Pedro J. Ramírez, quiere volver a escribir. Ya sea en El Mundo, el periódico del que es fundador y que ahora ha vetado la publicación de sus cartas dominicales, o en otra cabecera. Para eso ha decidido acudir a la justicia, para que ésta decida quién tiene razón en la guerra abierta que mantiene con los dueños de la cabecera, el grupo Unidad Editorial que preside Fernández-Galiano y que a su vez controlan los italianos de Rizzoli.
"Acabamos de solicitar en los juzgados medidas cautelares urgentes para que #unadedos: pueda escribir en EM o pueda hacerlo en otro medio", explica en su cuenta de Twitter el exdirector del periódico, que añade: "Por primera vez en democracia un juez deberá resolver con urgencia si un periodista puede tener prohibido el ejercicio de su profesión".
Acabamos de solicitar en los juzgados Medidas Cautelares Urgentes para que #unadedos: pueda escribir en EM o pueda hacerlo en otro medio.
— Pedro J. Ramírez (@pedroj_ramirez) November 19, 2014
La ofensiva judicial de Pedro J. supone el último episodio del intercambio de golpes entre el periodista y los dueños del diario que fundó y dirigió durante 25 años. Esa batalla se recrudeció cuando hace dos fines de semana el actual director, Casimiro García-Abadillo, comunicó a Pedro J. que no publicaría su carta. El ahora demandante optó por difundir su artículo en las redes sociales. Antes, ambas partes se habían acusado mutuamente en las páginas de El Mundo, lo que llevó a Abadillo a plantarse y ofrecer su dimisión si su antecesor no era expulsado.
"Pido públicamente a Casimiro y a Galiano que #unadedos. O me permiten volver a publicar en EM o me dejan de inmediato en libertad", ya había solicitado Ramírez en las redes el pasado viernes, pidiendo el apoyo de los internautas para su causa: "Pido a los tuiteros, a los orbyteros, a los lectores de EM en especial y a los demócratas en general que se lo pidáis también".
Pese a los "lazos emocionales" con el periódico que Pedro J. ha esgrimido públicamente, a la vista de los últimos acontecimientos no parece que el desenlace vaya a dejar un buen sabor de boca ni a unos ni a otros...
