El pasado 18 de abril de 2021, el líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, llegó a España para ser ingresado en un hospital de La Rioja afectado por el coronavirus, y permaneció en el país hasta el 2 de junio. Esta estancia provocó un grave conflicto entre España y Marruecos que desembocó en la última gran crisis migratoria en España. Y en ambos vuelos, el origen y el destino fue el mismo: Argelia. Si algo consigue encrespar los ánimos al Gobierno de Rabat es cualquier tipo de acercamiento a las aspiraciones soberanistas del Sahara Occidental, y Argelia, aplicando la máxima de que el enemigo de tu enemigo es tu amigo, ha encontrado en este conflicto una de las principales vías de desgaste contra su vecino marroquí.
Las relaciones entre Argelia y Marruecos viven uno de los momentos más tensos de la última década. Desde el año 1994, la frontera entre los dos países norteafricanos está cerrada y durante los últimos meses la tensión no ha hecho más que crecer con graves acusaciones cruzadas, que alertan sobre un posible conflicto armado.
En este contexto, el principal representante del movimiento de liberación nacional, el Frente Polisario, tiene en Argelia el principal aliado para combatir al poderoso enemigo marroquí. Según un informe de la Agencia Federal de Investigaciones de Estados Unidos (estrecho aliado de Marruecos), Irán proporciona armas al Frente Polisario a través de Argelia y Hizbulá.
Salida al Atlántico
La línea fronteriza entre ambos países muestra otra de las claves del conflicto. Perfectamente trazada con escuadra y cartabón fruto de los repartos coloniales europeos, la raya divisoria dibuja una línea recta norte y sur a la altura de las Islas Canarias. En este punto, son cruciales los 40 kilómetros que Argelia compartiría con una hipotética Sáhara Occidental que facilitaría la salida al Atlántico de Argelia sin tener que contar con su enemigo marroquí.
El pasado fin de semana, el primer ministro de Argelia, Abdelmayid Tebún, confirmó el cierre del principal gaseoducto con España achacando "prácticas hostiles" de Rabat hacia Argel. Casi la mitad de esta enorme 'cañería' recorre parte del territorio marroquí, y la actual crisis entre ambos países ha hecho que Argelia cierre el grifo y comience a trasladar su gas hasta España a través de barcos, un sistema que encarece la exportación de una de sus principales fuentes de riqueza.
Argelia acusa a Marruecos
Este miércoles, el Gobierno argelino acusó al marroquí de un "bombardeo" contra un convoy de camiones en la ruta comercial que une la ciudad de Uargla con la capital de Mauritania (Nuakchott). En este incidente murieron tres civiles argelinos, Argel responsabilizó a las fuerzas marroquíes desplegadas en el Sáhara Occidental y advirtió de que este "cobarde asesinato" "no quedará impune".
No es la primera vez que Argelia acusa a Marruecos de causar muertes civiles. Este verano el norte de Argelia fue asolado por una oleada de casi un centenar de incendios que dejó más de 70 personas fallecidas. El primer ministro argelino, Aïmene Benabderrahmane, los calificó como una "tragedia nacional" y Mohamed VI de Marruecos dio orden de movilizar dos aviones cisterna para ayudar a sofocar las llamas del país vecino. Sin embargo, las autoridades argelinas rechazaron dicha ayuda.
Finalmente, el 19 de agosto el Alto Consejo de Seguridad argelino culpó a Marruecos de estar detrás de estos incendios: “Los incesantes actos hostiles perpetrados por Marruecos contra Argelia han hecho necesaria la revisión de las relaciones entre los dos países y la intensificación de los controles de seguridad en las fronteras occidentales”, afirmó el régimen argelino.