Nuevo capítulo en el caso de los submarinistas españoles sorprendidos de noche y en mitad de una tormenta en Gdansk (Polonia). El suceso se ha convertido en un asunto de interés nacional y hasta el primer ministro, Mateusz Morawiecki, ha pedido a sus servicios especiales que redacten un informe. Los buzos aseguran que buscaban ámbar, pero sus extraños movimientos y la presencia de infraestructuras críticas en las inmediaciones de los hechos han disparado las alarmas en un país que vive en constante alerta por las injerencias extranjeras. Las últimas revelaciones sugieren que los tres individuos podrían formar parte de una organización criminal y que se movieron en coche por el país, lo que dificulta su rastreo.
El episodio tuvo lugar en la madrugada del pasado domingo, cuando los servicios de rescate recibieron una alerta sobre el posible hundimiento de una embarcación en la costa de Gdansk, en la desembocadura del río Wisła Śmiała. Eran las dos de la madrugada. Cuando los especialistas llegaron al punto indicado se encontraron con una barca roja, sin distintivos y de cuatro metros de eslora, que navegaba a la deriva por culpa de una avería crítica. Era noche cerrada y caía una fuerte tormenta.
A bordo había tres submarinistas españoles, que llevaban seis horas de inmersión. Alegaron que estaban buscando ámbar, que se puede vender a alto precio en el mercado internacional. Tenían equipos de buceo de alta gama, incluido un scooter submarino para propulsarse en las profundidades marítimas. Sin embargo, no contaban con el permiso necesario para la práctica de esta actividad.
Los tres submarinistas fueron trasladados a dependencias policiales. Según cuenta la prensa local, sólo uno de ellos tenía documentación para acreditar su identidad, mientras que a los otros dos se les tomaron sus credenciales en base a su propio testimonio. Los mismos medios aseguran que de los tres números de teléfono que facilitaron a las autoridades para ser localizados en caso de que fuese necesario, dos líneas estaban inactivas y la tercera correspondía a una numeración de diez dígitos -cuando lo habitual es que sea de nueve; once en caso de incluir un prefijo internacional-. Los tres fueron puestos en libertad.
El objetivo de los submarinistas
Desde Polonia se preguntan cuál era el objetivo de los tres submarinistas españoles, al sospechar que la búsqueda de ámbar es una coartada difícilmente sostenible: a bordo de la embarcación no había ningún resto del material y las inclemencias meteorológicas provocaban que el suelo marino estuviera agitado, dificultando así cualquier labor de rastreo y poniendo en riesgo la integridad física de los buzos.
Las alarmas se dispararon debido a la localización en la que los tres españoles fueron sorprendidos. La localidad de Gdansk se encuentra muy cerca de la ciudad rusa de Kaliningrado y alberga instalaciones críticas, energéticas y militares. La sospecha de una injerencia extranjera siempre está presente en Polonia, más aún tras el estallido de la guerra de Ucrania y el creciente interés de Moscú en la región. El país, además, se ha convertido en aliado clave de la OTAN para el envío de armas a Kiev y ahora se presenta como uno de los principales partidarios de destinar carros de combate a las tropas de Volodímir Zelenski.
La gravedad del asunto ha llevado al primer ministro, Mateusz Morawiecki, a hacer unas declaraciones ambiguas: "Puede ser que sean personas peligrosas y puede resultar que lo que declararon sea cierto". También reconoció que había encargado un informe a sus servicios especiales sobre la actividad de los tres españoles. Se sospecha que al menos dos de ellos ya habrían abandonado el país.
Una nueva hipótesis
Las últimas investigaciones abren la puerta a una nueva hipótesis: que los submarinistas fueran parte de una organización criminal y se encontrasen en Gdansk para llevar a cabo alguna actividad ilícita. El periódico Wydarzenia respalda esta opción con datos reveladores. Según afirman en sus páginas, los hechos están relacionados con un "caso criminal muy serio", vinculado con delincuentes "muy peligrosos", pero al margen de elementos de espionaje o subversión.
Los tres españoles -siempre siguiendo el relato de Wydarzenia, se encontraban bajo "vigilancia encubierta" de servicios internacionales y "todos sus movimientos fueron monitorizados y rastreados". Una afirmación que se vería respaldada por las declaraciones de Stanisław Żaryn, alto cargo de los servicios especiales polacos, quien aseveró que tenían "pleno conocimiento de estas personas y de las circunstancias de los hechos descritos en los medios", pero que no entrañaban una amenaza directa contra Polonia.
Hay otro dato que difumina la hipótesis del espionaje: los tres españoles tenían medios y fondos limitados para desempeñar su actividad. La barca que compraron para llevar a cabo su actividad tenía varios años de antigüedad y se averió en un momento crítico. También descartaron la compra de unas luces ultravioleta para el submarinismo, según el testimonio de un vendedor que les atendió.
Con todo, las autoridades polacas encuentran dificultades en seguir el rastro de los tres individuos. A los números de teléfonos erróneos y la falta de documentación hay que sumar otros elementos. No viajaron en avión, que siempre permite a los investigadores buscar una identificación o un hilo del que tirar. Por el contrario, se movieron en coche por el país; presumiblemente un vehículo de matrícula española, por lo que podrían haber viajado una larga distancia para haber entrado en Polonia.
Por el momento hay más dudas que certezas en un caso que ha despertado la inquietud en las más altas esferas del país, con tres misteriosos submarinistas cuya actividad aún está por aclarar. Ni siquiera se descarta que su coartada fuese cierta, a pesar del riesgo que supondría el desempeño de tal actividad en medio de la tormenta y las inclemencias meteorológicas. Pero aún no se descarta ninguna hipótesis: ni la del espionaje ni la participación de los individuos en una organización criminal.
McCall
"vigilancia encubierta" de servicios internacionales y "todos sus movimientos fueron monitorizados y rastreados" ¿Y luego desaparecen? Otra: "otro dato que difumina la hipótesis del espionaje: los tres españoles tenían medios y fondos limitados para desempeñar su actividad". Y, ¿Desde cuando los espías deben parecer espías y actuar como espías? Claro que igual eran catalanes del CNI catalán espiando para Putin. Lo digo por lo de la limitación.😉
Palacheca
El tema de la droga no se cita ni de refilón siendo España uno de los lugares del mundo donde más se trafica con estupefacientes.
Aquiles
Espero que por lo menos hayan enviado fotos , adn , etc ...a España ...para su correcta investigacion de antecedentes ...
Pelosi
Huele a operación del CNI Podemita para apoyar a su padrino Putin a sabotear alguna infraestructura u obtener alguna información.