Lejos de la creencia popular de que los niños con gafas, con sobrepeso o con algún defecto físico sufren más acoso que sus compañeros, el psicólogo Iñaki Piñuel advierte de que las víctimas no presentan un perfil claro. Cree que los profesores deben estar atentos ante la mínima señal para poder atajar el problema a tiempo y reclama mayor prevención por parte de los centros. Subraya también la importancia que tienen los compañeros de clase a la hora de frenar o alentar un caso de acoso.
¿Qué signos indican un posible caso de acoso?
El primero es el cambio en la biografía, en su forma de ser, que no tiene una explicación lógica o muy aparente. El niño desarrolla estrategias ‘evitativas’ para ir a actividades extraescolares, fiestas, cumpleaños, inventándose todo tipo de razones para no ir o generando su cuerpo espontáneamente somatizaciones.
¿Qué perfil tienen acosados y acosadores?
Técnicamente hablando, cualquier niño puede ser víctima de acoso en cualquier momento de su escolarización. No hay nada que le identifique como víctima propiciatoria. Es un mito decir que las víctimas de acoso ‘algo tienen’ o ‘algo son’ previamente. Los instigadores o acosadores escolares, sí que suelen presentar un perfil. Son niños que proceden bien de situaciones de violencia intrafamiliar, que les han enseñado esa violencia o bien de una situación técnica de abandono. Y esos niños llegan a la escuela carentes de esos límites y no habiendo internalizado esa norma parental.
¿Cómo lo puede percibir el profesor?
El acoso son conductas repetidas de hostigamiento, de arrinconamiento, motes, insultos, amenazas, coacciones, burlas, ridiculización... y el profesor lo identifica si está atento, porque esos comportamientos se están produciendo delante del aula.
¿Hay diferencias entre los niños y las niñas?
Las niñas suelen utilizar habitualmente contra otras niñas un tipo de acoso escolar más psicológico, más social; basado en la exclusión y en romper las estructuras de relación y comunicación de la niña que es víctima. Los niños suelen hostigar más directamente. Atacan mediante violencia mucho más física o mediante amenazas, coacciones, que resultan mucho más evidenciables.
¿Qué importancia tienen los compañeros?
Los niños que acosan, los instigadores, saben que una forma de obtener poder social es machacar a un compañero y obtener la admiración que siempre produce la violencia –la fascinación del resto- y eso hace que muchos otros enseguida se coaliguen con el agresor, pensando que si están del lado del acosador no van a ser víctimas.
¿Qué soluciones propone?
La solución es pasar de una forma reactiva de enfrentar los problemas de acoso escolar, esperando que haya víctimas, denuncias o partes de lesiones, a una forma proactiva y preventiva.