España

Draghi y Merkel mienten: el BCE frena de nuevo los ataques a la deuda

Las altas instancias europeas se afanan en repetir que el Banco Central Europeo (BCE) no va a comprar más deuda en el mercado, pero es una defensa de la ortodoxia vana.

Las altas instancias europeas se afanan en repetir que el Banco Central Europeo (BCE) no va a comprar más deuda en el mercado, pero es una defensa de la ortodoxia vana. Los operadores comienzan a tenerlo claro: el BCE facilitará las subastas de deuda de los estados miembros y no permitirá que países como España o Italia caigan en zonas de rescate, todo ello con compras de deuda, evidentemente, que rebajen los tipos de interés en el mercado secundario. Una cosa es que tanto la canciller alemana como el presidente del banco central adviertan que esto no es un festival de liquidez imilitada  pero otra que vayan a permitir más ataques masivos. Ayer, después de un inicio del día con fortísimas caídas, los mercados corrigieron, con mención especial para los plazos cortos, ante una nueva aparición en mercado del organismo emisor.

El 10 años español, por ejemplo, sufría un fuerte varapalo que le llevaba al medio día hasta el 6,06%, es decir, 32 puntos básicos por encima de la apertura. Un nuevo desastre, en apariencia, ya que se superaba una cota psicológica como es la del 6%. Pero al cierre de la sesión, sin motivo aparente, finalizaba mucho mejor; en el 5,78%, sólo 4 puntos al alza respecto al cierre del viernes, con la prima de riesgo en 377 puntos desde los casi 400 que llegó a tocar.

Más llamativo fue el movimiento en los plazos cortos, donde hubo incluso fuertes ganancias. El bono a 3 años recortó 20 puntos básicos hasta el 4,64%, mientras el activo a 5 años también mejoró en precio, recortando 8 puntos básicos hasta el 5,18%. Estas cotas no son las deseables, ya que hace un año el 5 años estaba al 3,8%, pero tampoco son cifras que anticipen un rescate.

Los operadores destacan que el BCE salió 'de compras' conforme los mercados tocaban mínimos del día y consiguió invertir la situación en poco rato, ya que el volumen de negocio es flojo, con especial presión en los tramos cortos.

De esta manera, se facilitan las subastas de deuda que restan en lo que queda de año y se preparan las del próximo ejercicio, algo más que crucial en un escenario en el que la falta de avances políticos en la UE hacen vital que las condiciones de mercado sean lo más suaves posibles.

Lo compra todo

Un gestor de patrimonios comentaba que “Draghi ha comprado todo lo que ha podido después de comer, con más fuerza en los plazos cortos, a través de los cuales se van a financiar los vencimientos que vienen”. El experto subrayaba que con esta actuación, “el BCE le quita un poco de carga a los países. Recordemos que mañana (por hoy) hay subasta española y el miércoles, de nuevo, italiana”. Ayer, de hecho, la colocación en Italia se solventó algo mejor de lo esperado

Los analistas ponen de manifiesto que la curva de tipos española descuenta un escenario de normalidad, con los plazos cortos sensiblemente más bajos que los largos. Una normalidad que está muy inducida por el BCE, sin duda, que es el único instrumento actual capaz de frenar la sangría sobre la deuda soberana.

Pero, más allá de reuniones de los países del Eurogrupo, los líderes comunitarios y el BCE deben velar por las urgencias a corto plazo y estas no son otras que los vencimientos masivos del año que viene. Los tipos de interés no pueden estar a los niveles actuales (o superiores) o la carga financiera será insostenible.

Merkel y Draghi lo saben. Aunque hagan proclamas casi furibundas insistiendo en que el organismo emisor no está para velar por la política económica (la Reserva Federal sí) y que por tanto, no financiarán a los estados, los alemanes saben que no hay futuro para el Euro con los principales países con unas primas de riesgo desproporcionadas.

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