Cada 26 de noviembre, el mundo se une para celebrar el Día Mundial del Olivo, una fecha proclamada por la UNESCO que honra la importancia cultural, histórica y económica de este árbol milenario. En esta jornada especial, destaca el aporte de una joya oleícola española: Finca La Torre, una almazara situada en Bobadilla, Málaga, cuya trayectoria y compromiso con la excelencia han marcado un antes y un después en la producción del aceite de oliva virgen extra (AOVE).
La historia de Finca La Torre comienza mucho antes de su consolidación como almazara de referencia. Sus raíces se hunden en el pasado romano, cuando en los terrenos de Singilia Barba, una ciudad situada al noroeste de Antequera, ya se explotaba el olivar y se producían los primeros aceites en un molino de piedra.
En la época nazarí, se añadió un elemento emblemático: una torre vigía construida sobre el Cerro del Cuchillo, que dio nombre a la finca. Este legado arquitectónico, junto con los restos romanos aún visibles, conecta el presente de Finca La Torre con su rica historia.
Tras siglos de actividad discontinua, la finca fue revitalizada en 2010, cuando el empresario suizo Daniel S. Aegerter adquirió la propiedad. Decidido a preservar su autenticidad y a explotar su potencial, Aegerter apostó por un modelo de producción sostenible, incorporando técnicas de agricultura biodinámica y ecológica. Hoy, Finca La Torre es sinónimo de calidad y sostenibilidad, y sus aceites son reconocidos entre los mejores del mundo.
Producción con propósito: de la aceituna al AOVE
En Finca La Torre, el proceso de producción del aceite es un arte minucioso que combina tradición e innovación. La recolección temprana, que se lleva a cabo entre octubre y noviembre, asegura que las aceitunas estén en su punto óptimo de maduración. Cada variedad —hojiblanca, arbequina, cornicabra y picudo— se recoge de manera escalonada para maximizar sus cualidades únicas.
Uno de los secretos del éxito de Finca La Torre es la rapidez y cuidado con el que las aceitunas llegan a la almazara. En lugar de utilizar grandes remolques, emplean cajas de 300 kg para garantizar la frescura y evitar daños al fruto. Una vez en la almazara, se realiza la extracción en frío sin coadyuvantes como el talco, lo que preserva intactas las propiedades organolépticas y antioxidantes del aceite.
El resultado es un aceite de oliva virgen extra exclusivo, caracterizado por su frescura, intensidad aromática y propiedades saludables, como los altos niveles de polifenoles y vitamina E.
Gama de aceites de excelencia
Finca La Torre elabora aceites monovarietales que capturan la esencia de cada tipo de aceituna. Entre ellos destacan:
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Hojiblanca: El buque insignia de la finca, producido a partir de olivos centenarios. Su aroma evoca hierba recién cortada, hoja de olivo y tomatera, con un sabor equilibrado que combina un amargor suave y un picor progresivo.
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Arbequina: Un aceite más dulce y fluido, con notas a manzana y plátano, ideal para quienes prefieren sabores más delicados.
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Picudo: Frutado intenso con matices de hierba, tomatera y plátano verde, perfecto para paladares que buscan complejidad.
- Cornicabra: De carácter robusto, con un amargor y picor pronunciados que lo hacen ideal para realzar platos tradicionales.
Además, Finca La Torre ha desarrollado variedades aromatizadas, como las de limón y naranja, utilizando frutas certificadas ecológicamente para complementar su compromiso con la sostenibilidad.
El esfuerzo y dedicación de Finca La Torre han sido ampliamente reconocidos. La almazara ha recibido múltiples premios, incluyendo el prestigioso Premio Alimentos de España al Mejor AOVE en cinco ocasiones consecutivas. También ha logrado la calificación máxima de 100 puntos en la revista Flos Olei, considerada la biblia del aceite de oliva, un hito inédito en la industria.
Actualmente, sus aceites se exportan a 25 países, con una producción anual limitada de 78 toneladas. Este enfoque exclusivo y selectivo permite que sus productos mantengan los estándares más altos de calidad.
Compromiso con la sostenibilidad
Además de su excelencia en la producción, Finca La Torre se destaca por su compromiso medioambiental. La finca forma parte de iniciativas como Olivares Vivos, que buscan revertir la degradación del suelo y fomentar la biodiversidad. También participan en proyectos europeos como Living Soils, centrados en la mejora de los suelos agrícolas.
La almazara utiliza energía solar para cubrir gran parte de sus necesidades, demostrando que la innovación y la sostenibilidad pueden ir de la mano. Este modelo de producción no solo respeta el medio ambiente, sino que también garantiza la calidad del aceite al preservar el equilibrio natural del ecosistema.
En el Día Mundial del Olivo, Finca La Torre no solo celebra la riqueza cultural e histórica de este árbol, sino que también reafirma su misión de producir un aceite que honre su legado. Este compromiso se refleja en sus visitas guiadas, donde los visitantes pueden explorar los olivares, conocer el proceso de producción y disfrutar de catas de AOVE.
Víctor Pérez, ingeniero agrónomo y responsable de producción, enfatiza que el objetivo de la finca es extraer todo el potencial de cada variedad de aceituna. “Cada campaña es un desafío y una oportunidad para innovar, siempre respetando la tradición y el entorno”, afirma.