Noviembre de 2018. Con Unidas Podemos todavía fuera del Gobierno de España, pero indispensable para la mayoría de aquel primer Gobierno de Pedro Sánchez, los hoy vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y ministra de Igualdad, Irene Montero, observan cómo el Parlamento de Argentina, su país de referencia en América Latina y cuna del entonces jefe de gabinete de Iglesias, Pablo Gentili, aprueba la denominada "Ley contra la asignación sexual compulsiva: eliminación de la categoría sexo en documentos y protección de la diversidad corporal".
Una ley que, en palabras de una histórica feminista del PSOE, "borra de un plumazo el sexo de todo recién nacido y, de paso, décadas de lucha de por la igualdad entre hombres y mujeres; porque la discriminación ha existido y existe", algo a lo que no están dispuestas a permitir en España las mujeres del principal partido gobernante.
Por eso, añade esta fuente, La Moncloa y Ferraz han salido en tromba a desmentir que el borrador de reforma de la Ley de Transexualidad (2007) que prepara el Ministerio de Igualdad sea asumido por todo el gabinete de coalición: los socialistas quieren cortocircuitar cualquier introducción, en esa ley o en una eventual copia de la Ley argentina contra la "asignación sexual", de términos como la "autodeterminación de género" que defiende la teoría Queer y que en España sería "claramente inconstitucional".
De hecho, la vicepresidenta primera y antecesora de Montero en Igualdad, Carmen Calvo, mantiene con su sucesora un pulso que empezó al inicio de legislatura, casi en el mismo acto de toma de posesión -la tensión entre ambas era palpable- "porque Calvo no asume que una mujer joven lleve Igualdad", argumentan en privado desde la formación morada.
A las pocas semanas de ese acto ya se vislumbró un primer foco de conflicto con ocasión de la Ley de Libertad Sexual y, este jueves, la 'número dos' del Gobierno fue aún más rotunda que entonces al señalar que le "preocupa" que en la 'ley trans' el género sea atribuido a alguien por su "mera declaración de voluntad".
Podemos sostiene que Carmen Calvo representa el “viejo feminismo transfóbico” y que todavía no ha asumido que ya no es ministra de Igualdad en este Gobierno de coalición
Las palabras de Calvo vienen a reflejar mucho malestar por parte de lo que en Unidas Podemos llaman "viejo feminismo transfóbico" y que engloba no solo a mujeres socialistas, sino a feministas históricas de la órbita comunista como Lidia Falcón y otras, agrupadas todas en una plataforma de nueva creación, la Alianza contra el Borrado de las Mujeres, vigilante de las actuaciones de Montero y el Ministerio de Igualdad, pero también de Podemos y sus organizaciones satélite en autonomías y ayuntamientos.
Desde Igualdad y desde el entorno del vicepresidente Iglesias se argumenta, por contra, que la 'ley trans' es una "copia" casi literal del proyecto que defendió el PSOE en la ponencia de reforma de la ley de 2007, pero quien fue portavoz del Grupo Socialista en aquella comisión, Ángeles Álvarez, sostiene, en conversación con Vozpópuli, que aquella reforma nunca llegó a ver la luz. "Pues lo llevaron a la ponencia, así que ya saben: que lo asuman”, insisten los morados.
La realidad es que, ya entonces, el PSOE tenía muchas dudas de meter la legislación española civil y penal española en una deriva Queer solo para satisfacer las demandas de "una parte del colectivo transexual", ni siquiera todo el colectivo, aseguran fuentes de ese partido, visto lo ocurrido en países como Reino Unido, Argentina y otros que han sido precursores.
Podemos insiste en que el texto está listo para que lo vea el Consejo de Ministros “del martes próximo” y el PSOE responde: "Somos un partido de izquierda que está para resolver problemas, no para crearlos"
Según estudios contrarios a la tesis de la "autodeterminación de género", sólo el 15% de los niños y niñas españoles que acuden a las unidades clínicas que tratan la de denominada disforia de género acaba siendo transexual; un 85% renuncia. El malestar físico y psicológico con su cuerpo, típico de la pubertad y la adolescencia -sobre todo en niñas-, desaparece o se amortigua cuando son atendidos y acompañados en sus dudas por los especialistas. Suelen acabar desanimándose a iniciar un delicado y largo proceso de años que incluye hormonación antes y después de la intervención quirúrgica.
A pesar de que el foco de la polémica está puesto ahora mismo en la coalición PSOE/Podemos, entre los socialistas tampoco es todo unidad. Un sector importante del colectivo LGTBIQ, liderado por la militancia gay masculina -la femenina homosexual es contraria al borrado de las mujeres- y por transexuales como Carla Antonelli, diputada del partido en la Asamblea de Madrid, está muy a favor de la ley que impulsa Unidas Podemos. Y recuerdan que eso era lo que defendía la Dirección Federal hasta hace bien poco:
(1) Video de @PSOE en noviembre 2017 defendiendo su reforma de Ley 3/2007, con diputada y jueza Lola Galovart, desde la Despatologización y ía Atodetermnación que dio como fruto ponencia 2019 y hoy #LeyTrans @IgualdadGob y Gob recoge forma literal para cambio sexo registral ?️⚧️ pic.twitter.com/1If65LEOQr
— Carla Antonelli / ?️⚧️☂️ (@CarlaAntonelli) February 4, 2021
De momento, Pedro Sánchez guarda silencio en un asunto que divide a su partido, pero diversas fuentes socialistas sostienen que "el PSOE es un partido de izquierda que gobierna para resolver problemas, no para crearlos” y facilitar que un menor cambie de sexo sin intervención facultativa "resultaría un despropósito", recalcan las fuentes consultadas. Así que no es descartable que el secretario general de los socialistas aproveche el debate del 40 Congreso Federal del partido -se celebrará en octubre- para enfriar ahora la polémica
Su problema es que Unidas Podemos y el Ministerio de Igualdad insisten en el pulso y exigen resolver la cuestión de manera inmediata: el proyecto de ley está listo para ser visto por el Consejo de Ministros "del martes próximo", señalan fuentes de este partido, algo que no corroboran ni el Ministerio de Justicia ni el de Sanidad, principales afectados por un cambio de estas características.
Justicia: "Sin prisas"
Fuentes socialistas y del propio Ejecutivo sostienen que Carmen Calvo, "que tiene el visto bueno del presidente en este asunto", junto con los ministros afectados, Juan Carlos Campo (Justicia) y Carolina Darias (Sanidad), van a negociar con Montero el contenido de la ley pero "sin prisas" y, sobre todo, sin asumir una hoja de ruta como la que ha llevado a Argentina y otros países al borrado del género de todos los documentos y, a partir de esa por extensión, de las estadísticas que certifican la discriminación de la mujer.
No quieren, además, que ocurra lo que ocurrió con el proyecto de Ley de Libertad Sexual, que ocasionó un fuerte enfrentamiento entre los ministerios de Justicia e Igualdad por las numerosas deficiencias técnico-legislativas que presentaba el borrador que había preparado el ministerio de Montero sin conocimiento del resto del gabinete.