España

El ozono ‘malo’ asfixia a la ciudad de Madrid

La corporación municipal, gobernada por Ahora Madrid, reconoce la gravedad del problema y señala que no se pueden aplicar “medidas a corto plazo” ni “parches”, sino que la contaminación requiere adoptar soluciones "estructurales".

  • Vista de la contaminación que cubre la ciudad de Madrid

El intenso calor no es el único suplicio que deben soportar aquellos que se quedan en Madrid durante este mes de julio. El ozono troposférico u ozono 'malo' también ahoga a los que transitan sobre el asfalto de la capital estos días. Desde el pasado lunes, las estaciones de medición instaladas en la ciudad han registrado las concentraciones más altas de este gas nocivo en los últimos años. Otras siete localidades de la región, como Leganés, Móstoles, Alcorcón y Alcobendas, también han superado los límites recomendados.

A diferencia del ozono estratosférico, que protege de la radiación solar, el ozono troposférico se forma cuando otros contaminantes primarios, como los óxidos de nitrógeno generados por la combustión de los vehículos, reaccionan con la luz solar. Entre los principales síntomas que causa este gas inodoro en las personas, están la irritación de las mucosas, el picor de ojos o el agravamiento de las enfermedades respiratorias y cardíacas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en España se producen cerca de 2.000 muertes prematuras como consecuencia de la exposición a esta sustancia.

La legislación europea obliga a las autoridades a informar a los ciudadanos cuando se rebasa el umbral de los 180 microgramos por metro cúbico

La legislación europea obliga a las autoridades a informar a los ciudadanos cuando se rebasa el umbral de los 180 microgramos de O3 por metro cúbico. Y es que, por encima de esta cifra, pueden producirse perjuicios para la salud como el empeoramiento de la función pulmonar, malestar general, dolor de cabeza y disminución del rendimiento. Por encima de los 240 µg/m3, nivel en el que se activaría el 'umbral de alerta' para la población, los expertos han observado casos en los que se producen náuseas y dolores pectorales al inspirar profundamente. La exposición prolongada a elevadas concentraciones de ozono puede llegar a alterar el sistema inmunológico del aparato respiratorio, lo que favorece las infecciones.

Un problema estructural sin soluciones inmediatas

Aunque los ayuntamientos publican en sus páginas web información actualizada y avisos de los altos niveles de contaminación, los expertos cuestionan la efectividad de estas alertas entre el grueso de la población. En lo que va de año, en Madrid se ha superado 'el umbral de información' durante 28 horas, repartidas a lo largo de 8 días diferentes y en 14 estaciones medidoras. Los datos reflejan un aumento con respecto a 2014, en el que sólo se superó 3 días, durante 8 horas, en 9 estaciones. El valor máximo registrado ha sido este año de 236 μg/m3, mientras que el año anterior no sobrepasó los 215 μg/m3. Hasta la fecha, nunca se ha superado en la Comunidad el 'nivel de alerta' (240 µg/m3), salvo en 2003. 

Pero este problema, lejos de ser desconocido para las administraciones, es algo que se repite verano tras verano. Ante los sucesivos episodios de contaminación extrema, el Ayuntamiento gobernado por Ana Botella aprobaba en febrero un protocolo de actuación frente a la contaminación por dióxido de nitrógeno. Entre las medidas que propone el plan actualmente vigente, figura la de restringir el tráfico de vehículos por la ciudad en función de la matrícula o la prohibición de aparcar dentro de la zona regulada por parquímetros. Además, se plantea la posibilidad de limitar la velocidad a 70km/h en las carreteras de acceso a la ciudad a partir de la M-40. Además, desde julio de 2014, los parquímetros castigan con recargos de hasta el 20% a los coches con motor diésel anteriores a 2006 y a los de gasolina matriculados antes de 2001. 

El Ayuntamiento quiere reunirse con la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad para abordar el problema de manera coordinada

La nueva corporación municipal, gobernada por Ahora Madrid, por el momento se limita a señalar que la alta concentración de ozono es “un problema gravísimo”. Según la portavoz del Ayuntamiento, Rita Maestre, no hay “medidas a corto plazo” ni “parches” que se puedan poner “a un problema de contaminación como el que tiene la ciudad de Madrid”. Más allá de reconocer la gravedad del problema y de mostrar su preocupación por el asunto, el nuevo gobierno liderado por Manuela Carmena no ha anunciado la puesta en marcha de ninguna solución adicional con carácter inmediato. Maestre aboga por la transparencia en la información y la adopción de “medidas estructurales” que permitan corregir los niveles de este gas nocivo en el aire madrileño.

En la misma línea se expresaba este miércoles la delegada del Área de Gobierno de Medio Ambiente del Ayuntamiento, Inés Sabanés, tras la Comisión de Medio Ambiente y Movilidad. La concejal se muestra partidaria de tomar “medidas valientes” e incluso “impopulares” con respecto al tráfico rodado. Entre las posibles soluciones, Sabanés baraja la posibilidad de aplicar algunas de las medidas recogidas en el plan elaborado por el anterior ejecutivo municipal. También reconoce la “preocupación” que genera el asunto en el actual consistorio madrileño y prevé “marcar nuevas exigencias” que adapten el Plan de Calidad del Aire a la normativa europea. Además, tras haber escuchado a los ecologistas, la intención del Ayuntamiento es reunirse de manera urgente con la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid para abordar el problema de manera coordinada.  

La Comunidad mantiene el PlanAzul+

La administración presidida por Cristina Cifuentes se marca en su PlanAzul+ una serie de objetivos para mejorar la calidad del aire hasta 2020. Para el ozono fija la cantidad de “120 μg/m3, que no deberá superarse en más de 25 días por cada año civil de promedio en un periodo de 3 años”. Además, el plan establece cinco líneas de actuación en el sector del transporte, que pasan por fomentar el uso de tecnologías y combustibles menos contaminantes; ofrecer alternativas al tráfico privado motorizado; reducir las emisiones del tráfico de mercancías; mejorar el transporte público; y reducir las emisiones asociadas al tráfico aeroportuario.

Ante la persistencia de altas temperaturas durante este verano, desde Ecologistas en Acción instan a las administraciones a que tomen medidas con carácter urgente para evitar que se repitan los picos de ozono. “Medidas que deben pasar por la limitación del tráfico urbano e interurbano, principal emisor de los contaminantes precursores del ozono”, señalan desde la organización en un comunicado. Además, también son partidarios de que las autoridades instalen paneles informativos en parques y zonas de ejercicio, como los que avisan de las incidencias del tráfico en las calles.

En París, la alcaldesa Anne Hidalgo decidió tomar medidas polémicas para hacer frente a los picos de contaminación

Mientras tanto, la solución ante estos episodios de alta concentración por ozono en superficie es consultar regularmente la aplicación para móvil que ofrece el Ayuntamiento -El aire de Madrid-, suscribirse al Servicio de alertas SMS del Sistema de Vigilancia de la Calidad del Aire o entrar en la web del Consistorio, que proporciona información actualizada sobre los niveles de polución en diferentes puntos de la ciudad. Entre las principales recomendaciones ante los picos de concentración de ozono, se aconseja a los grupos de población más sensibles -niños, ancianos y personas con problemas respiratorios-, que no practiquen ejercicio físico en el exterior, sobre todo cerca de estaciones en las que se sobrepasa el 'umbral de información'.

Capitales europeas que actúan

En ciudades como París, la alcaldesa Anne Hidalgo decidió tomar medidas polémicas para hacer frente a los picos de contaminación que viene sufriendo en los últimos años la capital francesa. La más conocida fue la de prohibir la circulación de vehículos, en función de la matrícula par o impar, en días alternos. La política de movilidad del ayuntamiento parisino incluye, además, grandes zonas de baja velocidad y transporte público gratuito cuando se registran picos de alta contaminación. La capital gala se propone lograr una ciudad sin vehículos diésel para el año 2020. A esta medida se sumaba durante la campaña electoral el candidato socialista al ayuntamiento de Madrid, Antonio Miguel Carmona, quien, consciente del problema, prometía copiar la iniciativa parisina.

En Reino Unido, el alcalde de Londres, Ken Livingstone implantó en el año 2003 la Congestion Charge, un peaje a todos los vehículos privados que quisieran acceder a las calles del centro londinense. En 2008, entró en vigor una tasa adicional variable, que depende del grado de emisión contaminante de los coches. Actualmente, tampoco se conceden licencias a taxistas con vehículos de más de quince años de antigüedad. Por otra parte, en Lisboa está restringido el tráfico en el centro para los vehículos matriculados antes del año 2000. Y, en Barcelona, la Generalitat decidió activar el pasado mes de enero el protocolo por alta contaminación y limitar a 90 km/h la velocidad de las carreteras del área metropolitana cuando se registraron picos de contaminación.

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