España

Juan J. Calaza: "Confinar a la población no va a arreglar absolutamente nada"

El economista y matemático Juan José R. Calaza ha impulsado un manifiesto contra las medidas de confinamiento dictadas por el Gobierno para frenar la expansión del coronavirus. Junto a Andrés Fernández

El economista y matemático Juan José R. Calaza ha impulsado un manifiesto contra las medidas de confinamiento dictadas por el Gobierno para frenar la expansión del coronavirus. Junto a Andrés Fernández Díaz, catedrático emérito de Política Económica de la UAM; Joaquín Leguina, estadístico superior del Estado; y Guillermo de la Dehesa, economista del Estado, sostiene que paralizar el país no servirá para evitar los contagios y sólo supondrá el hundimiento de la economía. A todos ellos, mayores de setenta años, les une una relación académica con varios artículos publicados en revistas. 

Calaza ahonda desde París en las tesis expuestas en su manifiesto que nada a contracorriente de las decisiones de muchos gobiernos ante la pandemia que se ha cobrado ya la vida de 67.260 personas en todo el mundo. Dice que sus propios cálculos ofrecen una tasa de letalidad del coronavirus mucho menor a la expuesta por la Organización Mundial de la Salud (OMS) o el Imperial College de Londres. 

- El confinamiento reduce el número de contactos diarios de una persona y hace disminuir el número reproductivo del virus... La tesis de su manifiesto es que, como puede volver a reproducirse exponencialmente una vez que se levanten las restricciones, mejor no hacerlo para no destruir la economía, ¿no?

Todo confinamiento reduce los contactos. Pero el hecho de reducir los contactos sociales no quiere decir que disminuya el número de contagios. Y el problema del virus no es su letalidad, que es muy baja, sino que es bastante alta cuando toca a personas con patologías crónicas, que suelen concentrarse en hombres de más de ochenta años y, en menor medida, en las mujeres. El hecho de que se confine a la población no va a arreglar absolutamente nada. Tardará más, pero se va a contagiar igual.

- Ustedes califican de 'mito' que el aplanamiento de la curva epidémica gracias el confinamiento salve muchas vidas. ¿Por qué?

Una persona que no sepa nadar se ahoga igual en una piscina de dos metros que en medio del océano Pacífico. Si el sistema de urgencias sólo admite 1.000 personas y se presentan 1.100, da igual que se presenten 1.100 o que se presenten 50.000; queda desbordado. Lo que se está haciendo con el aplanamiento es que, en lugar de que el pico se produzca de una vez por todas, se extiendan en el tiempo las plétoras en urgencias. Si todo tenía que haber acabado en 15 días, va a acabar mucho más tarde. Y a quien perjudica esto es a los mayores de 80 años. 

- ¿Entonces no se debería proteger a la sociedad?

Sólo el 3,5% de los fallecidos eran menores de 60 años, por lo que las medidas de confinamiento no se hacen para ellos. De los 11.000 muertos, más del 60% tenían más de ochenta años. Es a estos a quienes teníamos que haber confinado y protegido, en lugar de dejarlos morir en residencias o en los servicios de urgencias, donde la consigna es salvar a la gente con esperanza de vida. Y para estar seguros de que prácticamente quedaba blindada la población de riesgo habría que llegar a un orden de vacunación del 66% o dejar que la población se infecte hasta llegar a ese nivel y ya constituirían un muro de protección respecto a la población más frágil. Cualquiera de los dos serviría igual. Pero como no hay vacuna, la herd immunity (inmunidad de grupo) que pretendía [Boris] Johnson en Gran Bretaña, en mi opinión era la mejor opción. 

- Pero ahora vemos los servicios funerarios ya desbordados. ¿No cree que sin las medidas de confinamiento nos estaríamos dejando a mucha más gente por el camino y habría una situación inasumible a las puertas de los hospitales?

Pero si están desbordados, están desbordados. Ese es el problema de la curva epidémica. Con el aplanamiento de la curva puede ser peor el remedio que la enfermedad, ya que vamos a extender las plétoras en el tiempo y, al final, se va a contagiar el mismo número de personas que si hubiéramos permitido un contagio libre, aunque aislando a aquellos con riesgo y a los de más de ochenta años con patologías. 

- ¿Y por qué el Reino Unido decidió cambiar de estrategia?

El Imperial College tenía un modelo matemático de proyección. Pero para este tipo de enfermedades esos modelos son un completo dislate. En su día proyectaron 200.000 muertos con las vacas locas en Francia y murieron 200 personas. El Imperial College, totalmente entregado al Partido Laborista, hizo unas proyecciones de 600.000 muertos, aplicando una tasa de letalidad fantasiosa. Y Johnson dijo, si esto al final es verdad, a mí me matan. Así que optó por una especie de confinamiento dulce, sin llegar a las medidas extremas de España.

- El presidente Sánchez habla ya de un plan de vuelta progresiva a la normalidad, pero parece que los expertos contemplan escenarios en los que pueda haber nuevos brotes...

Si esto para un poco -que lo hará- por su puesto que se van a reproducir los brotes. ¿Y qué vamos a hacer? ¿Confinar de nuevo a la población? Según declaraciones del ministro Marlaska, España ha tomado las medidas más draconianas, lo cual es cierto. Pero en España hay más muertos que en Italia. O sea, que esas medidas no han servido absolutamente para nada.

Que la enfermedad venga en dos períodos y no sólo en uno cambia totalmente los cálculos"

Yo creo que el cálculo hay que hacerlo sobre dos períodos y no como lo estamos haciendo en España. Hay que hacerlo como hacen en Suecia, en cierta medida en Inglaterra, en Holanda, en Alemania o en Japón. Que la enfermedad venga en dos períodos y no sólo en uno cambia totalmente los cálculos. No se puede confinar a la población durante dos inviernos seguidos. Yo no veo otra alternativa, porque la crisis económica que se avecina va a endeudar al Estado y eso se va a repercutir forzosamente sobre el sistema de salud. Al golpearlo, habrá más muertos porque se atenderán peor. 

- Ustedes dicen en el manifiesto que hubiera sido mejor el uso masivo de mascarillas desde el principio. ¿Por qué cree que no se obligó a ello?

En China, Corea y Japón van siempre con mascarillas, a diferencia de Europa. En Corea las aplicaron desde el primer día y eso fue lo que lo frenó, más que la utilización de las aplicaciones con geolocalización. Aquí, creo que los cogió muy desbordados y se dedicaron a copiar en primer lugar el modelo italiano que tenían al lado. Pero ese modelo era un desastre absoluto, porque lo copiaron del chino. Aunque no fue una copia óptima, ya que China no aisló a toda la población, sino al 10%. 900 millones de habitantes seguían trabajando para la región que estaba confinada. 

Pero Italia, al confinar a todo el país, se quedó a cero. Ahora tendrá una crisis económica y sufrirá el impacto. El problema que surge con los eurobonos que se piden ahora a Europa es que holandeses y alemanes ahora dicen sin decirlo a Italia y a España: No, no, vosotros habéis arruinado el país porque habéis parado la economía. Nosotros no la hemos parado, nos hemos arriesgado y no hemos seguido la histeria alarmista. Por tanto, vosotros pagáis la ruina total de España. Y no digamos si esto se prolonga…

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