A la novia de MedarBoss (usuario de Reddit) le desapareció el reloj durante sus últimas vacaciones en Tailandia. No supo lo que había pasado con él hasta que volvió a casa y repasó las fotografías de su viaje con su pareja. Hoy las ha compartido en la red social y se han viralizado.
¡No PUEDO creerlo. Mira la mano de la niña de la derecha!
Girlfriend in the progress of having her watch stolen from mildlyinteresting
Ocurrió en Wat Phra That Doi Suthep, uno de los templos sagrados más concurridos de Tailandia. Mientras ella posaba con dos jovencitas ataviadas con los vestidos regionales una de ellas comenzaba a desabrochar su reloj delante de todas las cámaras. No es casual y está perfectamente coordinado. Un adulto sin escrúpulos ha adiestrado a dos niñas inocentes para hacerlo. Nadie de los turistas presentes se dio cuenta. ¿Por qué?
Se llama ‘el arte de desorientar’. Una técnica milenaria de carteristas, ladronzuelos y muy usada por magos y prestidigitadores. La ciencia la explica empíricamente.
La atención en ese momento es la foto, todo el mundo está mirando a las caras de los protagonistas, la víctima pone su atención en la cámara y el resto es prácticamente irrelevante. Aún así las niñas se encargan de saturar la atención con sus complicados trajes, sus sonrisas...
Una de ellas empieza la faena con una mano mientras que con la otra aprieta fuertemente los dedos de la víctima. A la vez la otra niña abraza el otro brazo de tal forma que los estímulos de la mujer están absolutamente colapsados con una catarata de sensaciones que tiene que ordenar y darles importancia. La atención es selectiva y ante tanto estímulo el cerebro discrimina lo que realmente importa de lo que no. Pero muchas veces se equivoca y es fácil engañarle.
Cualquier caricia o toque fuera del ámbito seleccionado pasará totalmente desapercibido. Y así fue. El reloj pasó al bolsillo de la niña en unos pocos segundos sin tener una habilidad especial para desabrocharlo. No hace falta nada más para ENGAÑARTE.
Las mismas niñas esperando a su incauto. Fuente
El truco es encontrar las lagunas de nuestro cerebro. No estamos preparados para prestar atención a dos cosas al mismo tiempo con la misma carga sensorial.
TU ATENCIÓN es maravillosa. Allí donde esté un cartel que diga ‘cuidado con los carteristas’ habrá varios ladrones mirando cómo inmediatamente tú echas mano a tus pertenencias más valiosas señalando el camino a los profesionales.
Cuando estás sentado en una cafetería y dejas el móvil sobre la mesa el cazador de incautos va a intentar captar tu atención para que te olvides de él. Pondrá un mapa de la ciudad o un periódico encima del aparato para preguntarte algo mientras pasa la mano por debajo y te lo quita. Cuanto más capte tu atención más tardarás en darte cuenta del robo. Lo mismo con el que te pone unas rosas en la cara mientras bailas en la discoteca de turno, lo que realmente hay que vigilar es su otra mano.
Hay una TEd-Talk impresionante y de obligado visionado que cuenta maravillosamente esta técnica de manipulación de la atención. Un espectador se entrega a las habilidades del mejor carterista del mundo (de guante blanco, como dice él).
El ilusionista Apollo Robbins —capaz de robarle un anillo en directo a la actriz Jennifer Garner o la cartera a un guardaespaldas de Jimmy Carter— no solo es capaz de engañar a un señor que sube ya prevenido al escenario sino que engaña a todos los que ven la charla con un giro final espectacular.
Una técnica ES MEDIOCRE cuando ya todo el mundo la conoce y previene, como la del periódico y el móvil, o la del compinche que primero te empuja en el metro para que mientras discutes con él otro haga su trabajo. Pero hay otras menos conocidas y más sofiscicadas que siempre ha contado Robbins:
"Una chica se acerca a un hombre en una discoteca al final de la noche y mientras le habla cariñosamente se empieza a balancear suavemente hacia los lados. La víctima, instintivamente, se balancea también para seguir la charla y al final se cae. Ella es muy amable y lo ayuda a levantarse. A la mañana siguiente se da cuenta que su reloj y su cartera ya no están".
Mientras lees este artículo, por ejemplo, tu atención ha permanecido enfocada al texto y a la noticia de forma global. A pesar de que has leído todo el texto no has captado todos los mensajes que hay en él. Aunque estos estén en negrita y mayúsculas.
Pero cuando los lees seguidos te conviertes en incauto, como la protagonista de la fotografía.
Tengan cuidado ahí fuera.