Fue Mariano Rajoy el más votado y, por tanto, a él le corresponde primero intentar formar Gobierno, se repite de manera machacona en la dirección del PSOE. Este será, precisamente, el planteamiento que Pedro Sánchez trasladará el próximo martes a Felipe VI, consciente de que está en sus manos emplazar al líder del PP a someterse a la investidura y, si no está en disposición de hacerlo, a renunciar expresamente a ello para dar la alternativa al candidato socialista.
Sánchez va a intentar a toda costa que sea primero Rajoy quien presente su programa de Gobierno
Según fuentes socialistas, lo que Sánchez va a intentar evitar a toda costa, es que la treta de Rajoy de cederle su turno de investidura le coloque en una posición de desventaja. Los argumentos de Ferraz son muy categóricos: si es Sánchez quien encara primero el debate, tiene todas las de perder porque ni siquiera estaría en condiciones de conseguir la mayoría simple en segunda votación. Se cuenta con que el PNV, Esquerra Republicana, Convergencia y el resto de los grupos que podrían regalarle con su abstención el acceso a La Moncloa, no tendrán la misma predisposición a ello si Rajoy ha pasado antes por la trituradora en que puede convertirse para él la tribuna del Congreso, que si aguarda como mero espectador a que Sánchez fracase en su investidura para ser él quien agote los plazos que marcan la posibilidad de formar Gobierno o tener que ir in extremis a nuevas elecciones. En el plan de Sánchez figura, pues, que sea Rajoy quien primero presente su plan de Gobierno y obtenga el rechazo de la Cámara, para después intentar él apurar al máximo los tiempos y lograr su sueño ganando la partida por mayoría simple con el respaldo de los 90 votos socialistas, los 40 de Ciudadanos y la abstención del resto del arco parlamentario, con la única excepción del PP.
Situación insólita de bloqueo: ¿Qué pasaría si Rajoy y Sánchez se niegan a afrontar su investidura?
La situación es insólita y se presta al bloqueo institucional porque podría darse el caso de que tanto Rajoy como Sánchez declinaran la semana que viene someterse a la investidura. De no dar el paso ningún candidato, el Rey tampoco podría convocar elecciones, por lo que la crisis política se prolongaría sin horizonte definido. Hay grupos que ya han sugerido la idea de pedir informes al Consejo de Estado y a los servicios jurídicos del Congreso para que alumbren posibles salidas jurídicas.
Desprecio a la apuesta de Felipe González
El atasco convive con la tormenta interna que descarga en el PSOE. Pedro Sánchez ha despreciado la apuesta de Felipe González a favor de un acuerdo de Gobierno entre el PP y Ciudadanos sostenido por la abstención socialista ya que, en su opinión, violentaría la resolución del comité federal aprobada en diciembre. “Esta resolución cerró cualquier posibilidad de pactar con fuerzas independentistas para llegar a La Moncloa, pero también rechazó con rotundidad cualquier acuerdo que facilite la continuidad del PP en el Gobierno”, recuerdan fuentes socialistas. “Por eso ni siquiera hace falta hablar con Felipe”, insisten. “Lo más probable es que Pedro comparezca ante el comité federal sin pactos cerrados, pues es el salvoconducto que le puede facilitar su acceso a La Moncloa”, asegura un miembro de la ejecutiva socialista, convencido de que este sábado dicho comité celebrará una reunión sin demasiado ruido, de puro trámite, en la que no llegará la sangre al río porque no se habrá producido novedad alguna desde las Navidades. Ni siquiera la fijación de la fecha del congreso ordinario será definitiva, pues la decisión final se tomará cuando se sepa si hay que ir o no a nuevas elecciones.
Si Sánchez lograra la carambola de proclamarse presidente del Gobierno con el voto de Ciudadanos y la abstención de Podemos, PNV, ERC, Convergencia y otros grupos pequeños, “nadie podría cuestionar el éxito de haber conseguido la centralidad política”, aseguran en su entorno. Además, el foco mediático se trasladaría automáticamente a la crisis interna en la que quedaría sumido el PP, con el debate sucesorio abierto en canal. La llave final para que esto ocurra la tiene Felipe VI, se razona en el cuartel general del PSOE, pues está en manos del Rey evitar que el martes Rajoy vuelva a repetir la jugada de intentar retrasar su investidura manteniendo viva, al mismo tiempo, la posibilidad de encararla en un segundo turno. En las filas socialistas hay, incluso, quien especula con la posibilidad de que el presidente en funciones salga la semana que viene de La Zarzuela habiendo cedido su puesto a otro candidato del PP, la única vía imaginable para que prosperara la ‘operación Felipe’, es decir, la formación de un Gabinete presidido por los populares con el apoyo de Ciudadanos y la abstención activa del PSOE.
Sánchez ve posible llegar a La Moncloa con el apoyo de Ciudadanos y la abstención de Podemos y el resto de los grupos
“Lo que no sería de recibo es que el Rey siguiera dejando la puerta abierta a Rajoy para jugar a su conveniencia con las fechas de la investidura, mientras somete al PSOE a la presión de buscar a lazo sus alianzas para formar Gobierno sin haber sido la lista más votada”, resumen en Ferraz, donde las críticas a Felipe VI por su “falta de imparcialidad” no amainan.