Gente

Dime qué heredas y te diré tu lugar en el mundo

Hacerse rico no es nada fácil. Me temo que tengo que explicaros mi teoría tras esta obviedad. Hay varios caminos para hacerse rico: el primero pasa por dejarte la piel y poner tu vida en aras del adorado metal, además de tener mucha suerte.

Es el modelo americano del self made man, como el idolatrado Steve Jobs. Pero si no tienes ese talento, hay un camino más rápido y que no pasa por ponerte una media en la cabeza y gritar “esto es un atraco”. Es la tercera vía: la de la herencia. Quien hereda un buen botín avanza a pasos de gigante en la escala de los negocios.

Mis pesquisas de hoy han ido en pos de las grandes fortunas que han heredado las mujeres en el mundo, en concreto, de las tres más ricas. Me ha inspirado el hecho de que, aquí en España, estemos en ascuas todavía por saber si la hija secreta de Joan March, consigue demostrar su filiación y morder así un pedazo de la custodiada fortuna de esta familia mallorquina. ¡Ay, el ADN, cuántos disgustos causa en los senos familiares y policiales...!

Las Walton me fascinan, pero por su lado más filántropo. Primero Christy, con más de 19 Billones de euros porque heredó de su marido, Sam Walton, unas tiendecitas de nada: Wall Mart. Por lo visto, la cadena emplea a más de dos millones de personas y presenta unas ventas anuales de más de 300 Billones de euros. También Alice heredó parte de esa fortuna como hija de Sam Walton, lo que la convierte en las tercera mujer más rica del mundo. La suya supera los 17 Billones y ni siquiera eso impidió que le arrestaran por conducir muy a gustito y bastante rápido cuando regresaba a casa de su cumpleaños. Pagó los 800€ de fianza y pidió perdón. ¿Cómo no la van a perdonar si es uno de los benefactores más importantes que tiene el estado de Texas? La Walton Family Foundation colabora activamente en la investigación científica a través de universidades y Alice está involucrada en el Crystal Bridges Museum de Arte Americano, en su estado natal, Arkansas.

Liliane Bettancourt, atesora más de 18 Billones, con “B” de Euros y es la segunda del ranking. Heredó un Imperio fantástico de su padre, L’Oreal. Eugene Schueller, construyó uno de las mayores conglomerados de cosméticos y productos de belleza del mundo y lo dejó en sus manos porque era su única hija. Liliane lo administró bien hasta que su otra única hija y sus nietos la inhabilitaron después del gran escándalo que estalló hace 3 años. Su mayordomo, que como espía jugó muy bien sus cartas, grabó más de 21 horas de conversaciones entre Madame Bettencourt y las visitas a la mansión familiar. Lo hizo de acuerdo con su hija, quien sospechaba que su madre tenía Alzheimer y que por eso hacía más caso a los amigos de fuera que a su propia familia en cuanto a invertir dinero o dirigir el Emporio L’Oreal se refería. Ni qué decir tiene que las grabaciones, filtradas a todo trapo en los medios franceses, fueron peores que los mails de Diego Torres: revelaron cuentas ilegales en Suiza, delitos de conflicto de intereses y financiación ilícita del partido donde comenzó su andadura Nicolás Sarkozy. Cría cuervos y los jueces admitirán a trámite sus pesquisas... Liliane, inhabilitada y todo, sigue siendo la segunda mujer más rica del mundo.

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