Los guardias civiles destinados en Galicia están pendientes del rumbo que tomará la región tras las elecciones autonómicas que se celebrarán este fin de semana. ¿El motivo? Miran con recelo los últimos pasos que ha dado el PP en materia de competencias, así como algunos de los puntos de su programa electoral. Consideran que Alberto Núñez Feijóo, bien por dejadez, bien por iniciativa propia, ha abierto las puertas a que la Xunta adquiera una serie de funciones que dejaría en el aire a cientos de miembros del Instituto Armado y sus familias.
El origen de sus inquietudes se basa en la decisión que el PP tomó en pleno del Parlamento gallego en febrero de 2019. Gracias a su abstención salió adelante una ley -impulsada por el PSOE y con el voto a favor de En Marea y BNG- para reclamar las competencias de Tráfico, en una transferencia similar a la que se vivió a finales de ese mismo año en Navarra: el presidente del Gobierno acordó con el PNV que la Comunidad Foral gestionaría la seguridad viaria en la región, tambaleando el futuro de 200 agentes del Instituto Armado.
“Lo que se vivió en Navarra es muy similar a lo que está ocurriendo en Galicia”, detallan fuentes de la Guardia Civil que se desempeñan en la región. Tras la abstención del PP, mandos del cuerpo se reunieron con representantes de la Xunta para aclarar su situación en la región. Desde el Gobierno autonómico se les aseguró que seguirían en la zona y que sus funciones no variarían. Sin embargo, los miembros del Instituto Armado lamentan que el equipo de Feijóo no haya dado ningún paso para revertir el texto aprobado en la cámara gallega.
El programa del PP
Por eso miran con lupa el programa electoral con el que el candidato del PP se presenta a las elecciones de este 12-J. Y su contenido les ha inquietado. En concreto, el punto 22 del epígrafe “Agenda Galicia”, donde Feijóo se compromete a “la incorporación de nuevos agentes a la Unidad de Policía Adscrita a Galicia hasta completar su dotación”. Sin embargo, ni una referencia al Instituto Armado. De ahí las inquietudes entre los miembros del cuerpo, que encuentran algunos paralelismos con el proceso que se vivió en Navarra.
Las mismas fuentes consultadas por Vozpópuli creen que la cesión de las competencias de Tráfico a Galicia podría precipitarse en caso de que socialistas, BNG y En Marea –fuerzas que votaron a favor de la transferencia de las competencias de Tráfico- alcanzasen la mayoría tras el 12-J.
Galicia encuentra en esa Unidad de Policía Adscrita a Galicia, dependiente de la Policía Nacional y creada hace tres décadas, el germen para la constitución de una policía autonómica. Esta unidad tiene una gran operatividad en la región, aunque su número de efectivos nunca ha alcanzado el medio millar.
Fraga impulsó el proyecto
Manuel Fraga, desde la presidencia de la Xunta, abrió las puertas a la constitución de un cuerpo propio en Galicia. Desde entonces, los sucesivos Gobiernos –independientemente de su color político- han dado varios pasos para adquirir diferentes competencias en materia de seguridad.
En los últimos años, ya con Feijóo como presidente, los guardias civiles lamentan el deterioro de sus instalaciones y medios; más aún en comparación con las nuevas oficinas que se han habilitado para la Unidad de Policía Adscrita, a la que muchos ya conocen como la Policía Autonómica Gallega.
Los miembros del Instituto Armado interpretan todos estos pasos como una señal hacia una inminente retirada de competencias en la región. Consideran que buena parte de su futuro queda ligada al resultado electoral del 12-J, y en la intención de la futura Xunta de hacer cumplir la ley de transferencias de Tráfico aprobada gracias a la abstención del PP.
