos para una repetición del juicio, un trámite que por burocracia suele tardar años. Sin embargo el Tribunal de Apelaciones de Florida dio la resolución dos meses después del recurso, asestando un golpe de lleno a la Defensa de Ibar, que ahora recurrirá a la Corte Supremo de Florida con el argumento de que los 12 planteamientos no han sido correctamente respondidos. Los principales motivos de la defensa son contra los procesos judiciales faltos de imparcialidad tal y como ha explicado a 'Vozpópuli' el padre de Pablo Ibar. En concreto, la defensa de Ibar apunta al magistrado Dennis Bailey, quien le impuso la cadena perpetua en 2019 y al que Nascimento acusa de cometer "numerosas irregularidades y decisiones de parcialidad" además de vulnerar los "derechos constitucionales".
"Hay 12 preguntas, y no explican el porqué de nada"
Ahora la familia de Ibar retoma el arduo camino para defender a Pablo desde la casilla de salida, aunque con algunas luchas ya ganadas. Pablo estuvo 16 años en el corredor de la muerte hasta que en 2016 un tribunal anuló la pena de muerte por pruebas "endebles", pero le mantuvo entre rejas. Su padre explica a Vózpopuli que aún no ha hablado con su hijo y que necesitó todo el día de ayer para recuperarse emocionalmente del tremendo "golpe" sufrido. "Ha sido un golpe muy fuerte y muy inesperado. Por el resultado y por el tiempo". Cándido responde al otro lado del teléfono con una voz calmada y quebrada a partes iguales, y no entiende la rapidez de la resolución puesto que, a su juicio, la Fiscalía aún debe responder su modo de proceder en la investigación. "Normalmente tardan 6 u 8 años en contestar, y esto ha sido de un día para otro. Hay 12 preguntas, y no explican el por qué de nada".
Incógnitas por resolver
Cándido sigue convencido que quedan muchas incógnitas por resolver y sobre las que la Justicia de Florida debe rendir cuentas, como unos restos de saliva de un hombre sin identificar. Como defiende la Asociación Pablo Ibar se trata de la única muestra hallada en la camiseta azul de la escena del crimen, que excluyen a Ibar. La defensa siempre ha defendido además que el asesino de la casa de Casimir Sucharski en Miamar dejó las huellas en un recuadro negro junto a las víctimas y que tampoco son de Ibar. Ni esas ni las 145 huellas de la escena del crimen. Otro enigma que lleva 10 años sin entender Cándido es la eliminación de dos cintas de vídeo del club nocturno de la víctima que estaban bajo custodia policial. Una noticia de la que tuvieron conocimiento en 2012 y en la que, defienden, se veía a Sucharski siendo amenazado por dos personas.
"Se está tapando algo muy fuerte y no quieren dar el brazo a torcer. Pablo no estuvo ahí, el vídeo de esa noche lo borraron. Hay cosas que no se deberían permitir, eso es una prueba", alega Cándido, visiblemente afectado, teniendo en cuenta que la prueba principal de la que se ha valido la Justicia para condenar a su hijo fue un vídeo que grabó la cámara de la casa donde se ve a dos individuos matando a las tres víctimas. Es un material gráfico borroso donde se ve a un individuo que, al acercarse a la cámara, podría parecer Ibar pero no tiene un contorno definido.
"Para mí esta vez ha sido muy fuerte, porque habíamos confiado demasiado, la verdad. Todo decía 'sí', decía 'bien'
Sin embargo, asus casi 80 años, el padre de Pablo Ibar no se rinde. "Para mí esta vez ha sido muy fuerte, porque habíamos confiado demasiado la verdad. Todo decía 'sí', decía 'bien'. La Justicia en sí no esta mal hecha, pero sí los que aplican la Justicia: los fiscales, jueces, abogados... No hay palabras. Vine con mal sabor de boca. Pasé unos años de EEUU pero con esto último... no quiero pisar EEUU la verdad, tengo hijos y nietos y me gustaría verles pero le estoy cogiendo una manía de tal manera que no quiero. No hay derecho. Algún día tendrá que salir y tiene que pasar algo porque no es normal que una persona que ellos mismos saben que no es culpable, lo tienen a la fuerza ahí. Ya veremos, seguiremos adelante y ya está. Seguiremos no vamos a bajarnos, no mientras viva yo y la familia, vamos a seguir hasta el final", concluye.