Las negociaciones entre el PNV y el gabinete de Pedro Sánchez para asegurarse el apoyo de los nacionalistas de cara a la prórroga del estado de alarma versan alrededor de la fecha de los comicios autonómicos. Fuentes gubernamentales desvelan a Vozpópuli que desde el pasado lunes los miembros del Ejecutivo y los representantes del PNV han trabajado para fijar una fecha consensuada de los comicios a cambio del ‘sí’ de los vascos al plan de Sánchez de prórroga del estado de alarma hasta el 25 de mayo.
Urkullu quiere aprovechar el debilitamiento de los socialistas en la crisis del coronavirus para celebrar las elecciones vascas cuanto antes. Su preferencia es el mes de julio. Miembros del PSOE admiten que las encuestas tanto en el País Vasco como en Galicia son malas para su partido. Y en ese contexto, Urkullu quiere consolidar su mayoría, acercándose a los 38 diputados autonómicos que sellan la mayoría absoluta en el parlamento Vasco.
El PSOE, por su parte, argumenta que celebrar las elecciones en julio es peligroso por un posible repunte de los contagios. Los socialistas prefieren convocarlas para finales de este año, pero podrían estar abiertos a cerrar la negociación para septiembre.
"La clave para desatascar el apoyo al Ejecutivo"
“El dato negativo es que el PNV piensa en clave partidista, pero la buena noticia es que están dispuestos a negociar”, comentan desde el Gobierno de Sánchez. El pasado domingo, el lehendakari Urkullu lanzó un duro ataque al Gobierno de Sánchez y avisó de su rechazo a seguir cediendo competencias en el marco del estado de alarma. El día siguiente, el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, rebajó el tono de la polémica. Sostuvo que su intención no era hacer caer el Ejecutivo, lo que abrió un canal de diálogo con el Gobierno que Carmen Calvo está intentando aprovechar.
Por la tarde del martes se anunció el acuerdo, aunque no se detallaron las letras pequeñas del mismo. Y según fuentes socialistas toda apunta a que Sánchez ha dado su visto bueno a que los comicios se celebren en julio.
Incógnita dentro de 15 días
Tanto los socialistas como Podemos coinciden en que la votación del miércoles representa una prueba de fuego para el Ejecutivo. Sánchez ha logrado el martes modificar los equilibrios parlamentarios logrando, además del sí del PNV, el apoyo de Inés Arrimadas.
En cuanto a las elecciones vascas, es probable que el PNV obtenga el visto bueno del Ejecutivo para julio. El Gobierno vive al día y, si bien sabe que si Urkullu se fortalece los vascos subirán el nivel de sus exigencias de cara a los presupuestos de 2021, el imperativo categórico es superar la ola del coronavirus y afianzar una recuperación económica gracias a las ayudas europeas.
La incógnita se repetirá dentro de quince días, cuando el Ejecutivo deberá decidir si someterse a otra votación para la quinta prórroga del estado de alarma. El PNV obtuvo el martes el compromiso de Sánchez de contar con las Comunidades Autónomas para la desescalada. Aunque su principal objetivo sigue siendo la celebración de elecciones autonómicas antes del verano.