Todos tenemos un amigo, familiar o conocido (normalmente muy cuñado) que reconoce cierta efectividad en principios homeopáticos. La mayoría de las afirmaciones banales son del tipo “Para cosas importantes no, pero en resfriados y dolores menores funciona”. “Yo he usado Colikind para los cólicos de mi hijo y se le pasaban”, “El jarabe Stodal es maravilloso para la tos”, … etc.
Niña diabética que acude a urgencias en tratamiento con estos botes de homeopatía. Resultado: ingreso hospitalario. pic.twitter.com/xTF5vS2gbz
— Joserra (@jramonfernandez) January 26, 2016
El cuñadismo homeopático opta por el silencio cuando le preguntas por remedios homeopáticos anticonceptivos o para evitar hemorragias. ¿Esos los has probado? —pregúntale al cuñado— No es sospechoso que no existan.
Pero una vez convencido con el ¡A mi me funciona! —fruto de la experiencia propia— es muy normal volcar tu confianza con el resto de productos homeopáticos, donde la formulación específica y la farfullería pseudocientífica solo sirven para aportar información confusa que parezca científica a todo aquel no ha dedicado un minuto a intentar entender y desmontar los principios holísticos de la medicina que defiende que el agua tenga memoria.
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Sin entrar en consideraciones científicas del bulo homeopático —para eso podéis leer este estupendo libro, o este artículo— vamos a demostrar por la vía lógica y sin ningún tipo de argumento científico complicado cómo se mantiene esta industria a base de confundir al personal.
No os metáis con la #homeopatía que no os ha hecho nada • pic.twitter.com/9g34TLPwxL vía @illborregos #AlertaMagufo #NoSinEvidencia
— Apuntes de ciencia (@ApuntesCiencia) January 31, 2016
Para ello vamos a analizar la composición de una serie de productos vendidos con la etiqueta de “producto homeopático” (curiosamente son los compuestos que más se comercializan) pero que en su formulación incluyen plantas, ungüentos o ‘tinturas madre’ de sustancias que llevan utilizándose en la medicina tradicional (o alopática, como ellos la llaman) desde hace décadas. Es decir se venden como homeopatía pero son pura fitoterapia.
La mayoría de estos productos homeopáticos son jarabes, cremas, sprays o ungüentos para dolencias menos leves sin grandes complicaciones sintomáticas. Tampoco es casualidad.
'La homeopatía es un timo', no te pierdas la columna de @A_Valenzuela https://t.co/C6Wxavgj9q pic.twitter.com/udMsDxF739
— infoLibre (@_infoLibre) February 11, 2016
Según los defensores de la homeopatía su formulación es más efectiva cuanto más diluida esté en agua. Es decir, que en términos relativos la cantidad de principio activo que hay en un producto homeopático es menor que la que queda en una caja de aspirinas después de repartirla entre todos los habitantes de la tierra. Si esto lo mezclamos con plantas medicinales en cantidades ‘científicas’ tenemos el timo de la estampita.
Por ejemplo, el STODAL es un jarabe homeopático para aliviar la tos que se vende como rosquillas. En su composición podemos ver disoluciones homeopáticas como la de Bryonia dioica, una planta que provoca vómitos y ulceraciones pero que su concentración es tan infinitesimal que no queda principio activo alguno en el compuesto. Es una de las premisas homeopáticas: curar el síntoma con un veneno diluido hasta desaparecer.
Sin embargo en su composición también podemos encontrar 19g de Jarabe de Tolú y otros 19g de Jarabe de Polygala. Como 100 millones de veces más principio activo que los homeopáticos. El Tolú es una secreción resinosa del árbol Myroxylon toluifera que utiliza la fitoterapia desde tiempos prehispánicos para aliviar las tos y el asma. Un expectorante natural que se usa también en medicamentos tradicionales como la bronquidiazina. La Polygala es una planta que se usa desde el siglo XVII como expectorante y para la inflamación, tos y resfriado común.
Y la homeopatía se resume en esto. pic.twitter.com/hXXVdx7M4I
— Daniel de Vicente (@Danidevic) November 18, 2015
El Stodal está regado con ingentes cantidades de etanol, un alcohol etílico que funciona como aglutinador, vasodilatador y calmante,... vamos, la copa de coñac que recomienda la abuela para pasar el resfriado.
Todo ello bajo la etiqueta de PRODUCTO HOMEOPÁTICO. También se comercializa un STODAL en gránulos (sin las plantas medicinales ni fitoterapia). Aquí solo es eficaz el efecto placebo… de los clientes convencidos por la eficacia del jarabe.
A tiene gripe y toma homeopatía. B no toma nada. Se curan al mismo tiempo. A demuestra que la homeopatía funciona. B que A es gilipollas...
— Pepo Jiménez (@kurioso) April 26, 2015
Otro ejemplo (hay decenas). El ENDHOMETROL es un producto homeopático para aliviar la irritación vaginal. En su composición podemos encontrar cantidades infinitesimales de productos homeopáticos y una tintura madre (cantidades científicas) de Calendula officinalis o la común margarita; una planta cuyos emplastos se utilizan desde hace tiempo para aliviar las irritaciones, eczemas, pequeñas heridas y ayudar a la cicatrización.
¿Os imagináis que un galerista te vendiese un cuadro de Picasso en el que lo único real fuese su firma? ¿Os imagináis que el supermercado os vendiera una bandeja de carne picada de ternera con el 99,99999% de carne de cerdo?
El COLIKIND es un medicamento homeopático muy utilizado entre los padres desesperado por los cólicos de su lactante. El típico que corre de boca en boca como remedio… y parece que a algunos les funciona. Lleva diluciones homeopáticas (D5 1/100000) de Nitrato de plata y Acetato de cobre, es decir, unos 0,000125 mg de sustancia. Cantidades absolutamente despreciables.
Pero también lleva 1,25 mg de Manzanilla y Tila además de tintura madre de Hinojo, plantas que todos tomamos en infusión para relajarnos. Pero todo el compuesto se vende (como rosquillas) como medicamento Homeopático. ¿Alguna prueba más?
El AVENOC en una pomada hemorroidal que utiliza un derivado de la Amilocaína —anestésico local—, vaselina y lanolina mezclado con diluciones despreciables de principios homeopáticos.
Luego están los medicamentos que directamente NO utilizan ningún tipo de dilución homeopática, SOLO incluyen principios fitoterapéuticos como cualquier otro de herbolario, pero aparecen catalogados como productos homeopáticos.
El PLANTSPRAY es (como su propio nombre indica) un spray hecho de plantas para aliviar el dolor de garganta y las aftas. Solo tiene tinturas madre de Plántago y Echinacea (plantas eficaces para la dolencia) pero no lleva diluciones. Aquí la homeopatía se aprovecha directamente de la fitoterapia para robar una eficacia que nunca se ha ganado. Y funciona.
También la pomada CICADERMA usa solo plantas pero se vende como homeopatía.
Es incomprensible cómo la normativa permite la venta de productos homeopáticos que no lo son o que utilizan otras técnicas para ganar un prestigio que no tienen. ¿Os imagináis que un galerista te vendiese un cuadro de Picasso en el que lo único real fuese su firma? ¿Os imagináis que el supermercado os vendiera una bandeja de carne picada de ternera con el 99,99999% de carne de cerdo y solo el resto de ternera?
La homeopatía, el mismo timo es.