El Gobierno negocia ahora con Junts dar a los Mossos d'Esquadra competencias en puertos y aeropuertos, según fuentes gubernamentales. El Ejecutivo ya llegó a un acuerdo en marzo con la Generalitat de Cataluña, pero Interior lo frenó por la cercanía de las elecciones catalanas que finalmente ganó el PSC. No obstante, ahora buscan ofrecerlo a los de Puigdemont como cesión sobre inmigración. El PSOE y el partido de Carles Puigdemont negocian la 'cesión' de estas competencias como requisito de los independentistas para llegar después de un posible pacto presupuestario. "En Junts saben cuáles son nuestros límites como el control de fronteras. Estamos en los detalles, pero se ha avanzado, aunque eso no significa que haya acuerdo", explican en el Gobierno.
Aunque los independentistas lanzan mensajes de frialdad. Sobre todo respecto a las cuentas de 2025. "El Gobierno no se ha puesto en contacto con nosotros para hablar de presupuestos, en ningún momento. Por eso me extraña que todo el mundo esté hablando de presupuestos, porque debemos ser los únicos que no tienen la carpeta de los presupuestos encima de la mesa. Aunque veo complicada que llegue esta carpeta a Junts", desliza el entorno de Puigdemont. Fuentes del Ejecutivo confirman que no se ha abordado nada sobre las cuentas con Junts. "Se debate ley a ley, norma a norma. Por eso es una heroicidad lo que hacemos", explica una ministra.
En cualquier caso, ese acuerdo implicaría que los Mossos ganasen presencia en las infraestructuras críticas catalanas, en detrimento de la Policía Nacional y –sobre todo– de la Guardia Civil, que mantendrían la lucha contra el contrabando y el fraude fiscal, así como las labores en aduanas, las tareas de Extranjería y el control de fronteras en puertos y aeropuertos. Eso sí, Interior negó hace dos semanas que existiera pacto alguno para ceder competencias de protección de las personas y bienes y del mantenimiento del orden público en puertos y aeropuertos que, como recalcaron en un comunicado, corresponden en la actualidad a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Junts centra sus demandas en lograr para la Generalitat la competencia en la concesión de permisos de regularización.
El tira y afloja está servido, porque el nudo central de la discusión entre las dos partes está en consensuar qué facultades puede tener una comunidad autonónoma en una materia que guarda relación directa con las fronteras del Estado. Los de Carles Puigdemont quieren que Generalitat de Cataluña tenga la competencia en la concesión de los permisos de regularización de inmigrantes. Y estos, de residencia o de trabajo, irían condicionados a que la persona pueda demostrar ciertos requisitos “catalanidad”, fundalmente, siendo capaz de acreditar un nivel mínimo de conocimiento del catalán.
Hay que entender que el partido de Carles Puigdemont, asediado por el auge de la extrema derecha identitaria en Cataluña, ha endurecido su discurso contra la inmigración. Y busca desesperadamente anotarse un tanto. Moncloa prosigue su estrategia de contentar a su socio y llevarle por el redil de la política. Aunque lo cierto es que en el núcleo duro del Ejecutivo cada vez molesta más que Carles Puigdemont se quede en "relato" en lugar de en el "avance" del "autogobierno en Cataluña". No obstante, en estos momentos la discreción sigue siendo total. Al menos por parte del PSOE.
Mientras. el núcleo duro del PSOE y de Moncloa discrepa sobre la convenencia de que Pedro Sánchez se haga una foto con el expresidente catalán. El presidente, en cualquier caso, sigue apostando por esa imagen: "Es un paso de coherencia. Si hablamos de pasar página … ningún problema. Lo importante es que la amnistía, su aprobación, está hecha... Y ahora estamos en la fase de aplicación: veremos cuándo se produce el encuentro. No está la agenda", dijo este miércoles en Moncloa, en una conversación informal con periodistas durante la celebracion de la copa de Navidad.
Hace justo un año que Sánchez dijo que estaba dispuesto a verse con Puigdemont. Lo cierto es que un encuentro entre ambos sería una victoria política para Junts, que vería a su líder mesiánico -fue quien proclamó la independencia en 2017 durante ocho segundos- rehabilitado públicamente. Y eso, según el independentismo, constituiría “una bajada de pantalones” por parte del Gobierno español a la que no se pueden resistir. Ya durante las negociaciones de investidura, el PSOE acordó esa cita para la "rehabilitación total y definitiva" del prófugo de la Justicia. Ferraz siempre sostuvo que cuando se produzca, habría "contenido político" más allá de la foto que solo busca alimentar la retórica del expresidente catalán, ahora visiblemente cabreado por la situación política en la que se encuentra.