Cuando hace algo más de tres semanas Pablo Iglesias visitaba Cádiz, expresaba que “lo que ocurra en esta ciudad en los próximos meses va a ser inspirador y fundamental para nosotros en el camino de las elecciones generales” y añadía que “lo que ha ocurrido en Cádiz es lo que va a ocurrir en el resto de España”. Estas palabras, dichas cuando José María González, alias Kichi, era alcalde desde hacía unos días tienen un especial significado, porque durante los últimos 60 días, desde que tomara posesión, la actividad política de la región ha sido todo lo que se podría esperar, y mucho más.
Acoso mediático, falta de diálogo entre el alcalde y los partidos, polémicas inexistentes, críticas a la corona, paralización de proyectos, comedores escolares para niños sin recursos, fin de la publicidad institucional en las calles, boicot en las instituciones, acusaciones de enchufismo, concejales sacados en volandas por la policía en un desahucio… Los primeros dos meses de Kichi al frente del Ayuntamiento de Cádiz han sido una auténtica montaña rusa, y todo cuanto hace o dice el alcalde tiene siempre el punto de mira fijo en su persona.
El primer día, José María González ya pudo ver cómo la cosa no iba a ser un camino de rosas. Pese a llegar a un despacho que aseguraba “es más grande que mi casa”, el nuevo regidor se encontraba con una desoladora situación: “Hemos partido no de cero, sino de menos cero, porque se han borrado todos los contactos de prensa, no hay wifi, no hay ordenador en el despacho, los teléfonos no funcionaban a primera hora porque las baterías estaban descargadas…” vamos, toda una declaración de amistad. Inmediatamente, Kichi y su equipo ya empezaron a mover las cosas: acabaron con la escolta del alcalde y se limitó el uso de los coches oficiales. Mientras tanto, algunos empresarios del puerto, según publicaba el Diario de Cádiz, expresaban su “incertidumbre” sobre la nueva gestión.
No tuvieron que esperar mucho. Ese mismo día, estos empresarios pudieron ser testigos del primer decreto de la ejecutiva de Por Cádiz sí se puede, cumpliendo una de sus promesas electorales: “Acabar con el derroche en propaganda institucional del Ayuntamiento”, para lo que sustituyeron todos los anuncios institucionales en las pantallas LED de la ciudad, aunque para ello lo anunciaron durante 24 horas con un mensaje: “Estas pantallas ya no serán más una herramienta de propaganda”, algo que algunos sectores tacharon de propaganda “a la inversa”.
La prensa aseguró que el cónsul alemán había escuchado al alcalde llamar nazi a Merkel, algo que luego resultó ser un bulo
Falsas polémicas
Tras esta primera medida llegó la primera de las falsas polémicas, y es que el alcalde, además de encontrar a una oposición que le llama “dictador” por no dialogar propuestas que son rechazads por el Pleno, es el objetivo de un escrutinio que acaba por transformarse en asuntos como la noticia de La Razón en la que se acusaba a Kichi de retirar la bandera de España de la Plaza de Sevilla, aunque ésta llevaba guardada desde principios de Mayo por el temporal. Pero no es el único caso; semanas más tarde, una información del Diario de Cádiz, aseguraba que Kichi había llamado nazi a Merkel mientras el cónsul alemán esperaba a ser recibido y escuchaba todo. Finalmente se aclaró que la historia era falsa.
Junto con la bandera, otro titular llegaba a todos los periódicos del país: Kichi retiraba el retrato de Juan Carlos I de su despacho y colocaba en su lugar el de Fermín Salvochea, alcalde anarquista de la ciudad durante la primera república y referente moral y político del miembro de Podemos. Precisamente el monarca no es alguien a quien el alcalde tenga mucho aprecio: aseguró de él que no se debería dedicar tiempo a hablar sobre "un rey que ya no es rey y que podríamos hablar de si hubiera merecido ser rey en algún momento”.
Kichi cuestiona que Juan Carlos "hubiera merecido ser rey en algún momento"
Así, Kichi preside su despacho con un gran lienzo a sus espaldas de Salvochea. Precisamente al igual que el destacado anarquista, Kichi recibe a las puertas de la alcaldía a numerosas personas pidiéndole que solucione sus problemas. “A mí me gustaría ser un alcalde como Fermín Salvochea”, expresó antes de llegar al poder, y no se puede decir que no lo esté intentando. Desde que llegó, el alcalde ha establecido con la Junta de Andalucía un plan de continuidad alimentaria para dar de comer a cerca de 200 niños durante el verano, ha puesto en marcha una oficina antidesahucios y un protocolo contra los desahucios.
Y es que el alcalde quiere evitar que los vecinos de Cádiz puedan perder su casa sin una alternativa habitacional. Antes de ser investido, Kichi ya aseguró que "no vamos a consentir más desahucios, vamos a luchar para impedirlos con todas nuestras fuerzas", algo que ya siendo alcalde no ha podido evitar. Hace tres semanas la Policía desalojó a una familia. Según explicó el alcalde, se pusieron en contacto con la inmobiliaria propietaria de la vivienda, que no quiso aceptar otra solución. En el desahucio, cuatro concejales de PCSSP fueron desalojados de la vivienda por la Policía, mientras Kichi acudía al lugar de los hechos para mediar con las fuerzas del orden, sin lograr una solución.
Nueve minutos de Pleno
Salvochea gobernó con una mayoría absoluta, su situación era muy distinta a la de Kichi. El alcalde gobierna en minoría con el apoyo de Ganar Cádiz y el voto de investidura del PSOE, por lo que necesita dialogar para aprobar sus propuestas, algo que no sucedió en el primer pleno, que tan solo duró 9 minutos. PP, PSOE y Ciudadanos se opusieron al plan de organización que buscaba recortar el 25% de los gastos en liberaciones, personal eventual, dietas, primas y asignaciones de los grupos, y en un 80% las asignaciones por asistir a los plenos, que suponía un ahorro de 430.000 euros para las arcas municipales. Finalmente, y después de que el PSOE alardeara de un plan de 900.000 euros de ahorro respecto a la época del PP, el diálogo entre estas formaciones llevó a aprobar un plan de ahorro de 300.000 euros.
Kichi aseguró que "Venía preparado para lo peor y me estoy encontrando lo peor"
Y como ahora no hay semana sin polémica, los siguientes días la oposición se lanzó a criticar al alcalde porque no hubiera aparecido en dos actos. Kichi explicó: “Estoy divorciado, tengo dos niños y el régimen que acordamos mi ex y yo es tener a los pequeños una semana cada uno durante el verano. Esta semana los tengo yo. Los recojo a las tres del mediodía y están conmigo, pero sigo conectado al teléfono y trabajando”. La oposición no le perdonó, pese a que Kichi insistió en negar que está “ocioso” por las tardes: “Lo que hago es compatibilizar vida familiar y laboral”. Desde el PP se aseguró que “Cádiz no se merece un alcalde a tiempo parcial” y desde el PSOE apuntaron que "cuando estás en un puesto de tanta responsabilidad tienes que renunciar a ciertas cosas”.
Porque ya lo explicó González hace uno días después en una entrevista: “Venía preparado para lo peor y me estoy encontrando lo peor”. Kichi asegura que la deuda con la que se ha encontrado es de 275 millones, lo que multiplica los 97 que se encontraron los populares al llegar al gobierno de la ciudad. Pese a eso, el PP no ha parado de criticarle por haber paralizado algunos proyectos a la espera de una supervisión para estimar cómo pueden estos beneficiar a la ciudad. Y es que parece que el alcalde no gana para enfrentamientos, con el PP y hasta con sus socios de Gobierno, que no les gusta que el alcalde haya sido nombrado hermano nato de la Cofradía del Nazareno, ni como ha gestionado las barbacoas del Trofeo Carranza, por su impacto medioambiental.
Kichi, en traje
Pero pese a que muchas de las medidas de mayor calado se queden en los diarios locales, lo que si salta a la palestra nacional son los gestos, ya sean los retratos, la bandera… o el traje, y es que la vestimenta del alcalde pegó un giro radical después de que un vecino le enviara una carta pidiéndole que a las bodas fueran en traje, ya que el resto de gaditanos se engalanan para estas festividades y el alcalde debería actuar en consecuencia. Kichi no lo dudó un segundo, según relató. Acto seguido todos los concejales del partido se compraron un traje, que rápidamente saltó a las noticias como un giro radical de González.
Asesores
Pero la última polémica que ha envuelto al Kichi es la que quizá más daño puede causarle. A mediados de junio, la web de su formación puso en marcha un proceso de selección de asesores. A los solicitantes, un total de 417, se le pidió un expediente curricular y una relación de su trayectoria como activistas. El resultado de la selección, cuyos responsables saldrían del Consejo Ciudadano Municipal, fue que tras un corte de 60 personas y entrevistas a cada candidatos, los tres de los elegidos formaban parte del Consejo Ciudadano Municipal, según apunta el Diario de Sevilla, algo que ha negado Kichi, que asegura que no todos los seleccionados son de su partido, aunque reconoce que se valoraba la "confianza política". Así, el alcalde, inmerso en el foco mediático, sigue su periplo cargado de polémicas y obstáculos, mientras Cádiz mira con expectación cuál será el próximo paso.