Siguen siendo minoría en el Gobierno los que consideran que el final de la organización terrorista será inmortalizado con la foto de la entrega de las armas. Pero hay ministros muy viajados que opinan justamente lo contrario, aunque trasladan esta instantánea histórica, comparable al famoso acuerdo de Viernes Santo del IRA, al horizonte de la próxima legislatura. La foto del final definitivo de ETA, puede estar más cerca, aunque aún queden muchos años para contemplarla.
La natural reacción de las asociaciones de víctimas al entierro de la doctrina Parot dictado desde Estrasburgo evidencia que Mariano Rajoy carece de margen para anticipar esta foto ya que el futuro de los presos se ha convertido en un ingrediente moral que, por añadidura, puede movilizar millones de votos.
En las manos de los dos grandes partidos, sobre todo, está el evitar que después de haber ganado a ETA la guerra, sea la banda quien gane la paz y, además, escriba la historia.