Dentro de poco menos de un mes se cumple un año de la erupción del volcán de La Palma. Y pese a los inumerables daños personales y económicos que se produjeron, las cenizas y los caminos que dejó la lava a su paso se han convertido en un atractivo turístico.
Todavía quedan 200 personas por volver a sus casas, mucho dinero que recibir y un inmenso paraíso natural que reconstruir. Sin embargo, las empresas de actividades han aprovechado el "filón" y ya son varias las agencias que proponen, por el "módico" precio de 35 euros por persona, una ruta por "los puntos más destacados de la actividad volcánica", incluyendo el (cuestionable) placer de ver las cenizas y el daño de la naturaleza.
Aunque ver las consecuencias de la erupción de un volcán puede ser realmente impactante, el hecho de que ciertas empresas estén aprovechando este drama para sacar tajada económica puede escocer entre los palmeros y entre aquellos que, por diferentes razones, son sensibles a los destrozos naturales. El paseo, que dura tres horas y media, permite, como se lee en la web informativa, descubrir "cómo el flujo de lava destruyó más de 3000 edificios y bosques, y formó una nueva península" y contemplar "dónde la ardiente roca fundida se abrió camino y creó un nuevo paisaje volcánico".
El debate principal se centra en que si por seguridad y por respeto a las víctimas del volcán no se permitían turistas en las inmediaciones del mismo durante los días de erupción, tampoco debería permitirse menos de un año después, cuando los daños no están ni de lejos subsanados y todavía es un asunto sensible para los palmeros.
No sólo un paseo por el volcán de La Palma
Este paseo por los restos del volcán, no recomendado para personas con movilidad reducida, se suma a otros muchos que de alguna manera pueden considerarse "extravagantes". Entre las webs de viajes, actividades y experiencias, se encuentran algunas propuestas de lo más extrañas y para todo tipo de gustos, que como el paseo por el Cumbre Vieja, pueden resultar llamativas para algunos.
Las ciudades más turísticas son, lógicamente, las más dadas a que este tipo de visitas guiadas extrañas o actividades pintorescas tengan éxito, especialmente es la época estival. Madrid está lleno de ellas. Entre otras, el tour a pie por el Madrid masónico, en el que se "descifran mensajes ocultos en plazas y edificios históricos, descubriendo los misterios de la sociedad secreta".
En la capital también se puede hacer, a partir de las ocho de la tarde, "cuando el sol ya ha caído", el tour de los fantasmas. En él se analizan "historias espectrales de la Calle Desengaño, la Casa de las Siete Chimeneas o las investigaciones de fenómenos paranormales en el Palacio de Linares".
En esta misma línea, los turistas de la capital también tienen la posibilidad de descubrir todos los misterios de la ciudad, "desde los delincuentes que intentaban acceder a la ciudad por la Puerta Cerrada a la Plaza Mayor" hasta "porqué hay un dragón en el antiguo escudo del Ayuntamiento de Madrid o historias de pintores desaparecidos a leyendas en pleno Palacio Real", pasando por historias sobre hombres decapitados.
Otro tour en Madrid que puede disgustar a algunos es el de los graffitis, ya que muchos no los consideran algo con lo que deleitarse, sino como algo que estropea las ciudades por lo que, bajo ningún concepto, hay que sacar rendimiento económico de ello.
Y por supuesto, mucho rechazo generan también las propuestas que tienen que ver con la Inquisición, ya que ha sido un período de la historia que ha creado siempre mucha polémica.
Lo tenebroso, siempre exitoso
El misterio y el lado oscuro de las ciudades siempre es sinónimo de éxito. En casi todas las ciudades españolas se puede hacer un tour por los misterios y las leyendas locales, interesantes, aunque sin poca (o ninguna) base científica. Lo mismo ocurre con las polémicas visitas guidas por la historia de la Inquisición, que para unos y otros siempre ha sido motivo de manipulación.
Barcelona, otra de las ciudades más turísticas de España, también ofrece varios tours sorprendentes, aunque la oferta no es tan amplia como en la capital. Entre los más interesantes se encuentra el tour prohibido, en el que "se descubre la verdadera profundidad de la depravación, desesperación y degradación que envolvieron el pasado de Barcelona" a través de historias de tortura, asesinatos y escándalos mientras exploras las callejuelas de la ciudad.
Y sin duda una de las propuestas más llamativas la encontramos en Santiago. Se trata del taller de queimada, en el que ofrecen un ritual para aprender magia y brujería gallega.
