Susana Díaz desveló este lunes que, en pleno conflicto con los okupas de La corrala sevillana, pensó en romper su acuerdo con IU y convocar elecciones anticipadas. La presidenta andaluza quedó en evidencia al retirar el decreto que había firmado 24 horas antes. El ala más radical de IU en el gobierno andaluz, encarnado por la consejera de Fomento, Elena Cortés, junto a la secretaria de Vivienda, Amanda Meyer (hija del eurodiputado Willy Meyer), ha conseguido un triunfo celebrado por las bases de la formación. "Le han doblado la muñeca a Susana", comentaba un veterano. "Esto no quedará así".
En el PP andaluz se han tomado la refriega muy en serio. Juan Manuel Moreno Bonilla, su nuevo presidente, comentó ayer que se malicia un adelanto electoral, bien para otoño, caso de que Susana Díaz no logre aprobar los presupuestos, o en febrero, con motivo del Día de Andalucía, "una jornada simbólica en nuestra comunidad".
'Sorpasso' en seis años
Moreno llegó al PP con el mensaje de un trabajo 'a largo plazo', es decir, con escasas posibilidades de victoria en las próximas autonómicas para dar el 'sorpasso' en las siguientes, es decir, a la vuelta de seis años. Ayer, sin embargo, corrigió el tiro. Habló ya de que el PP está en condiciones de disputarle el liderazgo a los socialistas y no sólo para vencer en las elecciones, como ya hizo su predecesor, Javier Arenas, sino incluso para conseguir los escaños suficientes que le abran las puertas a formar gobierno.
Desde la familia socialista andaluza se daba por hecho este lunes que el enfrentamiento con sus socios de gobierno ha dejado heridas que resultarán muy difíciles de superar. Susana Díaz, que buena parte de su crédito consiste en transmitir la idea de que es una mujer de palabra y de firmeza en sus decisiones, ha tenido que 'recular' en su primer escarceo con los comunistas. Con ese paso atrás no contaba. Y ya ha probado una medicina que no le gusta nada: la de achantarse ante las iniciativas populistas y casi 'chavistas' de IU. Su autoridad ha quedado dañada y su imagen ha resultado seriamente perjudicada. Su paciencia tiene un límite y esta provocación lo ha superado.
Comienza la cuenta atrás
"Desde la mañana del viernes, cuando tuvo que anular su decreto de retirada de competencias de la consejería díscola, la presidenta de la Junta está ya pensando en cuando va a romper con sus compañeros de Ejecutivo", afirma un alto dirigente del PP, con enorme experiencia en la vida política andaluza.
Aunque el mensaje que se transmite desde Ferraz es el de que las aguas vuelvan a su cauce, tampoco a Pérez Rubalcaba le vendría mal unas autonómicas en octubre. Incluso le evitaría convocar unas primarias en el PSOE que nada le seducen. La cuestión está en si Susana Díaz, a estas alturas de su mandato, con sólo unos meses en el puente de mando, es capaz de conseguir una mayoría absoluta, para no tener que recurrir a los escaños comunistas a la hora de formar gobierno. Esa es la gran duda. Pero le beneficiaría, según algunos observadores, el perfil aún tan bajo de Moreno Bonilla, apenas conocido entre los suyos ya que los últimos diez años de su carrera política los ha pasado en Madrid.
Huele a elecciones anticipadas en la comunidad andaluza. Caso de celebrarse en octubre, sería otro 'punto caliente' en el calendario del PP que tiene que hacer frente en noviembre al plebiscito independentista convocado por CiU. Siempre y cuando Artur Mas no dé marcha atrás en sus planes. Algo que puede suceder.