Asediado por varios frentes (mínimo crecimiento económico y un elevado nivel de deuda privada que frenan el consumo y la inversión necesarios para crear empleo), el nuevo Ejecutivo español tendrá unas posibilidades de acción restringidas para cumplir con los objetivos a los que se ha comprometido, según varias fuentes y analistas consultados.
"El margen de actuación es muy limitado", señala a Efe una destacada fuente comunitaria de Bruselas, que pidió expresamente el anonimato. El próximo Gobierno "podrá cambiar algunos de los ingredientes de la cesta" de medidas, pero no muchos, y en todo caso no puede modificar el objetivo final, recalca.
En esto coincide Karel Lannoo, director ejecutivo del Centro de Estudios Políticos Europeos (CEPS), uno de los principales laboratorios de ideas de Bruselas, para quien "no se puede hacer mucho a corto plazo" para intentar que la economía española remonte el vuelo.
No obstante, este analista cree que, además de una acertada gestión económica, España necesita "visibilidad política en Bruselas y en el mundo", algo que con José Luis Rodríguez Zapatero "no hemos visto", ya que cree que el actual presidente del Gobierno ha estado "un poco inexistente" en la toma de decisiones de la Unión Europea.
El objetivo de esa visibilidad es "explicar mejor la realidad española", y cita el ejemplo de cómo los bancos españoles fueron los más perjudicados en las decisiones sobre recapitalización de la cumbre comunitaria del pasado 26 de octubre, ya que las fórmulas de calcular el riesgo se hicieron con criterios impuestos por Alemania y Francia, cuyas entidades están mucho más expuestas a la deuda griega.
Una tercera fuente diplomática cree que el próximo presidente del Gobierno tendrá que actuar "rápidamente" con una serie de medidas que demuestren, tanto a los mercados financieros como a las instituciones comunitarias y la población, su capacidad de tomar decisiones "rápidas y claras".
Reforma laboral y control del déficit
Y es que el ganador de las elecciones de mañana heredará un país con una tasa de paro del 22,6 %, que crecerá un 0,8 % este año y que según la Comisión Europea sólo logrará un crecimiento del 0,7 % en 2011 y 2012.
Además, España debe cumplir con su compromiso de que el déficit público de 2012 sea del 4,4 % del PIB, frente al 6 % previsto para este año, que la CE cree que será en realidad del 6,6 % y que habría que corregir.
La Unión Europea espera que el Gobierno y las demás administraciones públicas cumplan con sus compromisos de control del déficit y de reformas, insiste el diplomático europeo. En estas circunstancias, el presupuesto de 2012 es crucial para lograr credibilidad, en Bruselas y en los mercados.
"Los presupuestos son el elemento más importante de la política económica de un Gobierno", señala la fuente comunitaria, quien recuerda que hacen falta medidas que se cumplan, ya que "no van a ser los anuncios por televisión lo que van a cambiar la presión de los mercados".
Esta presión va a seguir siendo "importante" e "intensa" incluso durante un período después de las elecciones, según coinciden todas las fuentes. El funcionario comunitario recuerda que el nuevo Gobierno no es el único que tendrá que seguir ajustando sus cuentas, "sino también las regiones españolas".
Otra cosa serán las reformas estructurales a largo plazo para que la economía española recupere la competitividad que ha perdido en los últimos años.
Desde la UE se insiste en que hace falta una reforma laboral a fondo, mientras que Lannoo cree que, si bien el actual Gobierno de Rodríguez Zapatero ha hecho "algunas cosas bien" en este apartado, hace falta "una labor de años" para recuperar la competitividad, un factor que considera "el más importante a largo plazo".
Lannoo, quien conoce bien la economía española ya que es miembro independiente del consejo de administración de Bolsas y Mercados Españoles (BME), la entidad que dirige la Bolsa de Madrid, también descarta subidas de impuestos amplias, pues paralizarían aún más la economía, como ya se ha visto en Grecia y Portugal.
Tampoco cree que el nuevo Gobierno vaya a hacer recortes amplios en el sueldo o empleo de los funcionarios, ya que correría el peligro de sufrir las protestas sociales y la paralización del Estado que han ocurrido en Grecia.