Cataluña

Illa resucita media docena de leyes de Aragonès para ganarse el respaldo de ERC a los presupuestos

El Govern ha aprobado varias normas elaboradas por Esquerra en la anterior legislatura, algunas de tanto calado simbólico como la Ley de Memoria Democrática

  • Salvador Illa, durante una sesión de control en el Parlament. -

 

El separatismo sigue acogotando a los socialistas, tanto en el Congreso como en el Parlament. El lunes pasado, Junts lanzó un órdago a Pedro Sánchez instándole a agilizar las cesiones acordadas a su partido o presentar una moción de confianza. Y ayer, Esquerra Republicana no quiso ser menos y amenazó al PSC de Salvador Illa en la cámara catalana con no negociar los presupuestos si no expulsaba a la Policía Nacional y la Guardia Civil del Centro de Emergencias 112 —hasta ahora, competencia exclusiva de los Mossos y que parte de la izquierda y el secesionismo no quieren ver "españolizado"—. Illa, que ya asumió que no podrá aprobar sus cuentas antes de final de año como había previsto, defendió la permanencia de los agentes pero se avino a "debatirla" con los republicanos.

 

Esta cesión ha vuelto a poner de relieve la ascendencia de los republicanos sobre el Ejecutivo de Illa que, más allá de gestos simbólicos, está siguiendo una hoja de ruta que podrían haber firmado los primeros. Lo prueba que su proyecto principal, la llamada "financiación singular" —o concierto económico, según las voces críticas— fuese impuesto por Esquerra como condición para validar la investidura de Illa. Y otro de los pilares sobre el que está orbitando la legislatura, la extensión del monolingüismo en catalán en el espacio público, también fue acordado con los de Junqueras —no en vano, la 'conselleria' de Política Lingüística creada por el actual Ejecutivo la preside el que fuera secretario de la materia durante el gobierno de Pere Aragonès, Francesc Xavier Vila—.  

 

A parte de lo anterior, el Ejecutivo está llevando a cabo un despliegue legislativo que no solo podría haber rubricado ERC sino que, de hecho, ya lo hizo. Y es que, en las últimas semanas, el Govern ha desenterrado distintas iniciativas que fueron aprobadas por el gobierno de Aragonès pero cuyo trámite no llegó a completarse por la convocatoria de elecciones en mayo y el posterior cambio de gobierno —una reactivación que formaba parte del acuerdo suscrito en la investidura—. 

 

Celebrando la "república catalana" de 1931

La norma más relevante de todas ellas por su componente simbólico ha sido la Ley de Memoria Democrática. Aprobada el pasado martes, recoge impulsar "actos de conmemoración" cada "14 de abril, fecha de proclamación, el 1931, de la República catalana" por parte del discutido 'president' Lluis Companys. Y pese a lo polémico de este punto —que se compadece mal con la unidad territorial que consagra la actual carta magna— , el 'conseller' de Justicia y Calidad Democrática, Ramon Espalader, defendió no retocar o modificar aspecto alguna de la ley elaborada por sus predecesores para no "dilatar más su trámite".

Otra la de normas desempolvadas por Illa ha sido la Ley para la Erradicación del Amianto en Cataluña, puesta en marcha la semana pasada y que comportará sanciones de hasta 100.000 euros para los propietarios que no retiren este material dañino para la salud de los inquilinos. Y hace dos semanas, el Ejecutivo resucitó el Estatut de los Municipios rurales, una histórica reivindicación rural que ERC dejó en barbecho. Lo mismo ha hecho con el Pacto Nacional por la Salud Mental —fraguado con amplio consenso en 2021—  y dos modificaciones legislativas en el ámbito del comercio (la ley 18/2017 de Comercio, Servicios y Ferias y el Decreto Ley 1/2009 de Ordenación de Equipaciones Comerciales).

 

Tanto la portavoz Sílvia Paneque como Salvador Illa han justificado haber sacado del arcón esta normas alegando que el Govern "cumple" con lo prometido y que, además, las normas republicanas eran fruto de un "gran trabajo". Pero a nadie se le escapa que a Illa le urge ganarse el favor de los republicanos para materializar a tiempo sus primeras cuentas como presidente. En un momento, además, en el que la pugna con Junts obliga a Esquerra a redoblar sus exigencias con los socialistas. Sin ir más lejos, Junqueras advirtió el viernes pasado que si no cumplen con el concierto económico, "no hace falta que intenten negociar nada más con nosotros"

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