A la espera de que las autoridades de Andorra y Suiza envíen a la Audiencia Nacional la información bancaria que el juez Pablo Ruz les reclama sobre Jordi Pujol Ferrusola, la Policía ha abierto una nueva línea de investigación: la pista mexicana. Según aseguran a Vozpópuli altos cargos de Interior, la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) han comenzado a rastrear las concesiones de obra pública en Cataluña a empresas radicadas en este país centroamerciano. Siempre según estas fuentes, los agentes sospechan que algunas de estas compañías que recibieron adjudicaciones están supuestamente relacionadas con el primogénito del exmandatario catalán, con importantes intereses económicos al otro lado del Atlántico.
En el país centroamericano el hijo del exmandatartio catalán ha realizado inversiones hoteleras y ofrecido sus servicios como asesor a empresas locales y españolas
De hecho, la relación del hijo del expresidente de la Generalitat con México ha sido muy intensa en los últimos años. Como en Argentina, donde también realizó negocios ahora bajo sospecha, Jordi Pujol Ferrusola invirtió cantidades multimillonarias en el pais centroamericano. En este caso, en el campo del turismo. Uno de ellos fue el proyecto Azul de Cortez, que planeaba levantar sobre un terreno de 800 hectáreas situadas a orillas del Golfo de California un complejo hotelero que incluía 280 habitaciones, un campo de golf y 2.000 viviendas de lujo destinadas a clientes de alto nivel adquisitivo, principalmente de Estados Unidos.
Jordi Pujol Ferrusola entró en dicho negocio en 2006 a través de Iniciatives, Marketing i Inversions, una de las empresas que investiga el juez Ruz dentro de la causa por blanqueo de capitales y delito fiscal en la que mantiene imputado al hijo del expresidente de la Generalitat. Dos años después, vendía su participación por 13 millones de dólares (9,7 millones de euros) a Isolux Corsan, una empresa española también bajo sospecha en esta causa por el pago de cantidades elevadas al primogénito del clan Pujol por trabajos de asesoría que no ha sido capaz de concretar.
El fiasco de Acapulco
Sólo un año más tarde de este 'pelotazo', Jordi Pujol Ferrusola se dejaba ver, acompañado de sus padres, en la fiesta de inauguración del Hotel El Encanto, en Acapulco. Él era uno de los tres socios inversores que habían puesto en marcha este proyecto, que pretendía convertirse en la referencia del lujo en este turístico paraje de la costa del Pacífico. En aquella fiesta, de la que han salido a la luz pública diversas imágenes, tanto él como su entonces mujer, Mercè Gironès, también imputada por el juez Ruz, se involucraron de manera muy activa.
Sin embargo, la crisis que vivió el sector turístico mexicano en aquellos años convirtió el hotel en un negocio ruinoso en el que no se cubrían ni los gastos de personal. Por ello, a finales de 2012 los tres socios decidieron disolver Encanto INC, la sociedad que habían creado para la explotación del complejo. Uno de ellos, junto a otro inversor externo, terminó quedándose con el mismo por 3,7 millones de euros, una cantidad muy alejada de la inversión inicial, que había superado los 20 millones.
Consultorías y basuras
Entre ambos negocios hoteleros, Pujol Ferrusola se había embarcado en otros negocios en el país centroamericano, aunque en otro ámbito: el de la consultaría. Así, entre 2008 y 2009, facturó a través de una de sus empresas 154.000 euros a EMTE SA, una compañía catalana propiedad de Carles Sumarroca Coixet, cofundador junto a su padre de Converféncia, por supuestos de servicios de consultaría para su implantación de ésta en México.
En el último informe de la UDEF se destacaba que Jordi Pujol Jr. cobró 154.000 euros por asesorar a una empresa catalana cómo implantarse en México
El director general de esta sociedad fue interrogado por estos pagos por los agentes de la UDEF, quienes reflejaron en su informe del pasado mes de junio que el directivo no fue concretarcuál fue el trabajo que el hijo del exmandatario catalán realizó para cobrar dicha cantidad. Tampoco han aparecido las facturas. Sin embargo, en su declaración del pasado lunes ante el juez Ruz, Pujol Ferrusola aseguró que realizó varios viajes a México y que en ellos le acompañó el entonces ejecutivo de EMTE y hoy consejero delegado de Enagás, Marcelino Oreja Arbués, ex parlamentario europeo por el PP e hijo del exministro de la UCD.
También por esos años, Jordi Pujol Ferrusola visitó al menos cinco ayuntamientos mexicanos a los que ofreció gestionar los servicios de reogida municipal de basuras. Experiencia no le faltaba, ya que uno de sus mayores 'pelotazos' en Cataluña lo dió, precisamente, con una planta de tratamiento de residuos en Tarragona. Su tarifa en el país centroamericano por estos servicios no era, ni mucho menos, barata. Una de las empresas locales a las que asesoró para conseguir dichas adjudicaciones terminó recibiendo una factura de más de 240.000 euros en concepto de "asesoramiento y estudio del proyecto", según desveló el pasado mes de agosto el diario El País. Ahora la UDEF investiga si parte de estos negocios tuvieron también una contrapartida al otro lado del Atlántico y, más concretamente, en Cataluña en forma de obra pública.