Las dos cabezas visibles del proceso iniciado por la juez argentina María Servini, José Utrera Molina y Rodolfo Martín Villa tienen algo más que este episodio en la historia de España. Ambos, miembros destacados durante la dictadura franquista que dieron el salto a la democracia de una forma distinta en unos tiempos convulsos.
Martín Villa es considerado responsable de represión en una concentración en Vitoria en 1976, donde supuestamente ordenó el uso de armas de fuego
Rodolfo Martín Villa inicia su carrera dentro del Movimiento desde joven. Natural de la provincia de León, pronto se vinculó al Sindicato Vertical. Fue jefe nacional del Sindicato Universitario español (1962-1964), gobernador civil y jefe provincial del Movimiento en Barcelona (1974), ministro de Relaciones Sindicales (1975) y procurador en Cortes.
Como Ministro de Relaciones Sindicales tuvo que enfrentar la matanza policial de Vitoria el 3 de marzo de 1976, por la que ahora le acusa la juez argentina, en la que Martín Villa asumió la responsabilidad en el momento por encargo del presidente del Ejecutivo, Carlos Arias Navarro, pese a que el ministro de Gobernación era Manuel Fraga. El exministro debía de encargarse de retener al movimiento obrero en Barcelona. Poco después de tomar el mando, se produjeron actuaciones policiales con disparos contra los manifestantes, en donde hubo 5 muertos y más de 100 heridos, por los que ahora se le acusa.
Rodolfo Martín Villa (2d)
Una vez llegó la democracia, Martín Villa se unió a la UCD como sector independiente del régimen y ocupó puestos como ministro de la Gobernación (1976-1979), ministro de Administración Territorial (1980-1981) y vicepresidente del gobierno (1981-1982). Tras la disolución de la UCD se unió al Partido Demócrata Popular, para luego pasar a formar parte del Partido Popular.
En el mundo empresarial, Martín Villa ha presidido empresas como Endesa (1997-2002) o Sogecable (2004-2010), empresa del grupo Prisa, a la que se vinculó el exministro a inicios de siglo, siendo embajador de la empresa de cara a obtener mejores tratos por parte del poder político. A su marcha, su sucesor en el cargo, Manuel Polanco, defendió la "inestimable capacidad de diálogo y consenso" con los principales actores del sector, en especial con Telefónica, que había representado para la empresa Martín Villa, el cual agradeció notablemente su relación con el grupo de comunicación.
En su momento, cuando El País anunció la intención de Jesús Polanco de ceder el cargo a Martín Villa, que luego tendría de secretario del consejo de administración que presidía al que fuera director del medio hasta 1988, Juan Luis Cebrian, el periódico olvidó cuidadosamente todo el pasado franquista del nuevo presidente de Sogecable, aunque no olvidó mencionar toda su carrera política posterior en la UCD en el PP y en Endesa.
Utrera Molina: un hombre del Movimiento
José Utrera Molina nació en 1926 Málaga, donde desde joven ocupó la subjefatura provincial del Movimiento. Desempeñó el cargo de gobernador civil en Ciudad Real, Burgos y Sevilla antes de ser nombrado subsecretario del Ministerio de Trabajo (1969-1973). Una vez dejó ese puesto, fue parte del gabinete ministerial de Carrero Blanco, en la cartera de Vivienda.
A Utrera Molina se le acusa de haber convalidado con su firma la sentencia de muerte de Salvador Puig Antich en 1974
Una vez se produce el atentado sobre Blanco es nombrado ministro Secretario General del Movimiento en el primer gobierno de Arias Navarro. Considerado como parte del grupo de franquistas conservadores, que no querían evolucionar hacia un sistema democrático, fue cesado por Navarro.
En 1974, durante su periodo como Secretario General del Movimiento, Utrera Molina firmó la sentencia de muerte por garrote vil del joven anarquista catalán Salvador Puig Antich, que todo el consejo de ministros aprobó y que fue la última muerte con este método que se produjo en España, con la condena en bloque de la comunidad internacional y que ahora es la causa por la que la juez Servini pide su detención.
Utrera Molina no ocupó cargos públicos tras su cese al frente de la secretaría general del movimiento. En los últimos años ha sido foco de algunas polémicas, como la retirada de su distinción como hijo predilecto de la ciudad de Málaga por la ley de Memoria Histórica o relacionadas con su yerno, Alberto Ruiz Gallardón, casado con su hija María del Mar, durante la etapa de éste como alcalde de Madrid. Es autor del libro Sin cambiar de bandera, en donde relata su paso por los distintos gobiernos de Franco, al que en más de una ocasión ha defendido en distintas ocasiones, afirmando que "no era totalitario".