El sector del automóvil se encuentra en plena transformación, casi un revolución fruto de los nuevos conceptos de movilidad que está llevando a los fabricantes a modificar por completo sus agendas para afrontar un futuro que, a día de hoy, resulta todavía muy incierto en muchos aspectos, desde las propia tecnologías que están surgiendo en los últimos años hasta la forma de utilizar en el futuro el automóvil. Por ello, las inversiones en el sector están aumentando de manera notable en los últimos años, también entre los fabricantes españoles, que cuentan con 17 plantas en nuestra geografía.
Así, el pasado ejercicio 2018 las empresas automovilísticas invirtieron en España más de 3.000 millones de euros, lo que supuso un 42% más con respecto al año anterior según recoge en su informe anual la asociación española de fabricantes Anfac. La patronal de fabricantes ha detallado que en ese ejercicio se superó la media de inversión de los últimos cinco años anteriores, que era de 2.000 millones de euros.
Con este fuerte incremento el año pasado, las inversiones superan en los últimos seis ejercicios los 13.000 millones de euros, lo que refleja la transformación de las fábricas y empresas hacia la nueva movilidad del futuro, ha afirmado el vicepresidente ejecutivo de Anfac, Mario Armero.
Los fabricantes españoles incrementaron su facturación un 3% en 2018, hasta 66.550 millones de euros, cifra que se eleva hasta 104.000 millones de euros si se suma la fabricación de vehículos y la de componentes, aunque el resultado neto descendió un 50% como consecuencia de las inversiones, según el informe.
Más de millón y medio de vehículos
Las matriculaciones de turismos y todoterrenos crecieron un 7% hasta 1.321.438 unidades entregadas, las ventas de vehículos comerciales subieron cerca de un 7,7% hasta 214.207 unidades vendidas y los vehículos industriales cayeron cerca de un 2,2%, hasta 27.851 unidades, con lo que el mercado en conjunto creció un 7%, hasta 1.563.495 unidades.
La recaudación fiscal del sector rozó por ello los 30.000 millones de euros, un 6% más que el año pasado, lo que supuso 2.000 millones de euros más que en 2017, cuando no hubo planes de apoyo ni estímulo a la compra de vehículos. El sector aporta riqueza al país, no sólo en términos de empleo o exportaciones, sino también de recaudación fiscal, ha destacado el vicepresidente de la patronal.
Los ingresos por adquisición de vehículos nuevos crecieron un 10,5% y generaron empleo en fábricas para más de 93.500 personas, cifras superiores a los años previos a la crisis, según la fuente. Sin embargo, las matriculaciones no crecen desde septiembre de 2018 y el último cuatrimestre del año fue muy negativo, ya que las ventas siguen descendiendo y encadenan casi un año de caídas, por lo que según Armero se puede hablar de crisis en el sector debida a la incertidumbre de los consumidores, que no saben qué coche comprar.
Para la patronal del sector, ería necesario establecer una regulación y políticas homogéneas estables y alineadas con Europa que permitan potenciar la demanda, incorporar nuevas tecnologías y satisfacer los nuevos hábitos de consumo. Y es que la media de edad del parque automovilístico aumentó hasta 12,4 años y se vendieron más de 166.000 vehículos de más de 20 años, con un impacto claramente negativo en el medio ambiente y la seguridad vial.
El 61,6% del parque de turismos y todoterrenos en España tenía más de 10 años en 2018, mientras que la cuota de estos vehículos de más de 10 años era del 35,7% antes de la crisis. La mejora económica tras el periodo de recesión no ha servido para renovar el parque automovilístico, ya que la edad media de los vehículos que se llevan a achatarrar es de 19 años, y este parque seguirá envejeciendo, al menos hasta 2022, según Anfac.
España está entre los países con el parque automovilístico más envejecido, en comparación con Alemania (9,4 años de media), Francia (9,3 años) o Reino Unido (8,8 años) y se prevé que para 2030 haya 3,7 millones de vehículos de más de 20 años, el 16% del parque en España.