Un bajo entre locales comerciales en el corazón de Lavapiés. Un camuflaje perfecto para desarrollar un negocio discreto de venta de sustancias estupefacientes. Un senegalés, que estaba en España en situación irregular, había perfeccionado este narcopiso que tenía como principales clientes a personas drogodependientes, según informan fuentes policiales a Vozpópuli. La Policía Nacional y Municipal han conseguido desmantelar este local que había generado problemas de convivencia con los vecinos que estaban desesperados por la afluencia de usuarios a la zona.
La investigación en torno a este inmueble ha sido realizada por el Grupo de Estupefacientes de la Comisaría de Centro de la Policía Nacional. Llevaban semanas tras la pista de lo que ocurría en el número 11 de la calle Juanelo. Todo ello a escasos metros de la conocida Plaza del Cascorro y en pleno corazón de la capital. Los vecinos estaban desesperados por los negocios de este bajo.
Seis tipos distintos de drogas en el narcopiso
Los agentes tuvieron conocimiento del frecuente trasiego de personas que acudían al narcopiso para comprar y consumir drogas. Tras recabar las pruebas suficientes con vigilancias a la zona de horas y días los investigadores obtuvieron la autorización judicial para registrar el bajo.
La entrada se efectuó el pasado día 27 de abril y en el inmueble fueron intervenidas hasta seis sustancias diferentes (cocaína base, heroína, hachís, marihuana, benzodiacepinas y sildenafilo) además de útiles para su preparación y distribución.
Clientes toxicómanos en Lavapiés
Por estos hechos, los agentes arrestaron a este varón, morador de la vivienda, que pasó a disposición de la autoridad judicial como presunto autor de un delito contra la salud pública. En el transcurso del desalojo del inmueble fueron detenidos dos individuos más como presuntos autores de un delito de resistencia y desobediencia. Los agentes solicitaron que abandonaran la vivienda pero se negaron en reiteradas ocasiones.
El local estaba regentado por un senegalés de 34 años que no tenía antecedentes pero que se encontraba en situación irregular en España. Había conseguido una cartera de clientes entre los toxicómanos de la zona. Les permitía consumir en su interior y también se generaban peleas en las inmediaciones. Se desconoce si este hombre era uno de los inquilinos del conocido edificio de 'La Quimera' que tantos quebraderos ocasionó a los vecinos de Lavapiés.
J
No entiendo el problema, el senegalés se buscaba la vida y forma parte de los que nos van a pagar las pensiones. No obstante, la situación de ilegal según la anterior alcalde que fue juez antes, no debe de ser delito ya que es una falta administrativa. Ese barrio, (lo conozco muy bien, ya que viví 20 años en la calle encomienda, que es la paralela), se deterioró con la inmigración sobre todo y con las tiendas de los chinos. Lo curioso es que es un barrio de obreros que vota sobre todo a la merma, perdón, a la izquierda que se supone que defiende a los obreros. Pero bueno, ya sabemos a quien defiende la izquierda, digo la merma, sólo hay que ver las fotografías de las cabeceras de las manifestaciones del pasado 1 de mayo: sindicatos+gobierno. ¡Disfruten lo votado.