El Rey reclamó "el firme compromiso de todos con los intereses generales" ante el desafío de los secesionistas catalanes. Una frase dirigida, en buena parte, hacia el frente constitucionalista. Y en forma muy especial, al PSOE, que navega en un mar de dudas en el momento más crítico.
El foco de los acontecimientos en torno a la sublevación secesionista se ha centrado en Zarzuela. El firme mensaje del Rey recibió parabienes desde PP y Ciudadanos, feroces críticas desde el flanco separatista y la extrema izquierda y una confusa amalgama de comentarios entre los socialistas. Desorientación y zigzagueo en el primer partido de la oposición.
Don Felipe considera clave que se mantenga la unidad de los demócratas. Rajoy se afana por conseguirlo. No dará un paso adelante con el 155 en solitario, comentan en su entorno. Necesita a Ciudadanos y, por supuesto, al PSOE. Algo que ahora no parece demasiado claro. En Zarzuela se colabora para que el líder socialista no dé la 'espantada' en el momento decisivo.
Pedro Sánchez, en sus conversaciones con Rajoy, nunca le ha negado el 'apoyo al Estado'. Ni siquiera cuando se ponía sobre la mesa, discretamente, la posibilidad de adoptar medidas drásticas, al estilo del artículo 155. Todo cambió este fin de semana tras los episodios ocurridos durante la votación. Margarita Robles, su portavoz parlamentaria, arremetió duramente contra la acción de las fuerzas del orden y al tiempo anunció que su grupo reprobará a la vicepresidenta.
El volantazo ha sorprendido en Moncloa y ha molestado en Zarzuela. El Rey ha conversado con los principales dirigentes políticos, incluido Pedro Sánchez, en los últimos días. Todo estaba en orden en el flanco socialista. El secretario general del partido que más años ha gobernado España se mantenía en la actitud de firmeza institucional frente a los separatistas.
De ahí la sorpresa. No han mejorado precisamente con el mensaje del Rey, en el que no se incluía la palabra 'diálogo'. Se hablaba de 'concordia y entendimiento'. Patxi López no ha dudado en criticarlo. Otros dirigentes de Ferraz han ido, discretamente, en la misma línea. Son esos 'progres de pacotilla' a los que zahirió Fernández Vara, el presidente extremeño, por criticar la actuación de las fuerzas del orden.
En Moncloa contemplan con paciencia la deriva de Sánchez. Siempre se ha recelado de su comportamiento. Consideran un oportunismo indigno la reprobación a Sáenz de Santamaría, especialmente por el momento elegido, a dos días de la proclamación de independencia. Y dudan ahora de que, llegado el momento, mantenga su palabra, aunque no le quede otra. "Abandonar el bloque de los demócratas sería suicida para los socialistas", comenta un dirigente del PP. Alfonso Guerra, García Page y el propio Fernández Vara lo tienen muy claro. Han salido en bloque, en una acción casi concertada, en defensa de la policía y en rechazo de todo guiño de diálogo con los golpistas.