Finlandia se ha incorporado definitivamente a la OTAN, lo que hace del país el 31º miembro de la Alianza Atlántica, al haber ratificado Turquía su entrada tras meses de reticencias. Unas reticencias que, sin embargo, mantienen aún lejos del bloque militar a su otra vecina en el norte, Suecia. La falta de cooperación de las dos candidatas con respecto a la lucha contra el terrorismo kurdo ha hecho a Erdogan ralentizar el proceso de incorporación para ambas.
Este ingreso formal toca a su fin con la entrega de Finlandia de su propio instrumento de acceso en un acto con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, en los cuarteles generales de la OTAN, con motivo de la reunión de ministros de Exteriores aliados.
"Con la recepción de este instrumento de acceso podemos ahora declarar que Finlandia es el 31º miembro del Tratado del Atlántico Norte", ha asegurado Blinken tras recibir el documento de manos del ministro de Exteriores finlandés, Pekka Haavisto. En su primera acción como aliado de la OTAN, Finlandia ha querido mandar una señal de apoyo a Estocolmo y ha hecho entrega a Estados Unidos del documento de ratificación de la adhesión de Suecia.
Próximas "contramedidas" como respuesta de Rusia
Rusia se ha lanzado a responder al ingreso de Finlandia en la Alianza, asegurando que no fortalecerá la seguridad de los aliados y que aquellos que piensan que Moscú no reaccionará se equivocan "profundamente".
"Todo será calibrado en consonancia con la coyuntura cambiante, su seguridad no se reforzará, la seguridad de la Alianza Atlántica en general no se fortalecerá", aseguró el viceministro de Exteriores Serguéi Riabkov en declaraciones a la televisión pública rusa
El Kremlin asevera que tomará contramedidas "tácticas y estratégicas" en respuesta a esta adhesión, sin dar más detalles. El portavoz de Moscú, Dimitri Peskov, ha asegurado, en un posible intento de rebajar las tensiones, que la relación de Rusia y Finlandia no es comparable con la que tenían con Ucrania antes de la invasión.
Reversión de la histórica política de neutralidad
La entrada de Helsinki en la OTAN coincide además con el aniversario del Tratado de Washington con el que se fundó la organización militar hace hoy 74 años, por lo que la ceremonia esta cargada de simbolismo. Un simbolismo aún mayor ya que, además, ratifica la reversión inédita de la histórica política de neutralidad de Finlandia, que responde ahora tajantemente a la amenaza derivada de las actividades expansionistas de Rusia -con la que comparte 1.300 km de frontera- en Ucrania. Helsinki solicitó su ingreso en la Alianza Atlántica en mayo de 2022 junto a Suecia.
La integración en bloque de los dos países nórdicos se topó inicialmente con los recelos de Turquía, que parecían solventados tras un acuerdo tripartito en las horas previas a la cumbre de líderes de la Alianza Atlántica en Madrid. No fue así para Suecia, que siguió en el punto de mira del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Erdogan deja de lado a Suecia
El bloqueo de Ankara a Estocolmo derivó en el avance de Helsinki en solitario. Aunque inicialmente el Gobierno finlandés mantuvo que su intención siempre era seguir de la mano del sueco, la imposibilidad de avanzar unidos llevó a Finlandia a asumir que tendría que entrar en solitario si quería alcanzar su objetivo a corto plazo.
Así, los vistos buenos finales de Hungría y de Turquía -Erdogan promulgó la adhesión este pasado sábado-, han derivado en la ceremonia formal de este martes, con la que Finlandia se ha convertido en el Estado miembro número 31 de la Alianza Atlántica de la OTAN y tiene derecho a las mismas cláusulas que el resto de socios, incluida la defensa colectiva.
La entrada final llega también en un momento clave a nivel interno en Finlandia, ya que las elecciones parlamentarias del domingo concluyeron con la victoria de los conservadores en detrimento de los socialdemócratas, encabezados por la actual primera ministra, Sanna Marin, que pese a mejorar en votos y escaños previsiblemente no revalidará el cargo.
Uno cualquiera
"Contramedidas" de un país que necesita meses, miles de bajas y la colaboración de una empresa de mercenarios para tratar de rendir una localidad de pequeño tamaño en una nación vecina y bastante más pobre, por mencionar solo lo más reciente. Como diría Maki Navaja: po fueno, po fale, po malegro.