A dos días de que se celebre la Junta Directiva Nacional del PP, el máximo órgano de dirección entre congresos, ha arreciado el cruce de acusaciones entre distintos sectores tras los malos resultados en las elecciones andaluzas y el debate sobre la unidad de los populares. Tras un semana de cruce de declaraciones de guerra abierta entre peones de la número dos del partido, María Dolores de Cospedal, y el vicesecretario de política autonómica y municipal, Javier Arenas, la Junta Directiva de este martes se presenta de todo menos calmada.
Lo que aflora ahora es el temor de los barones populares a una pérdida de poder en sus respectivas autonomías. Andalucía ha sido el toque de aviso y lo que ha avivado la dura pelea que mantienen desde hace tiempo de forma larvada Cospedal y Arenas. Pero lo que subyace es mucho más delicado: la situación electoral nada halagüeña para el PP en Castilla-La Mancha, Extremadura, Comunidad Valenciana y la propia Madrid. El temor real de las baronías es que no consigan mayoría absoluta en esos sitios y el simple apoyo de Ciudadanos no sea suficiente para mantenerse en el poder.
Andalucía ha sido el toque de aviso y lo que ha avivado la dura pelea que mantienen desde hace tiempo de forma larvada Cospedal y Arenas
De ahí el nerviosismo interno que el presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, quiere conjurar con una Junta Directiva en la que se abordará la estrategia que debe desarrollar el partido ante las elecciones municipales y autonómicas del 24 de mayo y las generales de final de año. Pero en este punto, como ya ha avanzado Vozpópuli, Rajoy va a insistir en que nada está perdido el 24 de mayo y en que hay que hacer una campaña muy volcada en la unidad interna y en vender 'todos a una' los logros económicos del Gobierno del PP. Rajoy, con su gurú de cabecera Pedro Arriola, cree que ese ingrediente forma parte del secreto para conseguir un aceptable resultado electoral en las municipales y autonómicas.
Las tensiones se desbordan, pese a todo
Sin embargo, las tensiones desatadas tras los resultados del PP en las elecciones andaluzas con Juanma Moreno Bonilla como candidato -en las que el PP andaluz perdió 17 escaños respecto a los anteriores comicios, quedándose con 33 parlamentarios- se han escenificado en esta Semana Santa a través de distintos portavoces.
Sin citar a nadie, la portavoz popular en Castilla-La Mancha, Carmen Riolobos, una mujer de la máxima confianza de Dolores de Cospedal, señaló este viernes que el partido es "enemigo de intrigas y de intrigantes" y advirtió de que el PP "no se puede permitir a personajes a los que les da igual lo que pase con su presidente o con sus órganos legítimos de dirección".
Riolobos, portavoz de la comunidad que gobierna la secretaria general del PP, criticó expresamente que "los que perdieron Andalucía, esos que no han ganado nunca [¿Javier Arenas?] o que no se han presentado a unas elecciones [¿Soraya Sáenz de Santamaría?] o, incluso, que no saben nada de política, se están dedicando a desestabilizar al Partido Popular".
Fueron unas durísimas declaraciones que se hicieron en forma de comunicado y que coincidían con la publicación en varios periódicos de informaciones que apuntaban a cambios en la dirección nacional del PP tras las elecciones autonómicas y municipales de mayo. Aunque no se citaban nombres, todos señalaban a dos: el andaluz Arenas y la todopoderosa vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, con quien De Cospedal mantiene también un pulso desde hace mucho tiempo.
"A escasos días de las elecciones autonómicas y municipales, en un ejercicio supino de irresponsabilidad, esos perdedores se están dedicando a desestabilizar al partido, a su presidente, Mariano Rajoy, y a su secretaria general, María Dolores de Cospedal, filtrando a la prensa supuestas decisiones que sólo existen en sus cabezas", abundaba aún más la portavoz del PP castellanomanchego.
Comienza la bronca interna
Después de esas declaraciones la guerra se aventó con el apoyo a Riolobos que llegó un día después de la mano del portavoz adjunto del PP en el Congreso, Agustín Conde, quien destacó la unidad que hay en el partido como un "valor esencial" y avisó a quienes la "quieran poner en duda" de que "están haciendo un serio daño al PP".
Agustín Conde destacó la unidad que hay en el partido como un "valor esencial" y avisó a quienes la "quieran poner en duda" de que "están haciendo un serio daño al PP"
Conde no usó el formato de comunicado, sino que convocó rueda de prensa en Toledo; es decir, toda una declaración de guerra: "Lo primero que tenemos que hacer es hablar bien de nosotros mismos", lo que "empieza por hablar bien de nuestro presidente y de nuestra secretaria general, que han sido elegidos en un Congreso, es decir, por el conjunto de los militantes del PP", llegó a decir, en línea con Cospedal.
Pero la respuesta a estas iniciativas tan ligadas a la secretaria general del PP llegó desde Sevilla a través de la secretaria general del PP andaluz, Loles López, quien defendió el liderazgo "indiscutible" de Rajoy al frente de un partido "unido", y subrayó que desde Andalucía se siguen respaldando "todos los órganos de dirección" de esta formación. Frente a ello, López situó a quienes "han convertido sus partidos en una guerra de familias o en una guerra de egos para subir escalones en política nacional". Queda clara la alineación de López y queda claro quién la mandó replicar.
En su defensa de Arenas, Loles López asegura que en el PP andaluz están "todos juntos" trabajando con Juanma Moreno, del que dijo que "está haciendo una labor extraordinaria en la etapa política más inestable de los últimos tiempos en la comunidad".
Moreno, líder del PP andaluz desde hace casi un año, siempre ha sido apoyado por Arenas y por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien trabajó con él en el grupo parlamentario popular del Congreso en la anterior legislatura. De todos es sabido que la apuesta de De Cospedal no era Moreno, sino José Luis Sanz, alcalde de Tomares (Sevilla).
Pero esto no es más que un apartado de lo que subyace larvado y que Rajoy quiere despejar en el cónclave popular del martes. Porque a esa reunión vienen barones que temen sus dominios, y a esa reunión acude también otra díscola, Esperanza Aguirre, que igualmente se ha prodigado estos días en duras declaraciones sobre la situación interna del PP. La cuestión es simple: ¿Hablará Aguirre en este cónclave ante Rajoy o callará, como suele hacer habitualmente para luego hacer declaraciones incendiarias ante la prensa? Puede que el martes se despejen algunas incógnitas.