El escrito que la Fiscalía de Madrid ha entregado en el juzgado que tramita el Caso Arena incluye un duro alegato contra los médicos de la enfermería del pabellón municipal, los doctores Simón Viñals (exconcejal del Ayuntamiento de Madrid) y su hijo Carlos Viñals.
"Los imputados Simón y Carlos Viñals -dice el escrito- tras una brevísima verificación de las funciones respiratorias y circulatorias en las tres víctimas, no fueron capaces de reconocer que al menos Rocío Oña y Cristina Arce estaban en situación de parada cardiorrespiratoria y enseguida diagnosticaron erróneamente que estaban fallecidas"
El Fiscal dice que "a pesar de tal diagnóstico, comenzaron a realizar compresiones torácicas, con evidente falta de destreza, interrumpiéndolas contínuamente y sin que conste el número y profundidad de las mismas, así como dar ventilación con un ambú".
Relata que no cumplieron las recomendaciones que se aconseja para este tipo de actuaciones y no utilizaron desfibrilador para atender a Rocío y Cristina las dos niñas en parada. No administraron ningún fármaco vasoactivo ni colocaron una cánula para procurar aporte de oxígeno.
"En ningún momento, -señala- los imputados dieron instrucciones o dirigieron la asistencia de la otra paciente Katia Esteban, tomando la iniciativa y el control de la misma los dos técnicos de ambulancia".
Veinte minutos después de haber sido trasladadas las tres jóvenes a la enfermería, llegaron dos unidades del Samur, "cuyos profesionales inmediatamente registraron la actividad cardíaca de las tres pacientes" que lograron que volviera a ser regular y rítmica.
"En definitiva -afirma el escrito- los imputados Simón y Carlos Viñals, profesionales de la medicina, realizaron insuficientes y deficientes compresiones torácicas sobre las pacientes Rocío y Cristina y, a la vez, omitieron varias actuaciones indicadas para una reanimación cardiopulmonar de calidad, cuya realización hubiera mejorado sustancialmente la supervivencia de ambas".