Hay un dicho en España que dice que lo que no pasa en España, no pasa en ningún sitio. Una frase totalmente carente de sentido existiendo como existe un país como Reino Unido. Esta semana hemos sabido que, en mitad del confinamiento, Boris Johnson organizaba raves casi diarias en Downing Street y eventos en Facebook para invitar a las churris al botellón. Difícil que cualquier ministro supere una crisis como esta, ni siquiera en el país del mundo donde mejor visto está el alcoholismo. Hasta Ryanair se ha sumado a la mofa en su cuenta de Twitter. Sólo queda ver a Johnson acudir a su propia moción de censura con un mini de cerveza en la mano y un dos papeles en la oreja para justificarse con alguna excusa original del tipo “pensaba que estaba en una misa en homenaje a Franco”.
En España continúa el debate sobre las macrogranjas, un debate que en Pyongyang tenemos claro: estamos siempre a favor de la explotación intensiva. Alberto Garzón ha descubierto que el PP (que ha borrado bastantes tweets antiguos en los que atacaba las magrogranjas) va a opinar siempre lo contrario de lo que él diga, y ahora tiene un superpoder mental que le permite manejar a su antojo discurso de la oposición. Es el profesor Xavier, de los X-Men. Pablo Casado sería capaz de pedir todo el poder para los soviéts con una simple declaración de Garzón defendiendo la propiedad privada de los medios de producción.
En deportes, Djokovic sufre un nuevo revés (sic) y va a tener que declarar ante el juez después de saberse que pasó el covid en diciembre y acudió infectado a entrevistas y a firmar cepas de ómicron entre sus fans. En Arabia Saudí se está disputando la Supercopa de fútbol, lo que sería sorprendente si no se disputase ya allí el rally París-Dakar. Los saudís ahora van a por el Festival de Cannes, la San Silvestre vallecana y a por la Feria de Almodóvar del Río. Al menos Rubiales les ha puesto condiciones al wahabismo y el saque de honor no se ha realizado con la cabeza de un homosexual decapitado. Hay cosas que el dinero no puede comprar, para todo lo demás: PetroCard.
Los hashtags de esta semana son #AlbertoGarzón #Johnson&Johnson #Macrogranjas y #Microfútbol.
Y hay que hablar de Jordi Wild, uno de los youtubers más seguidos de España (más de diez millones de suscriptores). Ha surgido en Twitter una de esas modas bizarras que nos dan las redes de vez en cuando, asociar imágenes del streamer con frases que utilizan los jóvenes para ligar en chats y redes sociales. Una asociación extraña porque no está justificada, no se ha descubierto ningún chat privado ni existe esa imagen de Jordi Wild. Simplemente ha surgido. El mismo youtuber ha subido un vídeo a Twitter en el que habla de los peligros del ‘humor digital’ y cómo este tipo de bromas masivas pueden arruinar la vida del que las sufra. ‘Olvidona’ va camino de convertirse en unas de la palabras de 2022.