Madrid Espacios y Congresos (MEyC), sociedad dependiente del Ayuntamiento de Madrid, necesita urgentemente vender dos edificios para no cerrar el año en números rojos. Uno es un inmueble ubicado en la calle de la Montera número 25-27, en pleno centro de la capital; otro está en las afueras, el llamado Edificio Apot, en el complejo de Campo de las Naciones. Si se venden, Ana Botella conseguirá que la sociedad municipal obtenga unos beneficios ridículos de aproximadamente 6.000 euros en 2012. Si no se traspasan, las pérdidas del ejercicio actual, que vence en menos de tres meses, no serán tan ridículas: 150 millones de euros, que viene a ser lo que suman los dos edificios.
Arrastrar tantas pérdidas sería fatal para MEyC: durante los últimos años de Gallardón, la sociedad multiplicó por cuatro su deuda, hasta 400 millones. Oficialmente, al cierre de 2011 la deuda reconocida rondaba los 300 millones, de los cuales la mayoría (280) son deudas a largo plazo contraídas con entidades de crédito. Una cuantía exagerada “propiciada por acciones que para nada deberían haber correspondido a MEyC, como la adquisición disparatada de inmuebles o la compra de acciones de organismos como Mercamadrid”, denuncia el concejal de IU, Ángel Lara. MEyC posee el 51% de Mercamadrid, pero el fiasco más sonado no es ese, sino el caso de la Caja Mágica.
La instalación, pensada para las sucesivas candidaturas de Madrid para la celebración de los Juegos Olímpicos, tuvo un coste cercano a los 250 millones de euros pero su utilización no ha sido ni mucho menos intensiva. Básicamente, su empleo se reduce a una semana al año, para albergar el Masters 1000 de Madrid (Mutua Madrileña Masters Madrid), y desde hace un año también es sede del equipo español de F1 HRT. El Ayuntamiento alquiló la instalación al Real Madrid para que su equipo de baloncesto empleara la cancha como sede durante cinco años. Sin embargo, el club rompió unilateralmente el compromiso tras el primer ejercicio debido a la poca aceptación del público, sin que el Consistorio le exigiera la correspondiente indemnización.
Antes del verano, trascendió en algunos medios que el equipo de Ana Botella estaba a punto de vender ambos edificios, sobre todo el Apot de Campo de las Naciones, el cual, de acuerdo con lo publicado, sería adquirido por la familia Revilla, cuya inmobiliaria la controla el grupo Realia, a su vez participado por Bankia y FCC. Pero nada de esto se produjo finalmente y los edificios siguen en manos del Ayuntamiento.
Engordar la deuda municipal a través de MEyC no es moco de pavo: en el primer trimestre, la capital adeudaba unos 7.000 millones, siete veces más que ciudades como Barcelona. Además, tras el plan de pago a proveedores habilitado por Hacienda, Madrid ha vuelto a incurrir en casos de morosidad: los proveedores critican que el Consistorio tarda hasta seis meses en abonarles las facturas.
Mientras, el Ayuntamiento tampoco está teniendo mucha suerte a la hora colocar inmuebles en el mercado. Precisamente hoy finaliza el plazo para la tercera subasta de un lote de seis edificios. Las dos anteriores subastas han quedado desiertas y si ocurre lo mismo con la tercera, el equipo económico de Ana Botella tendrá que aplicar una rebaja sobre el precio inicial superior al 50%.