Dos ceses de “segundo nivel” para “contentar” a los políticos. Fuentes del sector ferroviario definen con esas palabras la decisión de destituir a dos cargos de Renfe y Adif con motivo del “fiasco” de los trenes cuyo diseño no encaja con los túneles de Asturias y Cantabria; una crisis que salpica las próximas elecciones autonómicas y que, de momento, ya se ha cobrado “dos cabezas de turco”. La decisión ha suscitado un profundo malestar en ambas empresas públicas, a sabiendas de que la auditoría interna para determinar qué falló en el proceso ni siquiera ha comenzado.
La decisión atiende así a las peticiones de los presidentes asturiano y cántabro, Adrián Barbón y Miguel Ángel Revilla, respectivamente, quienes exigían dimisiones o destituciones. Cabe recordar que la implementación de nuevos trenes ocupa un lugar destacado entre las principales peticiones de ambas comunidades autónomas. Y los dos dirigentes, ante la inminencia de los comicios del próximo mes de mayo, clamaron al cielo -en este caso al Ministerio de Transportes- pidiendo que se asumieran responsabilidades.
La titular de la cartera, Raquel Sánchez, respondió con rotundidad: “Habrá ceses inminentes”. Un día más tarde se dieron a conocer las destituciones en el seno de Renfe y Adif. Por parte de la primera, la responsabilidad del error ha recaído sobre los hombros del cargo que dirigió el proyecto -actualmente en Gestión de Material en la Dirección Técnica y de Operaciones-, mientras que en la segunda se ha destituido al titular de su jefatura de Inspección y Tecnología.
Desde el sector ferroviario consideran que esta decisión es “injusta” y que en todo momento está “teledirigida” a contentar a los dirigentes que elevaron el tono por el escándalo de los trenes. Afirman que es “incomprensible” que se tomen decisiones antes de llevar a cabo la prometida auditoría anunciada por la ministra en la que, con “absoluta transparencia” -en palabras de Renfe y Adif- se tratará de determinar el origen del error: “No tiene ningún sentido que haya ceses antes de analizar la causa del problema, salvo si es para suavizar la crisis política”. “Con estos ceses buscan dejar todo como está y enterrar un problema que viene de más arriba”, insinúan las mismas voces del sector. Y añaden: "Los sirven en bandeja de plata para apagar el incendio". Fuentes sindicales apuntan en la misma línea y señalan que se trata de un “lavado de cara”, y que el fallo se sitúa en “otros estratos” de ambas empresas ferroviarias: “Los dos cargos cesados son dos cabezas de turco”.
De hecho, y de forma interna, tanto Renfe como Adif esperan a que se resuelva la prometida auditoría para tomar nuevas decisiones sobre los ceses. Es más, fuentes cercanas a las empresas señalan que los anunciados son ceses que "se producen por carácter preventivo", dando a entender no solo que pueden ser más los afectados por esta medida, sino que los ceses pueden ser revocados si la investigación que ponga Transportes en marcha determina que los señalados no son los culpables.
Renfe señala a Adif, pero Adif se defiende
Cabe recordar que el origen de la crisis se sitúa en los pliegos de características técnicas de la licitación. Renfe anunció a principios de 2019 un concurso público para la fabricación de 31 trenes, que no se adjudicó hasta febrero de 2021 -la pandemia del coronavirus estalló en medio de la licitación-. La empresa adjudicataria fue Construcción y Auxiliar de Ferrocarriles (CAF), con una oferta ligeramente superior a los 196 millones de euros.
En el proceso hay un documento clave, que es la Declaración sobre la Red, de Adif, donde sólo hace referencia a la Instrucción Ferroviaria de Gálibos; o lo que es lo mismo, las dimensiones para túneles o puentes, entre otros. Fuentes del sector ferroviario indican que esas referencias se aplicarían a obras nuevas o acondicionamientos, pero no a las redes ya existentes.
No obstante, serían las que se remitieron a CAF para el diseño de los trenes. Renfe culpa a Adif de recoger unos gálibos no adecuados, mientras que Adif asegura que no tiene la culpa de que Renfe enviase ese documento para la fabricación de los trenes, según recogió La Nueva España. El Español también detalla que Renfe contaba con informes desde 2021 donde se advertía de la problemática.
Transportes reúne al "grupo de trabajo"
Desde el Ministerio de Transportes se recalca que aún no se ha abonado ninguna partida para la fabricación de los trenes, que todavía se encontraban en fase de diseño. El fallo en la elaboración de los planos, no obstante, supondrá una demora del proyecto, presumiblemente entre dos o tres años. La cartera dirigida por Raquel Sánchez también anunció la creación de un grupo de trabajo liderado por el propio Ministerio y con participación de los Gobiernos de Cantabria y Asturias. Este miércoles se celebra en Santander el primer encuentro entre todos ellos, con la presencia añadida de responsables de Adif y Renfe.
Para solventar el problema se apuesta por el “método comparativo” como opción más probable, lo que supone calcar el diseño de un tren ya existente para asegurar su correcto funcionamiento en las vías ferroviarias: no solo en tamaño, sino también en peso y otras cuestiones técnicas que afectan directamente al desempeño de las máquinas.
La auditoría será finalmente la que determine qué ha ocurrido en el proceso y quiénes fueron los responsables de los errores. Esta investigación ya ha arrancado con los primeros ceses, los dos cargos de Adif y Renfe a los que ya se les ha comunicado su destitución. “Es difícil de creer que hayan cesado a dos personas sin haber llevado a cabo la auditoría y sin conocer en profundidad qué falló en el proceso”, concluyen fuentes del sector.