Cada año el Skrei llega a Noruega desde el Ártico durante la temporada de enero a abril. Desde los tiempos antiguos los noruegos celebran su llegada y, en la actualidad, se ha convertido en una joya gastronómica, estrella en muchas cocinas de todo el mundo. En España, el interés creciente de profesionales y consumidores ha hecho de nuestro país el principal consumidor de este “bacalao gourmet”, después de Noruega.
“Cada año en Noruega la llegada del Skrei es todo un acontecimiento y en España es también un pescado muy apreciado. Los españoles consumen entre 3.000 y 4.000 toneladas de Skrei durante la temporada”. señala Bjorn Erik Stabell, director del Consejo de productos del mar de Noruega en España.
El milagro del Skrei
El milagro del Skrei comienza donde se unen Noruega y Rusia, en el gélido mar de Barents, donde habitan los bancos de bacalaos casi durante todo el año. El agua aquí siempre está helada, por lo que los peces crecen muy despacio y necesitan entre cinco y siete años hasta poder reproducirse.
Es entonces cuando los bancos de miles de peces recorren más de 1.000 km desde el frío mar de Barents hacia las Islas Lofoten para desovar en el mismo lugar donde nacieron. A pesar de estar situadas tan al norte, en las islas Lofoten la temperatura no es tan fría como en otras zonas y es raro que baje más de algunos grados bajo cero. Esto se debe a la corriente del Golfo, un río marino de agua cálida que bordea la costa y calienta el agua a temperaturas más soportables.
Este clima único es lo que busca el bacalao para procrear, ya que aquí encuentra las condiciones ideales para reproducirse.
El sello de calidad skrei garantiza:
- un peso mínimo de 3kg.
- que ha sido pescado entre el 1 de enero al 30 de abril, en las áreas naturales de desove para el skrei de la zona económica Noruega.
- que entre la pesca y su envasado para envío no han pasado más de 12 horas.
- que está refrigerado entre 0º C - 2º C durante toda la cadena de valor.
- que se etiqueta con una vida útil máxima 12 días desde la fecha de envasado.
Ningún sector de la pesca en Noruega está tan estrictamente reglamentado como la captura del Skrei. Naturalmente, se trata de cuidar los recursos seguir obteniendo este pescado en el futuro, por lo que la pesca se debe realizar de forma que no ponga en peligro la población total de bacalaos.
Se controlan minuciosamente tanto las cantidades capturadas como los métodos de pesca utilizados. Así, este pescado se puede pescar con palangre, un sedal con anzuelos y con un cebo en cada uno de ellos, que se va arrastrando detrás del barco, casi del mismo modo que se hace en la pesca con cañas.
También se puede trabajar con redes fijas o de arrastre, pero los barcos y las redes no deben superar un tamaño y una cantidad determinados.