Galicia

Abel Caballero busca una explicación al cortocircuito del PSdG en Vigo

El alcalde de la ciudad olívica trata de restar importancia al nefasto resultado para los socialistas el 18-F y cree que no toda la culpa es atribuible a Pedro Sánchez

  • Abel Caballero, alcalde de Vigo

¿Que ha pasado en Vigo para que el BNG arrasase a lo grande y se convirtiese en la fuerza más votada, por primera vez en su historia, en la jornada electoral del 18-F? ¿A qué se debió la debacle sufrida por el PsdeG en la ciudad más poblada de Galicia, donde gobierna un alcalde socialista, Abel Caballero, cuyas mayorías ‘absolutísimas’ son tan crónicas y repetidas que ya casi han dejado de ser noticia? Nadie lo tiene muy claro, pero lo cierto es que los nacionalistas se impusieron con rotundidad en las votaciones de este domingo tras conseguir la confianza de 56.820 votantes, 25.000 más que hace solo cuatro años. Y que, mientras tanto, el PsdeG obtuvo el apoyo de tan solo 30.781 electores tras perder la friolera de 12.500 sufragios con respecto a las elecciones autonómicas de 2020. Un ‘trasvase’ lo suficientemente llamativo como para hacer encender las alarmas a todo gas, como así ha sido, tanto en los despachos municipales de Vigo como en los cuarteles generales del PSOE a nivel autonómico y nacional.

Los resultados del 18-F en la primera ciudad gallega supusieron, por una parte, que el Partido Popular perdiese su tradicional situación hegemónica, y por otra, la más importante, que el PSOE pasase al tercer puesto del ránking debido al espectacular ‘sorpaso’ de la formación liderada por Ana Pontón, que también ha comido mucho terreno a los socialistas en prácticamente todas las ciudades importantes. Que el PP perdiese el primer puesto preocupa mucho menos en los altos despachos de la formación, porque los datos dejan constancia de que, a pesar del ‘adelanto’ protagonizado por el BNG, el partido ha ganado diez mil nuevos votantes en los últimos cuatro años. Así, los populares cosecharon 54.100 sufragios en la última votación, lo que supone el 35% de los votantes, frente a los 56.820 de los nacionalistas (37%). Mientras tanto, el PSOE se quedó raspando las 30.000 papeletas tras conseguir el apoyo de solo el 20% del electorado, 12 puntos menos que en los comicios de 2020.

Abel Caballero, que participó de una forma muy activa en la campaña electoral gallega y se deshizo en elogios tanto hacia Pedro Sánchez como hacia Gómez Besteiro por considerarlos como unos grandes defensores de los intereses de la ciudad que gobierna, ha intentado quitar importancia al nefasto resultado del 18-F y considera desacertado culpar del mismo al presidente del Gobierno. En su opinión, la culpa radica exclusivamente en la “senda decreciente” que el PSdeG sufre desde el gobierno bipartito que pilotó el socialista Emilio Pérez Touriño entre 2005 y 2009, cuando los socialistas lograron 25 diputados en el Parlamento gallego, justo los mismos que los obtenidos por el BNG en las elecciones del 18-F.

Por supuesto, Caballero rechaza que ese resultado sea fruto de su propio desgaste y destaca el error que supondría extrapolar el balance de las elecciones autonómicas a las municipales. En los comicios locales de 2023, Caballero logró revalidar la alcaldía por quinta vez consecutiva tras obtener una nueva e indiscutible mayoría absoluta. De hecho, 19 de los 27 concejales de la corporación local son del PsdeG, todo ello pese a perder un edil con respecto a los anteriores comicios. En 2019, el veterano político consiguió un resultado histórico que lo convirtió en el alcalde urbano con más apoyo de España.

Todos esos datos, es cierto, son incuestionables. Pero también es verdad que la “senda decreciente” del PSdeG a la que alude el propio regidor vigués no afecta ya solo al partido a nivel regional tras haber perdido la friolera de 16 escaños en el Parlamento autonómico en los últimos tres lustros, de 25 a 9, sino que parece haberse contagiado a todo el espectro socialista nacional. Por mucho que Caballero intente quitar responsabilidades a Pedro Sánchez.

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