"El golpe ha sido tremendo". Así describen testigos del accidente marítimo que sufrió este miércoles por la noche una patrullera de la Guardia Civil y una narcolancha que iba cargada de hachís. El resultado fue la muerte de uno de los ocupantes de la nave de los delincuentes. Este suceso es una muestra más de la tensión que se va incrementando en la zona del río Guadalquivir, que es considerada la autopista marítima de la droga. "Todos los días hay gomas", señalan fuentes del Instituto Armado a Vozpópuli.
El ambiente en las costas gaditanas lleva desde el verano "caldeado" por la violencia de los sujetos que se dedican al narcotráfico. Una tensión, que siempre existe, pero que ahora temen los funcionarios que puede incrementarse aún más por la muerte de este narco.
Y es que una buena parte de la población de la zona vive del negocio del narcotráfico y esta muerte puede repercutir en los agentes a pesar de ser considerada un accidente marítimo. "Va a ser un martirio tanto anímico como judicial para los compañeros", detallan estas fuentes.
Pistolas en narcolanchas contra los vuelcos
La violencia de estos delincuentes no es casual. La semana pasada fueron detenidos un grupo de marroquíes en una narcolancha aunque no llevaban drogas. Entre sus enseres estaba una pistola que fue requisada por los agentes. Todos ellos quedaron posteriormente en libertad.
Así, los trabajadores de la narcolancha portan este tipo de armas de fuego para repeler los vuelcos de droga que son cada vez más constantes en el río Guadalquivir. "Va a acabar mal la situación", reflexiona otra fuente policial.
La Guardia Civil lleva desde hace unos meses con unas nuevas patrulleras que disponen de más potencia y velocidad. Un detalle que está haciendo que los narcos se sientan de nuevo intimidados y tengan menos posibilidades de escaparse de las autoridades. La semana pasada, según ha podido conocer Vozpópuli, otro narco marroquí resultó herido en otra intervención y tuvo que pasar varios días custodiado en el Hospital de Jerez.
"Sin patrulleras operativas"
Con el accidente de la noche del miércoles la patrullera Río Irati se ha quedado sin operatividad, es "un ejemplo más de la situación crítica que enfrentan los guardias civiles que están destinados en Cádiz y el Campo de Gibraltar". “Con la pérdida de esta embarcación, la Guardia Civil se queda por el momento sin patrulleras operativas en la Comandancia de Cádiz para combatir el narcotráfico. A esto hay que sumarle que nuestros compañeros están sometidos a un estrés brutal y a un riesgo constante de violencia que ya no es aceptable”, explicó Agustín Leal, secretario de Comunicación de JUCIL.
Y es que los guardias civiles están "realmente agotados" de las operaciones contra el narcotráfico. "No solo por el peligro al que se enfrentan en cada intervención, sino también por la falta de recursos y de apoyo suficiente. Tras hablar con muchos de ellos, varios me han confesado que necesitan tomarse unos días para decidir si pueden continuar en estas condiciones, porque lo que pasa en Cádiz es muy, muy duro, tanto para ellos como para sus familias", detalló el representante de JUCIL.
A todo ello, se le une la "creciente agresividad" de las mafias del narcotráfico en la zona está erosionando el principio de autoridad. “Cada operación supone una escalada en la violencia. La Guardia Civil no puede seguir enfrentándose a mafias armadas y peligrosas sin los medios adecuados. No es solo una cuestión de recursos, sino de voluntad política para defender el orden y la seguridad en nuestras fronteras", afirmó.
Los guardias se exponen a "peligros extremos"
En la misma línea, desde AUGC se manifiesta que el accidente es un claro ejemplo del "alto riesgo" de los agentes que se exponen cada día a peligros extremos en su lucha contra redes criminales violentas y organizadas, como la del narcotráfico. "Sin embargo, sus condiciones laborales y los beneficios en caso de accidente o incapacidad no están a la altura de los sacrificios que realizan", denuncian.
Considera "inaceptable" que los agentes sigan enfrentándose a organizaciones criminales "cada vez más peligrosas sin el respaldo adecuado". "Las condiciones de los guardias civiles en lugares de alta conflictividad deben ser revisadas con urgencia, garantizando el acceso a equipos modernos, tecnología avanzada y formación adecuada que les permita realizar su labor en condiciones óptimas. Por ello, exigimos al ministro del Interior que asuma su responsabilidad y avance en el reconocimiento de los guardias civiles como profesión de riesgo con carácter urgente", concluyen con el nuevo incidente que ha incrementado aún más la tensión con los narcos.