La diplomacia española se desliza estos días por una cuerda floja que en algunos tramos llega a asemejarse al filo de una navaja. Las reacciones de la izquierda morada sobre el conflicto entre Israel y Palestina han puesto en aprietos al ala socialista de Moncloa, hasta el punto que el Ministerio de Asuntos Exteriores tuvo que salir al paso la semana pasada de las acusaciones de la Embajada Israelí, en las que denunciaba el alineamiento con los terroristas de Hamas del gabinete de Pedro Sánchez.

Dentro de este complejo contexto internacional, cualquier desliz puede provocar un incendio. De ahí que en Moncloa hayan causado cierta preocupación las intervenciones de algunos de los contertulios más habituales de la casa; e incluso de periodistas de referencia en Torrespaña. Así se lo han hecho llegar desde Exteriores en los últimos días a algunos de los autores de esos comentarios, explican a Vozpópuli.

Estos contertulios se emplean en medios de comunicación progresistas y han puesto el foco estos días sobre la ofensiva de Israel, sobre el ataque al Hospital de Gaza -dando por supuesto que lo había provocado un misil del oponente- y sobre las dificultades para hacer llegar la ayuda humanitaria, pero omitiendo datos clave sobre el inicio de esta guerra y sobre el papel de Hezbollah en la región.

Los argumentos expresados por estos colaboradores coinciden con los que han transmitido en las últimas semanas portavoces de Podemos como Ione Belarra, y se asemejan a los de otros, como Yolanda Díaz e Íñigo Errejón, quienes el pasado día 7 de octubre, tras los atentados de Hezbollah, se negaron a hablar de actos terroristas y se refirieron a la necesidad de pacificar la zona y de reconocer los derechos de los palestinos como 'pueblo oprimido'.

La postura oficial de España a este respecto la expresó la semana pasada José Manuel Albares y se la transmitió Pedro Sánchez a Benjamin Netanyahu el domingo, tal y como informó el presidente. Básicamente, consiste en condenar sin paliativos los atentados que se produjeron en territorio israelí, en defender la paz en la región para evitar que las hostilidades se extiendan por toda la región; y en reclamar respeto a la población civil de Gaza.

En los últimos días, se ha escuchado hablar de "genocidio" y de "limpieza étnica" en territorio palestino tanto a entrevistados desde ese lugar como a contertulios de La 1 y el Canal 24 Horas. El corresponsal de RNE en la zona, Fran Sevilla, llegó a definir en sus redes sociales a Netanyahu como "criminal de guerra", lo que fue replicado por el lobby pro israelí Acción y Comunicación sobre Oriente Medio, que le acusó de lanzar mensajes que son "indistinguibles" a los de Hamas.

"¿Hasta cuándo vamos a pagar con nuestro dinero a alguien tan sesgado?", lamentó la organización.

Otro de los contertulios de la casa expresaba recientemente su sorpresa porque el enviado especial a la zona, Óscar Mijallo, fuera 'prácticamente interrumpido' durante una conexión en directo en La Hora de La 1 en la que hablaba -sobre el terreno- de la situación del conflicto. Así sucedió cuando a algún invitado del programa, pro palestino, escuchó su intervención.

Este tipo de episodios han causado inquietud en Exteriores -explican fuentes de ese ministerio-, donde incluso son conscientes de que Israel podría llegar a utilizar algunas intervenciones para lanzar nuevos mensajes de queja sobre la posición de España en este conflicto.

Otros choques de RTVE y el Gobierno

Cabe recordar que no es el primer quebradero de cabeza que la corporación le ha causado al gabinete Pedro Sánchez.

El más relevante tuvo lugar durante la campaña previa a las elecciones generales de la primavera de 2019, cuando Moncloa maniobró para intentar que Sánchez no asistiera al debate que había organizado Atresmedia.

Entonces, el Ejecutivo pidió a Rosa María Mateo que moviera la fecha del coloquio que se iba a celebrar en La 1 para hacerla coincidir con el del grupo privado de televisión. De ese modo, el PSOE podría alegar que prefería participar en el debate de la pública y acudir tan sólo a una de las dos citas.

La entonces responsable de informativos de TVE, Begoña Alegría, y varios de los periodistas con más relevancia en Torrespaña se opusieron a esa decisión y así lo hicieron público, lo que generó una polémica que se extendió durante algunos días de campaña.

Surgieron entonces voces en Moncloa que advertían de la excesiva simpatía por Podemos y por su sindicato afín en RTVE -CCOO- de varios miembros del organigrama de Torrespaña. Unos meses después, Sánchez, a iniciativa del PSC, colocó a Enric Hernández como el máximo responsable de los programas informativos de RTVE. A Alegría la enviaron de corresponsal a Roma.

Una vez se produjo ese cambio, desde el ala morada del Ejecutivo comenzaron a quejarse por el escaso protagonismo que los ministros de Podemos y sus portavoces tenían en los noticiarios de La 1, en comparación con la atención que recibían los socialistas.

En el caso del conflicto palestino-israelí, la preocupación no viene dada tanto por la línea de los telediarios como por la opinión que han expresado algunos de sus periodistas -tanto en los platós como en sus redes sociales- y por los tertulianos habituales. De hecho, alguno de los redactores de RTVE más activistas en este sentido han llegado a utilizar para defender sus argumentos fotografías distribuidas por Hamas.

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