El juez del caso de corrupción Nóos, José Castro, "se ha levantado una mañana con todas las cerraduras de su casa selladas con silicona, ha visto cómo le pinchaban las ruedas de su automóvil y ha tenido que limpiar la puerta de su casa inundada de excrementos", según una información publicada por el periódico 'El Mundo' sobre la supuesta campaña de presión y de seguimiento que tiene por objeto al magistrado coincidiendo con la recta final de la instrucción donde se decidirá la imputación por blanqueo de la infanta Cristina.
Además, las "persecuciones, amenazas e intimidaciones" que se vienen produciendo durante algunos meses, también están afectando al fiscal anticorrupción Pedro Horrach. De hecho, la policía les advirtió que son víctimas de "seguimientos continuados y de amenazas, actos que buscan apartar a ambos de la instrucción".
Frente al sellado de silicona en las puertas de la casa del juez Castro, el fiscal Horrach recibió dos cartas anónimas, en la primera se podía leer la palabra "cuidado", con amenazas dirigidas tanto a él como a su mujer. Tras la advertencia policial en el mes de julio, tanto Castro como Horrach rechazaron la posibilidad de contar con vigilancia personal para "no perder su intimidad".
El juez y el fiscal del 'Caso Nóos' rechazaron la posibilidad de contar con vigilancia personal "para no perder su intimidad"
Dentro de la supuesta campaña de presión hacia el juez Castro y después de que varios medios de comunicación le acusaran de "falta de imparcialidad" por mantener una conversación con la abogada de la acusación particular, Virginia López-Negrete, en un bar de Palma de Mallorca, el propio Castro ha defendido este miércoles su objetividad e imparcialidad.
El magistrado de Instrucción número 3 de Palma ha manifestado, en declaraciones a los periodistas en los juzgados, que mantiene "relaciones muy cordiales con todos los abogados de la causa", así como con el fiscal, tras la publicación de unas fotografías en el diario 'ABC' en las que aparece en Palma con la abogada de Manos Limpias, Virginia López Negrete, que ejerce la acusación popular, en esta causa que investiga el presunto desvío de fondos públicos al instituto que presidió Iñaki Urdangarin.
Las fotos de la discordia
"Fotos como estas podrían tener y las tienen -en referencia a los periodistas- a decenas o centenares y con el 95 % de los abogados", ha asegurado Castro.
Se ha referido también a otras instantáneas publicadas anteriormente en las que aparece tomando un café con el fiscal Anticorrupción Pedro Horrach: "¿Alguien ha cuestionado mi imparcialidad porque yo esté tomando un café con el señor Horrach?", se ha preguntado.
El magistrado afirma que estos encuentros no le impiden adoptar las resoluciones que sean pertinentes
"Yo me siento amigo o tengo una relación muy cordial con el señor Horrach y esto no cuestiona mi objetividad", ha afirmado. Ha recalcado que dicha relación cordial con los distintos representantes de las partes personadas en la causa no influye en su actuación en la misma.
En este sentido, ha insistido en que estos encuentros no le impiden adoptar las resoluciones que sean pertinentes en cada momento ni a las partes recurrir lo que estimen oportuno.
Los distintos encuentros con los abogados de esta causa se han producido no solo en Palma, sino también en Barcelona y Valencia, con motivo de comisiones rogatorias realizadas en ambas ciudades, ha recordado.
"Esto no tiene ningún interés para nadie", ha afirmado Castro, que ha precisado que su encuentro con la abogada López Negrete fue fortuito.